Martiniano Collazos

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Martiniano Collazos, notable militar colombiano del siglo XIX.

Inicios

Dedicado en lo absoluto a la carrera de las armas, Collazos inició como soldado en la guerra de independencia de la Nueva Granada, obteniendo en el campo de batalla grado por grado hasta alcanzar el de general de la República.

Fatal desenlace

Residía el general Collazos en Bucaramanga cuando el presidente José María Obando fue derrocado por el comandante del Ejército el 17 de abril de 1854. Esta ciudad era entonces la capital de la provincia de Soto, que tenía como gobernador al comandante Domingo Mutis, que al ser llamado al servicio de las armas ante la situación sucedida, fue sustituido por el representante a la Cámara alipio Mantilla, segundo designado al cargo.

Collazos fue nombrado por Mantilla como comandante del ejército provincial, gracias al arrojo y disciplina del benemérito militar, pero el gobernador fue advertido por la clase alta y el partido gólgota que había sido un error la designación por cuanto Collazos era un resentido que despreciaba el orden institucional. Como solución al suceso, Mantilla envió a Collazos a Socorro, anunciándole que los recursos para la movilización de la tropa se los haría llegar a esa ciudad. Tal instrucción indignó a Collazos al punto de desconocer la orden y dedicarse a reclutar hombres en Bucaramanga. Esta actuación llevó a que el gobierno de Soto pidiera apoyo al de Socorro, el cual envió una partida al mando de Cándido Rincón para investigar la postura del general frente al Gobierno. El 25 de junio de 1854, Collazos atacó a Rincón en Piedecuesta, logrando sin vencer el retorno de la partida militar a Socorro. De nuevo en Bucaramanga, asumió de hecho la gobernación de la provincia al no hallar a Mantilla en la ciudad, pues decidió este partir a Los Santos para garantizar su seguridad personal.

Collazos se alió con las guerrillas melistas que habían surgido en el territorio el mando del rebelde Girón. El gobierno de Socorro envió de nuevo a Rincón para atacar a Collazos y días después comisionó a Nicolás Pereira Gamba para que se informara de los sucesos llevados a cabo por la misión y le otorgó facultades para negociar la rendición de Collazos.

Se dio entonces la Batalla de Bucaramanga, que tuvo lugar en la plaza principal de la ciudad, y al negarse contundentemente de rendirse a pesar de la oferta que le expuso Pereira, se acrecentó la balacera, hasta que las tropas constitucionales pudieron ingresar al cuartel general de las tropas, y atacar el punto desdeel cual Collazos seguía defendiéndose. El combativo general recibió un balazo en la frente que lo llevó a escapar moribundo, siendo alcanzado por un soldado que lo mató con una lanza.