CULTURA NEOSUMERIANA

La cultura sumeriana, primer cultura histórica, ubicada en la zona sur de Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Eufrates (actualmente Irak) cayó bajo el dominio acadio en el III milenio a.C.

Gudea (c. 2144-2124 a. C.), fue el soberano más famoso de Lagash, contemporáneo de Ur-Nammu -el fundador de la tercera dinastía de Ur-. Extraordinariamente dotado para la política, elevó a Lagash y su área de influencia (Ur, Uruk y Nippur) a un grado de prosperidad insospechado, impulsó el desarrollo urbanístico de la ciudad y mejoró el sistema de riego y drenaje en los campos.

También fue un gran benefactor del arte y la ciencia de Sumer. Llamado por su pueblo patesí se lo conoce por más de 20 estatuas que lo representan, realizadas en piedras duras como la diorita. En estas representaciones, las manos de Gudea aparecen cruzadas al antiguo estilo sumerio, pero su rostro redondeado y ligera musculatura en brazos y hombros muestran el deseo de los escultores neosumerianos, de plasmar en este difícil soporte unas formas más naturales que aquellas alcanzadas por sus antecesores.

Bibliografía Enciclopedia Encarta Arterama, Tomo I.

CABEZA NEOSUMERIANA Medidas: 13 cm Número de inventario: B/175 Cultura: Neosumeriana Periodo: 2114- 2124 a. C. Material original: diorita

La obra pertenece a la época de Gudea, príncipe de la antigua ciudad de Lagash. La figura, posiblemente representa a un monje quien podría ser el mismo patesí en dicha función. En la delicada resolución de la cabeza se observan formas amplias, redondeadas y lisas. Los ojos almendrados y grandes están coronados por una ceja continua y espesa, ambas características propias de la escultura sumeriana y neosumeriana.

PATESI DE GUDEA Medidas: 32 x 23 x 47 cm Número de inventario: B/179 Cultura: Neosumeriana Periodo: 2113 – 2006 a. C. Material original: diorita

En este calco se encuentra representado Gudea, patesí –padre espiritual y líder político-de Lagash. La figura aparece sentada, con las manos unidas en actitud de plegaria. Su vestimenta está cubierta por escrituras. Su rostro presenta rasgos estilizados e idealizados que transmiten una profunda serenidad característica de la intensidad religiosa y espiritual del pueblo neosumeriano.