- La familia de Carlos IV
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La familia de Carlos IV Francisco de Goya, 1800 Óleo sobre lienzo • Rococó 280 cm × 336 cm Museo del Prado, Madrid, España La familia de Carlos IV es un retrato colectivo pintado en 1800 por Goya (1746-1828). Se conserva en el Museo del Prado de Madrid.
Contenido
Historia
Un año antes de realizar este cuadro, Goya había obtenido el más alto cargo que un pintor podía alcanzar en España: pintor de cámara al servicio del rey, la misma distinción que había obtenido Velázquez un siglo y medio antes.
Gracias a las cartas de la reina María Luisa de Parma a Godoy conocemos paso a paso la concepción del cuadro. Goya recibió el encargo de pintarlo cuando la Familia Real pasaba una temporada en el Palacio Real de Aranjuez. Goya realizó los bocetos, retratos individualizados a fin de evitar a sus modelos la incomodidad de posar mucho tiempo, entre mayo y julio de 1800. El 23 de ese mes presentó la minuta por los diez retratos, de los que se conservan cinco en el Museo del Prado. De los bocetos perdidos se conocen copias hechas por Agustín Esteve repartidas por diversos museos y colecciones, entre ellos el retrato del futuro Fernando VII que está en el Metropolitan Museum de Nueva York.[1]
En la versión definitiva trabajó Goya hasta junio de 1801, enviando la minuta en diciembre de ese año. Sin duda uno de los aspectos más llamativos de este complejo cuadro es la inclusión del autorretrato del pintor trabajando sobre un gran lienzo a la espalda de la familia real, ladeado y en sombra, por el recuerdo indudable de Las Meninas de Velázquez.
Ya en una ocasión anterior Goya había incorporado su autorretrato en un retrato colectivo encargado por un miembro de la familia real: La familia del infante don Luis (1783, Parma, Fondazione Magnani-Rocca). Conociendo su admiración por la obra de Velázquez, es razonable suponer que al hacerlo así tuviese en mente el ejemplo de Las Meninas, pero cabe que fuese el propio infante quien le sugiriese hacerlo de ese modo a fin de dar mayor realce al encargo. Por otro lado, Goya concibió la escena en esta ocasión de un modo más moderno, al representar al infante de perfil, sentado ante una mesa cubierta con un tapete verde y las cartas de una baraja sobre ella, rodeado por los miembros de su familia junto con algunos amigos y sirvientes en amigable tertulia, y al mismo tiempo, supo mantener las distancias, retratándose a sí mismo con modestia, de espaldas, agachado y envuelto en penumbra. Fuese idea suya o sugerida por los monarcas, al incluir su retrato en el de la familia de Carlos IV, Goya buscó una mayor aproximación a Las Meninas, sintiéndose más cercano ahora a Velázquez desde su nuevo cargo, el mismo que Velázquez había ostentado al servicio de Felipe IV. Pero Goya volvía en esta ocasión a saber guardar las distancias, «colocándose con su lienzo en el fondo y a la sombra».[2]
En él aparecen ordenadamente todos los miembros de la familia real con intención de realzar la figura de la reina María Luisa, que ocupa el centro de la escena pasando un brazo maternalmente sobre los hombros de la infanta María Isabel, a la vez que lleva de la mano al infante don Francisco de Paula, quien a su vez se la da al rey. A la izquierda de la infanta se sitúan el príncipe de Asturias, el futuro rey Fernando VII, sujetado por la espalda por el infante don Carlos. A la derecha, la infanta María Luisa con su marido el duque de Parma lleva en brazos al pequeño infante Carlos Luis. Ocupando el fondo están los hermanos del rey y, con el príncipe de Asturias, una joven elegantemente vestida pero sin rostro, recurso empleado por Goya para representar a su futura esposa, cuando esta aún no había sido elegida. El grupo, como observa Manuela Mena, y el modo como se disponen sus protagonistas, se ha concebido con una intención claramente dinástica. Con un mensaje tranquilizador, la reina se presenta como madre prolífica a la vez que, mediante la inclusión prematura de la futura princesa de Asturias, cobraba mayor fuerza la seguridad en la descendencia, garantizada en cualquier caso por la presencia del pequeño en brazos de la infanta María Luisa.[3]
Goya muestra a los personajes de pie, dispuestos en forma de friso como aparecen también los personajes de Las Meninas, vestidos con lujosos ropajes de seda y con abundantes joyas y condecoraciones, los varones con la Orden de Carlos III y las mujeres con la banda de María Luisa, poniendo el pintor en estos detalles todos los recursos de su maestría a fin de representar a la familia real en toda su dignidad, destacando a la vez el carácter bondadoso y sereno del monarca reinante. Lo que podía ser un homenaje a Velázquez servía al mismo tiempo para enlazar las dinastías austriaca y borbónica, abundando en aquella concepción dinástica.
Otros rasgos que recuerdan a Las Meninas son la presencia de dos cuadros en la pared del fondo y el hecho ya citado de que Goya se autorretrate detrás del lienzo que pinta, en su papel de creador al servicio de los reyes.[4] Él siempre reconoció a Velázquez, junto a Rembrandt y la Naturaleza como sus tres únicos maestros. Pero Goya se distancia de la obra maestra de Velázquez por la escasa profundidad y, como señaló Camón Aznar, por la ausencia de un juego de luces comparable al que imaginó el sevillano para Las Meninas.
Parece que el cuadro definitivo no suscitó el entusiasmo de la familia real, que esperaba una pintura más grandiosa, semejante a La familia de Felipe V, obra de Van Loo.[4] Sin embargo, no fue mal acogido. Carlos IV aludía a él castizamente como el retrato «de todos juntos», y parece que sus protagonistas se vieron fielmente representados. De hecho, si se comparan sus retratos con otros contemporáneos, se puede observar que Goya los pintó notablemente favorecidos, tratando de «servir a sus señores del mejor modo posible».[3] Pese a ello, en el pasado se vio en el cuadro una crítica de Goya a la Monarquía, con alusiones al aspecto aburguesado de los protagonistas. Se cuenta en ese sentido que Renoir, al visitar el Museo del Prado y ver este cuadro, exclamó: «El rey parece un tabernero, y la reina parece una mesonera...o algo peor, ¡pero qué diamantes le pintó Goya!».
Referencias
Bibliografía
- Catálogo de la exposición El retrato español del Greco a Picasso, Madrid, Museo nacional del Prado, 2005, ISBN 84-8480-066-0
- Morales y Marín, José Luis, Goya. Catálogo de la pintura, Zaragoza, 1994, Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, ISBN 84-600-9073-6
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre La familia de Carlos IVCommons.
- Ficha en la página web del Museo del Prado
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