- Humanismo Integral
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Humanismo Integral es el nombre de un libro de Jacques Maritain publicado en París en 1936, bajo el nombre original de Humanisme intégral por Fernand Aubier. Publicado en español ese mismo año por Ediciones Carlos Lohlé, en Buenos Aires.
Por su parte, el concepto humanismo integral ha pasado a formar parte plena de la Doctrina Social de la Iglesia a partir del hecho, ciertamente inusitado, de que Pablo VI en su encíclica Populorum Progressio (1967), citando como ejemplo precisamente el libro Humanismo Integral, haya declarado: "42. Tal es el verdadero y pleno humanismo que se ha de promover".
Juan Pablo II no solamente ratificó esa declaración en su encíclica Sollicitudo Rei Socialis (1987), conmemorativa de los veinte años de la Populorum Progressio, sino que ha convertido el concepto 'humanismo integral' en parte sustancial de su preocupación por "la cuestión cultural de nuestros tiempos, tema central de su Pontificado... Juan Pablo II ha servido como centinela en la tradición de Maritain; ha continuado los esfuerzos de Maritain para establecer las bases intelectuales de una teoría personalista de la democracia y de un 'humanismo integral'.".2
"El hombre del humanismo cristiano – dice Maritain – sabe que la vida política aspira a un bien común superior a una mera colección de bienes individuales... que la obra común debe tender, sobre todo, a mejorar la vida humana misma, a hacer posible que todos vivan en la tierra como hombres libres y gocen de los frutos de la cultura y del espíritu... aprecia la libertad como algo que hay que ser merecedor; comprende la igualdad esencial que hay entre él y los otros hombres y la manifiesta en el respeto y en la fraternidad; y ve en la justicia la fuerza de conservación de la comunidad política y el requisito previo que llevando a los no iguales a la igualdad, "hace posible que nazca la fraternidad cívica..."
Maritain ha propuesto el ideal del Humanismo Integral o de la denominada Nueva Cristiandad: «Este nuevo humanismo, sin común medida con el humanismo burgués y tanto más humano cuanto no adora al hombre, sino que respeta, real y efectivamente, la dignidad humana y reconoce derecho a las exigencias integrales de la persona, lo concebimos orientado hacia una realización socio-temporal de aquella atención evangélica a lo humano que debe no sólo existir en el orden espiritual, sino encarnarse, tendiendo al ideal de una comunidad fraterna»
Doctrina Social de la Iglesia
Este concepto fue asumido por la Iglesia Católica y hecho parte de la Doctrina Social de la Iglesia. El Papa Pablo VI considera este texto en la bibliografía de la Encíclica Populorum Progressio (nº 42), afirmando respecto a un humanismo que tienda al Absoluto: "Tal es el verdadero y pleno humanismo que se ha de promover". Posteriormente el Papa Juan Pablo II en reiteradas ocasiones se refirió a la necesidad de promover "los valores de un humanismo integral, fundado en el reconocimiento de la verdadera dignidad y de los derechos del hombre, abierto a la solidaridad cultural, social y económica entre personas, grupos y naciones, con la conciencia de que una misma vocación agrupa a toda la humanidad" Mensaje del Santo Padre para la 17a Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (1983)
Aparece como un aspecto clave de la DSI en el Compendio de ésta, [1] publicado por el Pontificio Consejo Justicia y Paz el año 2004.
Véase también
- Declaración de Amsterdam
- Doctrina Social de la Iglesia
- Humanismo cristiano
- Jacques Maritain
Categorías:- Humanismo
- Ensayos en francés
- Doctrina social de la Iglesia
- Libros de 1936
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