- Huamachuco
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Huamachucho es una ciudad del norte del Perú, capital del la Provincia de Sánchez Carrión (La Libertad), situada a una altitud de 3.169 msnm en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes, en un valle altoandino a 184 km de Trujillo.
Contenido
Historia
Tierra de los antiguos huachemines y señorío de los huamachucos, Huamachuco fue fundado en 1551 por misioneros agustinos, acto realizado bajo al advocación de san Agustín y Nuestra Señora de Altagracia. Fue nombrada como Muy ilustre y fiel ciudad por el general José de San Martín, y fue escenario de la Batalla de Huamachuco (10 de julio de 1883), episodio final de la Guerra del Pacífico donde las tropas de la resistencia lideradas por Andrés Avelino Cáceres son derrotadas por tropas chilenas al mando del Coronel Alejandro Gorostiaga.
Huamachuco conserva mucho de su cultura ancestral, donde la continuidad de costumbres ancestrales en danzas como Contradanza, platos típicos y artesanías.
Actualmente Huamachuco es visitada por turistas y personas de todo el continente, esto por la riqueza de su cultura y tradición.
Restos Arqueológicos
Fuente: www.wamachuko.com
El pueblo de Huamachuco es favorecido con riquezas arqueològicas incomparables alrededor de la ciudad. En el Perù, como en ningùn otro paìs del mundo, el pasado prehistòrico se instruye en nuestra conciencia. Pero acà en Huamachuco los restos de varias civilizaciones nos sobremiran de los cerros, y el pasado es presente y tangible. Generaciones desaparecidas nos animan con sus hechos, y nos exigen servir como guardianes de su legado.
De los varios tesoros arqueològicos de la zona, la joya es sin duda Marcahuamachuco. Desde siglos sus muros enigmaticos han sido visibles en los valles circundantes, sìmbolo de pasado, noble, lleno de ambiciòn y grandeza. ¿Cuàles condiciones estimulaban a los residentes de Marcahuamachuco mejorar, un cerro impresionante, convirtièndolo en una obra maestra arquitectònica, donde piedra tallada por mano humana sirve como intermedio entre cerro y cielo?
Los hombres famosos de la arqueologìa peruana han buscado respuesta a esta pregunta. Max Uhle y Julio C. Tello exploraban en las ruìnas de la ciudad, buscando la identidad de los constructores. Theodore McCown en 1940 excavò varios meses entre las galerìas monumentales, buscando restos materiales que permitirìan la determinaciòn cronològica de los residentes de la ciudad y su relaciòn con otras culturas mejor conocidas de los Andes.
Con el desarrollo de metodologìa cientìfica en arqueologìa, y con mejor conocimiento de la prehistoria peruana en general, el rol que jugaba Marcahuamachuco en el mundo andino està cada año màs claro. El Proyecto Arqueològico Huamachuco, proyecto Canadiense que se ha dedicado desde 1981 al estudio de la prehistoria de la zona, ya provee algunos datos concretos y unas hipòtesis sobre el sitio y su historia.
Como resultado de las investigaciones recientes, sabemos que la grandeza de Marcahuamachuco es antecedente a la expanciòn imperial de los Incas o de los Huari. Antes de 400 d.c. comenzaron a construir los grandes muros dobles de dos y tres pisos que encierren mucho del sitio y que servìan como espacio domèstico para los moradores. Esta obra representa nuestro primer contacto con el Señorio de Huamachuco, sobre le cual los cronistas comentaban siglos despuès en contexto de la conquista incaica de la zona. Durante el incario, el territorio huamachuquino se extendia desde el Rio Crisnejas hasta Conchucos, y de Carabamba hasta el Marañon. Estas fronteras fluctuaban con el tiempo, pero representan màs o menos el lìmite de influencia huamachuquina durante el milenio de su poder. Este territorio grande y diverso proveìa recursos naturales y humanos incalculables a la capital.
¿Y qué de esta capital? A 500 d.c. fue el centro màs grande de toda la sierra norteña. Un estilo arquitectònico distinto habìa surgido. El cerro mismo fue la cantera de que material de construcciòn fue sacado. La piedra natural fue ligeramente labrada, y cuidadosamente amontonada para los muros. Pachillas chicas llenaban los intersticios entre las piedras grandes. Las esquinas monumentales tan tìpicas de Marcahuamachuco ya formaban parte del inventario arquitectònico con grandes bloques rectangulares alternando en posiciòn vertical y horizontal. En contraste con civilizaciones màs tardìas, en que un plan urbano ortogonal fue impuesto sobre el terreno, los constructores de Marcahuamachuco trabajaban en armonìa con la tierra, utilizando cada eminencia natural, siguiendo los màrgenes de las peñas, permitiendo que las curvas del cerro dictàran la forma de la ciudad. Es muy claro que querian impresionar y asombrar. Los muros que construìan. son visibles a una distancia de 50 Km. Marcahuamachuco seguramente llamaba la atenciòn de los agricultores y artesanos en las comunidades circundantes, quienes vivìan y trabajaban en la sombra de las escructuras que fueron testimonio al poder permanente del curacazco huamachuquino.
Gracias a los antropòlogos y sociòlogos modernos, entendimos mejor los detalles de la organizaciòn social andina, y èste nos ayuda en interpretar las relaciones prehistòricas entre el cerro y los valles. Este no fue relaciòn estricta de dominaciòn y subordinaciòn, sino tambièn reciprocidad y de interdependencia. Marcahuamachuco fue el centro de la vida econòmica, polìtica y religiosa de toda la provincia. Pero el centro fue dependiente de la gente de las comunidades tributarias para su vitalidad e importancia. La gente del valle fue vinculada al centro por parentesco, por su participaciòn en las varias guarangas que comprendìa la poblaciòn de la provincia.
Las galerias masivas de Marcahuamachuco son testimonio a esta interdependencia. Estas galerias rectangulares, hasta 10x60 m. fueron construidas con planificaciòn experta, y con la colaboraciòn de grandes grupos de trabajadores. Excavaciones en 1987 demuestran que una funciòn importante de las galerias rectangulares del Cerro del Castillo fue la hospitalidad. Estas estructuras podìan acomodar grandes reuniones. Entre los hallazgos ceràmicos son ollas grandes, vasos pintados y coladores que servìan en la preparaciòn y distribuciòn de chicha, regalo y alimento tradicional en ocasiones ceremoniales y rituales. Los muros de estas galerìas tambièn contienen gran cantidad de huesos humanos. Los entierros son secundarios, puestos en los muros (probablemente durante la construcciòn) meses o años despuès del fallecimiento, adultos y ancianos fueron incorporados en los muros, y èste nos habla de la importancia del parentesco, reverencia para los antepasados, y el deseo de incluir sus restos en las estructuras dedicadas a la afirmaciòn de estas vinculaciones sociales.
Integrando y dominando las varias galerias y plazas que servìan como espacio pùblico, es el Castillo, la estructura preeminente del cerro y de la regiòn. El muro perimètrico de este monumento inspiraba respeto y temor y excluìa todos sino los màs privilegiados de sus recintos sagrados. El Castillo debe haber servido como centro religioso, y sìmbolo de la legitimacìa de la èlite de Marcahuamachuco en las civilizaciones andinas prehistòricas, la distancia entre clases servìa para disminuir la separaciòn entre segmentos de la poblaciòn. Pero esta sì fue una sociedad clasista, y el Castillo es la evidencia concreta de esta realidad. El Castillo es un rompecabezas arqueològico, mostrando el efecto de siglos de reconstrucciòn y cambios en su funciòn por huaqueros. Pero sabemos que la forma general del Castillo aparecìa antes de 500 d.c. y que el monumento no tenia rival en la sierra norteña.
Los huamachuquinos tambièn rendìan homenaje sagrado en otros lugares. La carretera moderna a las ruinas pasa por las columnas naturales de roca, no modificadas pero cercadas por un muro circular. Màs abajo en Cerro Amaru, tres pozos constituìan una huaca de gran importancia. Ofrendas de materiales exòticos fueron dejados y la presencia de ceràmica Huari encontrada allà en 1983 indica que su fama fue limitada al territorio huamachuquino.
Si la poblaciòn del sitio vivia en las galerìas curvilineas y edificios adyacentes por los margenes del cerro y si la arquitectura monumental del Cerro del Castillo servìa como espacio ceremonial: ¿Què funciòn tenìan las galerias de las circulares de Cerro de las Monjas? Estas estructuras han sido interpretadas como fortalezas, o como conventos similares a los de los Incas en que fueron hospedados las Akla-kona. La posiciòn aislada de las galerias circulares fuera de los muros de la ciudad, y la cantidad de habitaciones pequeñas sin entrada y sin ventana, sugiere que èste fue quizà almacenada para las varias guarangas que mantenìan una presencia en la ciudad.
El Señorio de Huamachuco logrò importancia regional màs o menos a 400 d.C. Es posible que esta importancia fue basada en ientercambio con sus vecinos, con los Mochicas al oeste, la cultura Recuay al sur, Cajamarca al norte, y las culturas menos conocidas del Marañòn al este entre 650 y 700 d.C. El imperio Huari extendìa su influencia al norte del Perù, afectando el curacazgo de Huamachuco. Esta influencia se puede apreciar en Viracochapampa, centro administrativo construido en el camino al norte. Pero Marcahuamachuco, segùn los datos ya disponibles, resistìa la dominaciòn extranjera, y Viracochapampa nunca fue ocupado, sus muros dejados sin terminar. No hay evidencia de influencia Huari en Marcahuamachuco al contrario, los Huari adoptaban varios atributos arquitectònicos de los huamachuquinos y la galeria rectangular fue trasladada al sur en incorporada en el inventario de formas arquitectònicas tìpicas de Huari; màs tarde servìa como protopito de la Kallanka incaica.
La ocupaciòn de Marcahuamachuco seguìa despuès de 1000 d.C. pero sin nueva construcciòn de importancia. El genio del pueblo seguramente se expresaba por otros medios a partir de esta fecha. Con la dominaciòn incaica a partir de 1470 d.C., Marcahuamachuco fue abandonado. Los Incas fundan un nuevo centro provincial, en el mismo lugar que ocupa Huamachuco moderno. La plaza moderna fue parte del plaza incaica, y la capilla de San Josè se encuentra en el Ushnu incaico. La Curaca de Huamachuco tenìa una posiciòn de respeto en el imperio incaico, pero fuera de la ciudad de construido por sus antepasados.
Huamachuco, 24 de junio, 1988
Ilustres
Fuente: www.wamachuko.com
Abelardo Gamarra "El Tunante"
Naciò en Huamachuco el 30 de agosto de 1850 y falleciò en Lima el 9 de julio de 1924. Realizò sus estudios primarios en el Colegio Nacional de san Nicolàs de su tierra natal y secundarios en el Colegio Nacional de Guadalupe. Ingresò a San Marcos para estudiar Derecho, pero lo ganò el Periodismo, actividad que la ejerciò desde su adolescencia (El Guadalupano) hasta dìas antes de su muerte. Como tal escribiò en “El Nacional”, “El Correo del Perù”, “El Perù Ilustrado”, “La Prensa”, etc. Fundò su periòdico “Integridad” (1883), que lo mantuvo por màs de 30 años. En la Guerra del Pacìfico fundò la “Bandera del Norte” que publicò como vocero de combate durante la Campaña de la Breña. Perteneciò a la generaciòn de Gonzàles Prada: realista en literatura y radical en polìtica. Entre sus compañeros de generaciòn, Gamarra se destacò en la Guerra con Chile, pues actuò inclusive como secretario del Brujo del Breña, Andres Avelino Càceres. Siendo polìtico radical, adalid del socialismo, actuò en dos oportunidades en la Càmara de Diputados, representando a Huamachuco. En el Diario de Debates estàn, como testimonio de su espìritu progresista y combativo, proyectos de ley que no fueron aprobados por una mayorìa parlamentaria oligàrquica. Y a su devociòn peruanista se debe el bautizo de nuestro baile nacional con el nombre de Marinera (1879). Gamarra, quien popularizo el seudònimo de El Tunante, fue, al decir de Jorge Basadre, “un escritor periodista y un periodista escritor”. Por eso, su obra creada en el periodismo pasò al libro en multiples manifestaciones: poesìa, narraciòn, teatro, crònica, crìtica literaria. Narrador nato, cultivò el relato costumbrista presentado, con càustica crìtica y personal humorismo, escenas, sucesos, lugares, paisajes y tipos caracterìsticos de todo el paìs dando asì dimensiòn nacional al costumbrismo localista de Segura y de Pardo y Aliaga.
Sus libros se titulan: “El Tunante en camisa de once varas” (1876), “Detràs de la cruz, el diablo” (1877), “Novenario del El Tunante” (1885), “Costumbres del Interior” (1888), “Rasgos de Pluma” (1889), “Algo del Perù y mucho de Pelagatos” (1905), “Artìculos de Costumbres” (1910), “Lima al comenzar el siglo XX” (1911), “Cien años de vida perdularia” (1921). Era 1918 –y aùn vivìa Abelardo Gamarra- cuando Alberto Hidalgo afirmò: “Fue Gamarra el iniciador entre nosotros de eso que Garcìa Calderòn llama literatura peruana”. Por su parte Eugenio Chang afirma “la etapa nacional, en cambio, tiene como precursores a Mariano Melgar, Abelardo Gamarra, Abraham Valdelomar, Cèsar Vallejo y los indigenistas”.
Christian Cueva
Futbolista, seleccionado nacional
Bancos y Cajas
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Agencia de Caja Nuestra Gente.
Agencia de Banco de la Nacion.
Agencia de Caja Piura.
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Agencia de Interbank.
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Agencia Edyficar.
Agencia Caja del Santa.
Transporte
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- Ciudades asentadas sobre antiguos poblados incaicos
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