Juan VI Cantacuceno

Juan VI Cantacuceno
Emperador del Imperio bizantino
Juan VI presidiendo un sínodo
Reinado	1347 – 1353 con Juan V Paleólogo y su hijo, Mateo Cantacuceno, desde 1353.
Nacimiento	Hacia 1292 Constantinopla
Fallecimiento	15 de junio de 1383 Mistra, Peloponeso, Grecia
Predecesor	Juan V
Sucesor	Juan V
Consorte	Irene Asanina
Descendencia	Mateo Cantacuceno Manuel Cantacuceno María Cantacucena Teodora Cantacucena Elena Cantacucena Andrónico Cantacuceno
Dinastía	Cantacuceno
Padre	Miguel Cantacuceno
Madre	Angelina Cantacucena

Juan VI Cantacuceno (h. 1292 – 15 de junio de 1383), Emperador bizantino desde 1347 hasta 1354, nació en Constantinopla. Era de la familia de los Cantacucenos. Relacionado con la casa de los Paleólogo por la familia de su madre, se le confió el máximo poder en la administración cuando en 1328 Andrónico III ascendió al trono del Imperio bizantino.

A la muerte del Emperador en 1341 el Imperio quedó en manos de su esposa Ana de Saboya, quien nombró a Juan Cantacuceno corregente y tutor de su hijo Juan V Paleólogo que solo contaba con 9 años de edad. Poco después, intentó hacer valer su condición de amigo íntimo del emperador difunto para ocupar el cargo de tutor de la Emperatriz en su tarea de regente. Sin embargo, un grupo de políticos influyentes se había agrupado en torno a la emperatriz viuda, siendo dirigido por el megas dux Alejo Apocauco y por el Patriarca Juan Calecas. Esta facción política se opuso, con el apoyo de la propia emperatriz, a las ambiciones de Cantacuzeno. Tras su intento fallido por controlar el rumbo de la regencia, Cantacuceno abandonó Constantinopla y se refugió en la ciudad de Didymoteicos, en Tracia, donde se hizo proclamar emperador el 26 de octubre de 1341.

La consecuente guerra civil duró 6 años, en cuyo curso ambas partes pidieron ayudas externas, de los serbios, búlgaros y de los turcos otomanos, y contrataron mercenarios de todo tipo. Pero el apoyo de los turcos, con quienes llegó a un acuerdo, sería definitivo para que Cantacuceno acabase la guerra a su favor. En 1347 hizo su entrada triunfal en Constantinopla, y obligó a sus oponentes a firmar un acuerdo por el cual se convertía en co-Emperador con Juan V, y único administrador durante la minoría. También logró que su propio hijo Mateo Cantacuceno fuese co-emperador.

En esta época, el Imperio, ya entonces dividido y reducido a su mínima expresión, era atacado por todas partes. Hubo guerras con los genoveses, que mantenían una colonia en Galacia y controlaban las transacciones monetarias con la corte. También hubo guerra con Serbia, que expandía su propio Imperio en las fronteras nor-occidentales de Bizancio. Y además se produjo la alianza con los turcos, que tomaron su primera ciudad en Europa (Galípolis en Tracia) hacia el final de su reinado.

Cantacuceno recurrió con facilidad a la ayuda extranjera para solventar sus problemas internos, y como a menudo no tenía dinero para pagarles, estos tomaban ciudades del Imperio como pago. Las cargas fiscales que impuso resultaron excesivas para sus súbditos, de modo que se reforzó el partido favorable a Juan V Paleólogo. Finalmente, cuando éste último entró en Constantinopla a finales de 1354, su victoria fue fácil.

Cantacuzeno se retiró a un monasterio (donde tomó el nombre de Joasaf Cristódulo) y se dedicó a escribir. Murió en el Peloponeso y fue enterrado por sus hijos en Mistra, en Laconia. Su Historia en 4 libros relata los años 1320–1356: una apología de sus acciones que debe ser leída teniendo en cuenta esta circunstancia. Afortunadamente, puede complementarse y corregirse con la obra de otro contemporáneo, Nicéforo Gregoras. Tiene el mérito de ser ordenada y homogénea, pero la información sobre asuntos que no le implicaban directamente no resulta muy fiable.