William Romaine Newbold (1865-1926). Profesor norteamericano, doctor en Filosofía en la Universidad de Pennsylvania (que obtuvo en 1891 por su trabajo 'A Prolegomena to a Theory of Belief'), es autor del libro 'The Cipher of Roger Bacon' (1928), editado por su amigo Roland Grubb Kent.

En 1915 Voynich le habló de la existencia del Manuscrito Voynich, pero curiosamente hasta enero de 1919 no se mostró interesado por el tema pidiéndole copias del mismo; en una de tres hojas que Voynich le facilitó (precisamente la última página del manuscrito), observó que en cada carácter había unos trazos misteriosos, tan pequeños que sólo podían ser vistos con lupas muy potentes; creyó identificar esos trazos como caracteres griegos y dedujo que había un "subtexto griego" taquigráfico oculto en los caracteres desconocidos: a partir de la frase "michiton oladabas multos te tccr cerc portas", legible en el reverso de la última página del manuscrito (folio 116 vuelto), y algunos razonamientos numéricos basados en la Cábala, obtuvo un alfabeto de sustitución con el cual pudo traducir algunos cortos párrafos de texto.

Según Newbold el documento databa del siglo XIII, era obra del monje inglés Roger Bacon (una de las frases decía: "Scripsi Rogerus Bacon", que traducido quedaría: "Yo, Roger Bacon, he escrito esto"...) e incluía descubrimientos tan sensacionales como la descripción de un eclipse solar anular, el descubrimiento de los gametos humanos por medio de un microscopio de su propio diseño, la forma espiral de la galaxia de Andrómeda (que estudió por medio de un telescopio elaborado con un espejo cóncavo) representada en un espectacular dibujo, o el cometa del año 1273...

Sin embargo lo que él creyó que era taquigrafía en "trazos griegos" sólo resultadon ser grietas microscópicas en la tinta, provocadas por el paso del tiempo, por lo que todo su trabajo ha sido desestimado.

Según Jacques Bergier fue víctima de unos misteriosos "hombres de negro" —paladines de la eliminación de peligrosos "libros prohibidos", como es el caso del Manuscrito Voynich— que pretendieron acallar sus espectaculares traducciones obligándole a aparentar haber perdido la clave, divagar durante meses, no avanzar más en traducción pese a los ruegos e insistencia de Voynich e incluso acabaron con su vida provocándole un ataque repentino. (Naturalmente no hay pruebas de todo esto: Bergier falleció en 1978 de modo que no llegó a ver los intentos de traducción de Guy, Landini, René Zandbergen y otros miembros de la "Lista Voynich", todos realizados sin la molesta presencia o acoso de estos presuntos "hombres de negro"; seguramente de vivir hoy en día habría cambiado esta hipótesis por otra más realista, a saber: que Newbold creyó ver "taquigrafía" donde realmente no la había).

• El ABC del Manuscrito Voynich. Francisco Violat Bordonau, Ed. Asesores Astronómicos Cacereños, Cáceres, 2006.