- Infijo
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Un infijo es un tipo de afijo que se inserta en el interior de una raíz o lexema. Tipológicamente este tipo de afijos son raros en las lenguas del mundo, aunque en las lenguas semíticas y otras lenguas afroasiáticas se usan profusamente. El proto-indoeuropeo también tiene un infijo *-n- aún presente residualmente en latín y en sánscrito.
En gramática tradicional el término "infijo" ha sido usado para lo que modernamente se llama interfijo, término introducido por el lingüista Yákov Malkiel. Aunque modernamente es frecuente que se diferencie entre interfijos e infijos propiamente dichos. Un interfijo sería a diferencia de un infijo un afijo residual sin significado gramatical concreto.
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Ejemplos de infijos
- En las lenguas indoeuropeas quedan residuos de un infijo reconstruible como *-n- y cuyo significado original es difícil de precisar:
- El latín poseía un infijo -n- residual en las formas de presente de algunos verbos:
- vincere 'vencer' frente a victus 'vencido'
- rēlīnquere 'dejar atrás' (< *rē-leinkw-) frente a rēlīctus 'abandonado' (< *rē-leikw-tos).
- El mismo sufijo se encuentra en sánscrito.
- En las lenguas semíticas las raíces consisten en secuencias de 2 ó 3 consonantes, en las que se insertan las vocales. Dichas vocales juntas constituyen un buen número infijos flexivos en estas lenguas.
- Lo más próximo a un caso de infijo en el español sucede con azucar /asukar/ cuyo diminutivo parte el lexema: azuqu-it-ar /asukitar/ Es un caso único que no permite inferir ninguna regla de construcción, pero que ayuda a aclarar la distinción de función y posición morfemática.
Diferencia con los interfijos
Los interfijos no tienen función gramatical, sino que sirven de aumento fonológico en la unión entre dos afijos genuinos. Para el español, Manuel Alvar, que dedica un espacio a este tipo de elementos en su libro La formación de palabras en español, señala que no tienen función gramatical alguna ni significativa; son, por tanto, átonos. En español su función es de enlace entre el monema léxico ó lexema y el sufijo. Algunos ejemplos serían:
- en-s-anchar.
- puebl-ec-ito.
- cafe-c-ito / cafe-l-ito / cafe-t-ito.
En ocasiones el infijo funciona para evitar el hiato en el interior de palabra. Tal es el caso de cafelito, en que la -l- impide el término cafeito, que sería el correcto según la norma. Otras sirven para la fácil pronunciación de derivados, como en cursilería o tetera.
Referencia
Bibliografía
- Alvar, Manuel, La formación de palabras en español, Arco/Libros, S.L., Madrid, 1993.
Véase también
- En las lenguas indoeuropeas quedan residuos de un infijo reconstruible como *-n- y cuyo significado original es difícil de precisar:
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