Dr. Alejandro Luque Domínguez

Nació en la Ciudad de Teapa, Tab., el 17 de octubre de 1869, fueron sus padres Don Eraclio Luque Martínez y Doña Fidelia Domínguez

Sus primeras letras la aprendió en la ciudad de Teapa, para continuar la primaria superior en la villa del Ixtacomitán, Chiapas en el Liceo Ixtacomitéco el cual dirigía en aquella época el insigne sabio naturalista Don Ing. Jose N. Rovirosa; siendo sus compañeros de estudio en ese liceo los después Lic. Querido Moheno y Dr. Nicandro L. Melo.

Posteriormente continuo sus estudios en la Ciudad Capital de San Juan Bautista, en aquel entonces el Instituto Juárez de Tabasco, el cual dirigía el Sr. José María Iris Colorado donde curso la preparatoria. Al terminar sus estudios en Tabasco, fue llevado a la ciudad de México, inscribiéndose en la Universidad Nacional que dirigía el Dr. Adrian de Garay, en donde inicia la carrera de medicina.

Su vida de estudiante en la ciudad de México fue muy movida e inquieta, siendo de los constituyentes de un Club Antirreleccionista de la Capital en 1892 en contra de Díaz, en donde en un mitin efectuado en el jardín de San Fernando fue encarcelado durante cinco meses junto con los directivos del citado club y los vicepresidentes Francisco de Paula Mascareñas y Luis B. Cárdenas; los secretarios Querido Moheno Tavares y Don Esteban Vidal. Los seis estuvieron incomunicados en bartolinas, acusados de trastornadores del orden público, motín y sedición, según sentencia dictada por el implacable y tenebroso juez correccional Lic. Juan Pérez de León; alternando con los reclusos antiporfiristas Juan Sarabia, Diodoro Batalla, Camilo Arriaga, Librado Rivera, Praxedis Guerrero, Rosalío Bustamante y los hermanos Jesús, Enrique y Ricardo Flores Magón. Todo esto en la antigua carcel de Belen, de donde salieron por indulto concedido por el Presidente de la Republica el entonces General Porfirio Díaz.

Es justo declarar que el Dr. Alejandro Luque Domínguez, fue un precursor de la Revolución.

Continuando sus estudios y terminando la carrera de Cirujano Dentista, no la de medicina que había iniciado, siendo que al llegar a Tabasco ya titulado, su padre Don Eraclio Luque Martínez Diputado Local del Congreso en el Régimen del Gobernador Sr. Simón Sarlat Nova lo regreso a México para que terminase la carrera de Medicina, misma que termino en la famosa Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en la ciudad de Morelia Michoacán. En esa ilustre universidad michoacana que ha iluminado a México por mas de V siglos, los pasantes Francisco Hernández Rabago y Alejandro Luque Domínguez, recibieron su título de Medico Cirujano y Partero, firmado por el director de aquella época el Sr. Julián Bonavit. Ya recibido de Medico Cirujano y Partero se vino a la ciudad de Teapa Tab., donde se estableció, y en el ejercicio de su profesión encontró el amor de su vida personificado en la guapa señorita Rosalía Prats Bastar, con quien contrajo nupcias, de cuyo enlace prohijaron una familia estimable; María Fidélia, Amílcar, Carmencita, Amparo y Rosalía, el otro varón fue Horacio muerto a los 17 años, de tifoidea, suceso que lo hizo sufrir hasta lo indecible, ya que como el diría "yo siendo mèdico no pude salvar a mi amado hijo", obligándolo a abandonar temporalmente su profesión, refugiándose en su finca Santa Rosalía.

Ya repuesto de este golpe y en el año de 1940 volvió al ejercicio de su profesión, habiendo sido Director de la primera Unidad Sanitaria de Teapa de la que estuvo al frente 6 años.

El Dr. Luque nunca quiso ocupar puestos públicos ni salir de Teapa, pues amigos tan queridos para el como el Dr. Nicandro L. Melo y el Sr. Ing. Joaquín Pedrero Córdova nunca lograron hacerlo cambiar de opinión, el siempre declino buenas ofertas para consagrar su vida entera a Teapa, donde siempre atendió sin importarle distingos sociales y fines de lucro a pobres y ricos.

Dada su avanzada edad el 30 de enero de 1952, a los 82 años de edad falleció en la ciudad de Villahermosa, habiendo constituido su sepelio una verdadera nota de duelo pues sin temor a equivocarme fueron decenas de familias teapanecas e infinidad de amistades de la ciudad de Villahermosa, porque toda la sociedad condujo al féretro hasta su última morada. Alguien nos aseguró que más de cien vehículos custodiaron silenciosamente a tan heterogénea multitud.

En su memoria la ciudad de Teapa, Tabasco otorgó a una de sus conocidas calles el nombre de tan generoso médico, así como una primaria.

Bibliografía

• Historia y Geografía de Teapa
• Manuel Rosado González (edición 1962)
• Tabascosas
• Pepe Bulnes (edición 19-nov-1967)