Hugo de Arlés

Reino de Arlés.

Hugo de Arlés o Hugo de Provenza (* h. 887 – † 10 de abril de 948), Rey de Italia desde 926 hasta su muerte.

Hijo de Teobaldo de Provenza y de Berta de Lotaringia, era nieto de Lotario de Lotaringia por vía materna.

En 905 fue nombrado gobernador de Provenza hasta que en 911, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Luis III lo nombró conde de dicho territorio también conocido como Baja Borgoña. Hugo se afianzaría en dicho título en 912 gracias a su matrimonio con la hermanastra del emperador, Wilda de Provenza, que acababa de enviudar del rey de Borgoña Rodolfo I. El matrimonio sólo perduró dos años, ya que Wilda falleció en 914 sin dejar descendencia.

En 922, una parte de la nobleza italiana se enfrentó al vigente rey de Italia y emperador del Sacro Imperio, Berengario de Friuli, eligiendo para ocupar el trono italiano al hijastro de Hugo y rey de Borgoña, Rodolfo II de Borgoña, provocando así una guerra civil que, tras el asesinato de Berengario en 924, llevaría a los partidarios de éste a ofrecer el trono italiano a Hugo, que será coronado en Pavía en 926, prolongando con ello el conflicto armado con su hijastro Rodolfo.

En 924 vuelve a contraer matrimonio con Alda, que le dará dos hijos: Alda y Lotario, a quien en 931 asociará al trono italiano.

En 928, con la muerte del emperador Luis III, Hugo se consolida en la soberanía de la Baja Borgoña, lo que le permitirá en 933 poner fin al conflicto que mantenía con Rodolfo, el cual acepta renunciar a sus derechos sobre Italia a cambio de la cesión, por parte de Hugo, de la soberanía que éste mantenía sobre la Baja Borgoña, lo que da origen al reino de Arlés al unirse al reino de Borgoña bajo la única soberanía de Rodolfo II.

Antes, en 932, se casa por tercera vez con Marozia en un intento de dominar a la nobleza romana y con ello afianzar su precario título de rey de Italia, para lo que debe anular su matrimonio con Alda, lo cual logra fácilmente al contar con el apoyo del propio papa Juan XI, que era hijo de Marozia. Esta maniobra política resulta fallida al ser rechazada por Alberico II, otro de los hijos de Marozia y hermanastro del papa, quien se alza en armas y tras encarcelar a su madre y al Papa, expulsa de Roma a Hugo, quien posteriormente logrará una alianza con Alberico mediante el matrimonio de su hija Alda con el noble italiano.

En 937, a la muerte de Rodolfo II, Hugo intentará recuperar infructuosamente la soberanía sobre el reino de Arlés que había heredado Conrado III de Borgoña, para lo cual no dudó en contraer matrimonio con Berta, la viuda de Rodolfo.

En 940 intenta eliminar a Berengario II, margrave de Ivrea y posible pretendiente al trono italiano, obligándole a huir a Alemania, quien a su vez logra la protección de Otón I. Esto le permitirá armar un ejército con el que en 945 retornará a Italia y Hugo se verá en la necesidad de retirarse a la Provenza, donde fallecería.