- Manuel Lisandro Barillas Bercián
-
Manuel Lisandro Barillas Bercián fue un político guatemalteco, nacido en la ciudad de Quetzaltenango (1845 - 1907). Político conservador, fungió como Presidente de la primera República de Guatemala desde el 6 de abril de 1885 al 15 de marzo de 1892.
Asunció del mando
El General Manuel Lisandro Barrillas había nacido en la ciudad de Quetzaltenango el 17 de enero de 1845; en sus años juveniles había sido carpintero. Sus padres fueron el general José María Barrilas y Ponciana Bercian. Barillas fue asesinado en la antigua calle llamada del seminario, cercana a la catedral de la capital mexicana. Posteriormente a dicha calle se le conoció y se le conoce como calle de Guatemala.
A raíz de la renuncia del Presidente Alejandro M. Sinibaldi, provisorio que ejerciera después de la muerte violenta del General Barrios, la Asamblea Nacional declara que el segundo designado a la presidencia de la República asumiera el poder. La persona señalada era el general Manuel Lisandro Barillas. Llegó en el instante del sepelio del general Justo Rufino Barrios y exigió le sea entregado el poder, aduciendo que un número regular de tropa viene con él, indicando que está acantonada a inmediaciones de la ciudad. Antes de que Barillas se valiera de aquel ardid para presionar por la entrada inmediatamente de la presidencia, ocupaba el puesto de jefe de político de Quetzaltenango. La tropa de la cual hablaba no existía y así marchó al Palacio de Gobierno para asumir la primera magistratura de la Nación.
Lo enmarcado dentro de la ley era la obligación que tenia, ya como provisorio, de convocar a elecciones en un tiempo posterior, aspecto que aviado para quedarse en el poder imponiendo un gobierno dictatorial. Según sus biógrafos, su gobierno fue un desastre total que afecto la economía del país. Para perpetuarse en el poder enmendo la constitución de la República a su sabor y antojo y prolongo el mandato constitucional por espacio de seis años. Lógicamente, cuando convoco a elecciones las gano. Durante aquel gobierno se fusilo a numerosos enemigos del régimen y se expulso del país a mucha gente que no compartía el pensamiento político de Barillas. Dentro de las rebeliones que sofoco a sangre y fuego se anota históricamente la de Huehuetenango en el año de 1887, que le dio oportunidad de suspender las garantías constitucionales y disolver la constituyente para luego formar otra a su manera. Otro de los grandes errores del General Barrillas fue la guerra de 1890 que afecto más la economía del país. Por aquellos días ya el general don José María Reina Barrios se movía en el tringlado político promoviendo su campaña presidencial. Al enterarse Barillas de aquella promoción urde otro a de sus tretas para salir de Reina Barios, quien es enviado a Alemania con un cargo diplomático, pero al llegar, aquel nombramiento no existía y el general Reina Barrios se queda varado en aquellas lejanas tierras.
Así se cocinaban los problemas de la “alta política” en la Guatemala de la era liberal, donde la traición, el crimen y el golpe de Estado estaban a la orden del día. Después de un periodo de un desgobierno total, entrega el mando en manos del general don José María Reina Barrios, quien había ganado las elecciones. Apartar de aquel 15 de marzo de 1892, se retira a la vida privada, dedicándose al cuidado de sus fincas en la costa sur, donde tenia muy buenos cultivos. Así continuo viviendo en Guatemala, hasta que llego al poder el licenciado don Manuel Estrada Cabrera en el año de 1898, cuando tuvo que salir del país debido alas presiones y constante vigilancia por parte de la policía secreta. Los últimos días de su vida los pasa en su exilio de la ciudad de México., donde es asesinado la noche del 7 de abril de 1907. Fue un secreto a voces que aquel asesinato fuera ordenado por el propio Estrada Cabrera, quien envió a dos asesinos a sueldo para cumplir con el encardo , siendo estos Florencia Reyes y Bernardo Mora, de nacionalidad guatemalteca, quienes fueron capturados y fusilados en la capital mexicana. Estos confesaron su delito y denunciaron a dos altos militares que aparecían como autores intelectuales de aquel hecho de sangre. Naturalmente que los militares eran guatemaltecos y colaboraban estrechamente con el régimen de Estrada Cabrera. Al momento de su muerte, el general don Manuel Lisandro Barrilas se encontraba prácticamente en la miseria. El gobierno mexicano, presidido por el general don Porfirio Díaz, protesto por aquí hecho, pero lamentablemente con el tiempo quedo olvidado.
Véase también
Referencias
Wikimedia foundation. 2010.