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Lamentaciones
Lamentaciones de Jeremías ( איכה ʾēḫā(h), Eikha) es un libro bíblico del Antiguo Testamento y del Tanaj hebreo. Se encuentra en los Libros proféticos y se halla ubicado entre Jeremías y Ezequiel en las Biblias protestantes, mientras que en las ediciones católicas y ortodoxas se encuentra entre Jeremías y Baruc.
Contenido
Nombre y ubicación
Las Lamentaciones se ubican, en la Biblia hebrea entre los Ketuvim ("escritos"). Sin embargo, las versiones griega y latina las colocan a continuación de Jeremías, a quien se atribuye su composición.
El nombre hebreo del libro es ekah. Más tarde, la literatura rabínica lo llamó qinot, que los LXX tradujeron como Trenos y la Vulgata por "Lamentaciones".
Autor
Tanto la tradición judía como la cristiana atribuyen el libro a la pluma de Jeremías, apoyando sus afirmaciones en el hecho de que el contenido de los poemas corresponden a la época en que vivió el profeta. En la Septuaginta[1] y en la versión de Torres Amat se relata que fue éste profeta quien pronunció esas palabras al contemplar a Jerusalén devastada:
“Después que Israel fue llevado cautivo y quedo Jerusalén desierta, estaba sentado el profeta Jeremías llorando, y endecho sobre Jerusalén con la siguiente lamentación, y suspirando con amargura de animo y dando alaridos, dijo:”[2]
Sin embargo, no hay prueba alguna de la autoría de Jeremías. El único indicio es una sola frase en II Crónicas: "Jeremías compuso una lamentación sobre Yosiyahu" (2 Crónicas 35:25). A pesar de que en efecto el libro se escribió en forma inmediata a los hechos, es difícil certificar la atribución.
El primer problema es que Jeremías no parece un hombre inclinado a géneros tan complicados y difíciles como los poemas de lamentación; por otra parte, no formaba parte del partido proegipcio (el libro implora la ayuda del faraón), ni se alegró por la muerte de Sedecías (el libro la celebra), ni, por cierto, testimoniaría en contra de la verdad de las profecías (era él mismo un profeta).
Las teorías actuales sostienen que las Lamentaciones se escribieron en Jerusalén luego de la catástrofe de 587 a. C., pero no por la misma mano ni al mismo tiempo. Los autores verdaderos fueron obviamente judíos piadosos y versados en la Ley, y, con toda probabilidad, eran sacerdotes que conocían perfectamente el Libro de Jeremías. El capítulo 1 puede ser tan antiguo como de 597 a. C.
Por lo tanto, es difícil que las manifestaciones del Talmud, los LXX y el Tárgum en el sentido de que Jeremías escribió el texto puedan mantenerse. Las tres fuentes no hacen en realidad nada más que repetir la atribución de 2 Crónicas 35:25.
Seguir a la antigua fuente solucionaba el problema de atribución con autoridad bíblica pero hoy se sabe que no corresponde a la autoridad.
Época
Salvo el capítulo 1, las Lamentaciones fueron escritas en Jerusalén en fecha posterior a la caída de la ciudad en manos de los caldeos y deben haber servido para las ceremonias religiosas que persistieron en el templo luego del Exilio (Jeremías 41:5).
Utilización
Como los textos se refieren al arrepentimiento por las desobediencias que causaron la catástrofe bélica, junto con el duelo de la ciudad y sus habitantes, los judíos las recitan en el gran ayuno que conmemora la destrucción del Segundo Gran Templo de Jerusalén a manos de los babilonios
Contenido
El libro contiene cinco poemas de lamentación por la destrucción de Jerusalén tras haber caído en manos de Nabucodonosor II en 587 a. C.
Evocan, por tanto, la destrucción de Judá y el horror del sitio de la ciudad.
Primera lamentación
El poeta llora la debacle y, personificando a la ciudad como alegoría, ambos reconocen el pecado del pueblo que causara la dura caída.
Segunda lamentación
Se conduele del castigo tan severo que Yahvéh envía a los judíos y exige a la ciudad que haga penitencia.
Tercera lamentación
Equipara su propio sufrimiento con el del resto de la ciudad y anhela para sí los perdones de la divinidad.
Cuarta lamentación
Nueva lamentación por la catástrofe y el abandono en que se encuentra la ciudad.
Quinta lamentación
Es un fuerte grito pidiendo ayuda y una lamentación de todo el pueblo implorando la asistencia de Yahvéh. La Vulgata latina la titula "Oración del profeta Jeremías".
Características particulares
Las cinco endechas o elegías son independientes unas de otras y presentan características distintas. La tercera es una lamentación individual; la quinta una colectiva y la primera, segunda y cuarta constituyen oraciones fúnebres.
Las cuatro primeras configuran cantos alfabéticos en los cuales cada verso comienza con una letra hebrea distinta. Sin embargo, el orden alfabético de la lamentación primera es totalmente distinto de los de la segunda, tercera y cuarta.
Referencias
- ↑ Lamentaciones (preámbulo), LXX
- ↑ Lamentaciones (introducción), Biblia de José Petisco y Félix Torres Amat
Véase también
Libro anterior:
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