- Prêt-à-porter
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Prêt-à-porter es una expresión francesa que significa textualmente «Listo para llevar». Se refiere a las prendas de moda producidas en serie con patrones que se repiten en función de la demanda; es por tanto la moda que (con diferentes calidades y precios) se ve en la calle a diario. Aun así, hay también un prêt-à-porter de lujo producido por numerosas firmas de máximo prestigio, como Yves Saint Laurent y Chanel. Es inevitable contraponer este término al de Alta costura (Haute couture), ropa hecha a medida por grandes modistas, y, con bastante frecuencia, de diseño exclusivo.
Nacimiento del Prêt-à-porter
En la década de los sesenta se produjo una gran revolución en la moda a nivel internacional. La Alta Costura, sin llegar a desaparecer, fue poco a poco desplazada por el prêt-à-porter. Se inició un periodo de democratización de gran repercusión desde el punto de vista social; las prendas se empezaron a fabricar a gran escala, y la ropa de diseño, bien confeccionada, alcanzó a otros estratos sociales.
Muchos de los grandes nombres de la Alta Costura se sumaron a esta nueva tendencia para poder mantener sus casas, e incluso algunos de ellos optaron por abrir boutiques donde se comercializase esa otra línea paralela a sus creaciones más mimadas. El primer caso fue el de Yves Saint Laurent. Sin embargo, fue sólo cuestión de tiempo que todos los grandes salones se despidiesen de sus mejores clientas. El excesivo importe de los impuestos relacionados con el lujo y otras razones fiscales aceleraron el cierre de la mayoría de estas casas.
El fenómeno del distintivo y la marca, seña de identidad de los jóvenes diseñadores, se expandió como la pólvora. Con aquellos jóvenes creadores, ahora ya nombres propios de la moda como Jesús del Pozo, Adolfo Domínguez, Purificación García, Sybila, Antonio Miró, Francis Montesinos, Roberto Verino, Pedro Morago, Pedro del Hierro, David Valls, y un largo etcétera, se abrió un camino de referencia para las nuevas promesas que empezaron a despuntar en los años noventa.
La forma de presentar las colecciones también sufrió una profunda transformación. De los coquetos e íntimos salones, se pasó a convocatorias multitudinarias de gran repercusión social. Antaño cada casa fijaba su día de presentación, se remitían las invitaciones y se publicaba en prensa el evento. Desde hace veinte años aproximadamente, tanto en la Pasarela Gaudí (Barcelona, ahora convertida en Pasarela Barcelona) como en la Pasarela Cibeles (Madrid), se concentran en ocho días las más altas dosis de actividad.
El papel de los medios de comunicación también ha sido esencial en este aspecto, pues tanto los diarios como la prensa especializada y, sobre todo, la televisión se convirtieron en el canal de difusión más inmediato.
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