- Leyenda del Hombre Caimán
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Leyenda del Hombre Caimán
La leyenda del Hombre Caimán es una leyenda de la Costa Caribe colombiana, más exactamente de la población ribereña de Plato, Magdalena.[1]
Cuenta que un pescador llamado Saúl Montenegro, muy mujeriego, tenía por afición espiar a las mujeres plateñas que se bañaban en las aguas del río Magdalena. Previendo que podía ser descubierto entre los arbustos, se desplazó a la Alta Guajira para que un brujo le preparara una pócima que lo convirtiera en caimán (animal habitual de la región), y así no despertar sospechas entre las bañantes y poderlas admirar a placer. Al cabo de su observación, otra pócima debía retornarlo a su estado humano. El brujo le preparó las dos pócimas, una roja que lo convertía en animal, y otra blanca que lo volvía hombre de nuevo.
Saúl disfrutó de algún tiempo de su ingenio, pero en una ocasión, el amigo que le echaba la pócima que lo volvía humano no pudo acompañarlo, y en su lugar fue otro que se asustó al llegar el caimán y, creyendo que era uno verdadero, del susto dejó caer la botella blanca con el preciado líquido. Antes de derramarse completamente, algunas gotas del líquido salpicaron la cabeza de Saúl, quedándole el resto del cuerpo de caimán. Desde entonces se convirtió en el terror de las mujeres, que no volvieron a bañarse en el río.
La única persona que se atrevió a acercársele después fue su madre, quien todas las noches lo visitaba en el río para consolarlo y llevarle su comida favorita: queso, yuca y pan pasados con ron. Tras la muerte de su madre, quien había muerto de tristeza pues no había podido conseguir al brujo que había elaborado las pócimas ya que había muerto, el hombre caimán, solo y sin nadie que lo cuidara, decidió dejarse arrastrar hasta el mar por el río hasta Bocas de Ceniza, como se conoce la desembocadura del río Magdalena en el Mar Caribe a la altura de Barranquilla. Desde entonces los pescadores del Bajo Magdalena, desde Plato hasta Bocas de Ceniza, estuvieron pendientes para pescarlo en el río o cazarlo en los pantanos de las riberas.[2] [3]
En Plato se celebra anualmente el Festival del Hombre Caimán. También existen una plaza y un monumento en su honor, que son patrimonio cultural de la ciudad.
La leyenda del Hombre caimán quedó inmortalizada en la canción del barranquillero José María Peñaranda, "Se va el caimán".
Referencias
- ↑ HERRERA DE LEÓN, César A. (1999-02-18). César Herrera de León (ed.). Plato, sus leyendas y relatos, 1 edición, pp. 15-39. ISBN No tiene.
- ↑ El Heraldo. Mauricio Marín. «El "man" que se va para Barranquilla». Consultado el 2008-07-14.
- ↑ ColegiosVirtuales.com. «Mitos y leyendas de Colombia. El Hombre Caimán.». Consultado el 2008-07-14.
Categoría: Leyendas de Colombia
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