- Políptico de Gante
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Políptico de Gante o La adoración del Cordero Místico
(Het Lam Gods)Jan van Eyck, 1432 Óleo sobre tabla • Gótico 350 cm × 223 cm Catedral de San Bavón El Políptico de la Adoración del Cordero Místico, también conocido como Políptico de Gante o el Altar de Gante es un retablo o conjunto de cuadros o tablas pintadas al óleo por los hemanos Hubert y Jan van Eyck, para el altar mayor de la Catedral de San Bavón de la ciudad de Gante.
En el marco inferior interno está escrita una cuarteta rimada que dice que fue comenzado por Hubert van Eyck "del cual no existe mejor" y que Jan, "segundo en el arte", lo acabó en 1432. Se supone que Jan siguió el trabajo a la muerte de Hubert. También en la inscripción se dice la identidad de los comitentes: Joos Vyd y su esposa.[1]
Sus 24 paneles forman la obra de mayores dimensiones de la pintura flamenca.[2]
La tabla central que representa la escena de la Adoración es una obra fundamental en la historia de la pintura ya que presentaba un nuevo campo de visión naturalista, resultado de ampliar sobre una tabla, escenas y representaciones que hasta entonces solo fueron accesibles a los conocedores de las miniaturas.
El panel central interior del políptico, junto con los paneles interiores de las puertas representa una composición basada en un pasaje del Apocalipsis de San Juan (7.9) que dice :
- "Después de esto, vi que había una multitud tan grande que nadie no la habría podido contar. Eran gentes de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Permanecían de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de blanco y con palmas en las manos, proclamaban en voz alta :
El políptico normalmente se mostraba cerrado, con las escenas menores de la parte exterior de las puertas visibles, pero en las festividades se mostraba abierto, con los paneles interiores visibles, entonces se revelaban sus mejores figuras, escenas y colores.
Una serie de referencias esotéricas que llenan el retablo de simbolismo escondido, muy del gusto de los pintores flamencos junto a referencias cultas a la pintura italiana del Trecento, a Giotto e incluso a su contemporáneo, el pintor renacentista Masaccio, confieren al cuadro un notable interés, ya que Jan, el autor del panel central, fue capaz de reelaborar los elementos simbólicos dentro de los elementos visibles. Pero es su aportación innovadora a la representación de la realidad y al desarrollo del espacio pictórico lo que sitúa este retablo como un hito en la historia del arte que marca ya la transición del gótico al Renacimiento.
En la escena contemplamos una campiña con la ciudad de Gante al fondo. Esta campiña presidida por el trono del Cordero es un espacio que alberga un despliegue efervescente de miles de figuras y detalles prodigiosamente concretos. Una ola de luz penetra toda la naturaleza, liga sin brusquedad todos los ambientes y une armoniosamente todas las materias, desde las telas de los ropajes y los metales de las hebillas y coronas, hasta la piel de los rostros o las hojas de los árboles y los edificios del fondo.
El Políptico fue pensado para la catedral de san Bavón en Gante, donde permanece aún hoy. No obstante, Napoleón se llevó a París las cuatro tablas centrales, que volvieron a Gante en 1816. Ese mismo año, las alas laterales fueron vendidas, regresando un siglo después, en 1919. Durante la segunda guerra mundial, fue trasladado y guardado en una mina de sal, lo que causó algún deterioro.[3]
Contenido
Paneles superiores
Tres figuras centrales
La Deesis es una escena de origen oriental, que representa la intercesión de la María y Juan el Bautista ante Dios.[4] Las tres figuras centrales muestran a la Virgen María y a Juan el Bautista, a la izquierda y derecha respectivamente y una figura central más ambigua y objeto de debate. Contiene elementos tradicionalmente atribuidos a Jesús, pero otros se refieren a Dios. También pudiera ser que los pintores quisieron representar una figura identificable tanto con Jesús como con Dios, lo cual no es muy común en la pintura gótica.
En las tres figuras hay inscripciones con significado teológico. Así, en el trono de María aparece el pasaje que la compara con los astros, usado por el pintor en otros cuadros. Por su parte, las de la figura central son contradictorias. Por un lado, en el borde inferior del manto aparece REX REGUM ET DOMINUM DOMINANTIUM, propio de Dios padre, pero en el brocado aparece un pelícano, asociado a las palabras JHESUS REX.[5]
Suele considerarse que es Hubert van Eyck el autor de estas figuras entronizadas, más estáticas y monumentales que todas las demás.[6]
Ángeles cantores y músicos
A los lados de las tres figuras hay ángeles cantores y músicos. En el facistol de los ángeles cantores se representan figuras talladas de san Miguel venciendo al demonio y dos profetas sentados en las aristas del hueco portalibros.[7] Los ropajes, instrumentos y suelo están reflejados con gran detalle. En el pavimento se representa repetida la figura del Cordero y otras alusiones a la divinidad.[7]
Adán y Eva
Los paneles superiores de los extremos representan a Adán y Eva, a la izquierda y derecha respectivamente. Están desnudos, no idealizados, sino con cuerpos extremadamente reales; el vientre hinchado de Eva hace referencia a su papel como madre de toda la Humanidad.[8] Han sido pintados con su púdica hoja y Eva sostiene la manzana que le hizo salir del Jardín del Edén. Adán parece como si anduviera, dotando a la pintura de mayor perspectiva tridimensional.
Los paneles de Adán y Eva están rematados con La ofrenda de Caín y Abel (sobre Adán) y el asesinato de Abel en manos de su hermano Caín (sobre Eva).[8] A diferencia de otras figuras, estas escenas fueron pintadas para dar la apariencia de ser bajorrelieves.
En el siglo XIX, las representaciones desnudas de Adán y Eva fueron consideradas inaceptables y los paneles fueron sustituidos por reproducciones vestidas, que aún se conservan en la catedral de Gante.
Paneles inferiores
Panel inferior central
El panel inferior central muestra la escena principal, la Adoración del Cordero Místico, representando al Hijo de Dios y su Eucaristía. La sangre de Jesús es recogida en la copa, lo que se relaciona con el mito del Santo Grial.[9] En el cielo surge la paloma, símbolo del Espíritu Santo, que ilumina la escena. El Cordero está rodeado por catorce ángeles, algunos de ellos con los símbolos de la Pasión (la cruz, la columna, la corona de espinas, la lanza, la esponja).[9] Delante, la fuente de la vida de la que nace un arroyo, cubierto de joyas.
Los cuatro grupos que adoran al Cordero son:
- Un grupo de judíos, sosteniendo el Libro Sagrado. Junto a ellos, los paganos, representado por sus caras orientalizantes y diversidad de sombreros y tocados. Dentro de este grupo, destacamos la figura de blanco que pudiera ser probablemente el poeta romano Virgilio.
- La iglesia católica, donde vemos a los doce apóstoles en primer término y detrás a santos y papas. Podemos reconocer entre los santos a San Esteban portando las rocas con que fue martirizado.
- Mártires masculinos, portando palmas.
- Mártires femeninos, que también portan palmas.
El paisaje representa el Paraíso. Hay plantas parecidas a las mediterráneas. En el horizonte se ven colinas, montañas y ciudades, creyéndose reconocer en la torre que queda detrás del altar el campanario de Utrecht.[9]
Paneles inferiores laterales
Junto al panel central, existen paneles laterales que también representan a grupos de personas. Los paneles de la izquierda muestran a Los "jueces justos" y a los "caballeros de Cristo". A la derecha, podemos ver a los "ermitaños" y a los "peregrinos", que son acompañados del gigante San Cristóbal, patrón de los viajeros.
El panel de los "jueces justos" fue robado en 1934 y a pesar de las investigaciones y de las denuncias sobre su paradero, se cree destruido. Fue reemplazado por una copia en 1945 hecha por Jef Vanderveken.
Detalles
Los Van Eyck se tomaron mucho trabajo en representar exhaustivamente todos los detalles de dichas escenas: las telas y joyas, el paisaje, las iglesias y la naturaleza. Los paisajes, en particular, muestran una enorme riqueza de vegetación, en ocasiones con especies no europeas.
Paneles anteriores
Cuando el Políptico tiene los postigos cerrados, se ve, en la parte superior a las Sibilas de Eritrea y Cumas y, a los lados, en lunetos, a los profetas Zacarías y Miqueas. La elección de estas figuras obedece a que se supone que en sus escritos predijeron el acontecimiento que llevaría al nacimiento de Cristo. Están representados en una especie de antepecho, mirando hacia abajo, con libros que parecen sobresalir del marco.[2]
Justo debajo estaría la Anunciación, de manera que el luneto con el profeta Zacarías queda encima del ángel Gabriel y el profeta Miqueas justo sobre la Virgen.
Anunciación
Los paneles superiores de la parte anterior del políptico representa la Anunciación. A la izquierda apreciamos al arcángel Gabriel y a la derecha a la Vírgen María. A través del examen con rayos X se descubrió que en principio no estaba previsto el techo de madera, sino unos nichos pintados como las figuras inferiores, con ejecución en monocromo, lo que explicaría su "insólita blancura".[10] El ángel lleva un lirio, lo que simboliza la virginidad, y le dice "Dios te salve, María, llena eres de gracia", a lo que ella le responde "He aquí la esclava del Señor"; la inscripción está en latín, en letras doradas, estando al revés el "Ecce Ancilla Domini" de la Virgen, como ocurre en la Anunciación de Washington, del mismo autor.[10]
En medio, hay una ventana con arcos geminados; se cree que pudo representar la vista de Gante desde el estudio de los Van Eyck. Y, además, un nicho con una palangana, un jarro metálico y un paño, todo ello alusivo a la virginidad de María.[10]
El techo parece demasiado bajo en comparación con las dimensiones de los personajes.[2]
Los donantes: Joos Vijdt y Lysbette Borluut
Joos Vijdt o Vyd era un próspero comerciante y funcionario del tribunal de la ciudad; aparece retratado a la izquierda. Su esposa, Isabelle Borluut, está a la derecha. La pareja, ya anciana, pusieron el dinero que patrocinara la monumental pintura. Entre ambos están representados sus santos protectores, san Juan Bautista y san Juan Evangelista, en monocromo. Es una de las partes más innovadoras de la obra, puesto que hasta entonces los retablos eran ante todo esculturas en el interior que era la zona más importante, con la pintura desarrollando un papel menor en el exterior. Van Eyck invierte los términos: es toda ella pintura, quedando la escultura para el exterior, a través de estas fingidas estatuillas representadas con gran realismo a modo de trampantojo.[11]
Referencias
- ↑ "Van Eyck", Los grandes genios del arte, n.º 27, Eileen Romano (dir.), Unidad Editorial, S.A., 2005, ISBN 84-96507-03-3, pág. 66
- ↑ a b c "Van Eyck", op. cit., pág. 66
- ↑ "Van Eyck", op. cit. pág. 84
- ↑ "Van Eyck", op. cit., pág. 74; Walther, I.F. (dir.), Los maestros de la pintura occidental, Taschen, 2005. ISBN 3-8228-4744-5, pág. 124
- ↑ "Van Eyck", op. cit., pág. 74
- ↑ "Van Eyck", op. cit., pág. 68
- ↑ a b "Van Eyck", op. cit., pág. 76
- ↑ a b "Van Eyck", op. cit., pág. 78
- ↑ a b c "Van Eyck", op. cit. pág. 80
- ↑ a b c "Van Eyck", op. cit., pág. 70
- ↑ "Van Eyck", op. cit., pág. 72
Enlaces externos
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