- Niños del cielo
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Niños del cielo
Niños del cielo Título Niños del cielo Ficha técnica Dirección [[Majid Majidi]] Producción Amir Esfandiari y Mohammad Esfandiari Guión Majid Majidi Reparto - Mohammad Amir en el papel de padre.
- Mir Farrohk en el papel de Ali.
- Bahare Seddiqui en el papel de Sahra.
- Fereshte Sarabandi en el papel de madre.
Datos y cifras País(es) Irán Año 1997 Género drama Duración 89 min. Idioma(s) persa Compañías Distribución Miramax Films Presupuesto 150.000 euros (ponderado) Ficha en IMDb Niños del cielo es una película iraní de 1997 grabada en persa. Es la quinta película de su director, Majid Majidi. Trata sobre las aventuras de un hermano y una hermana que pertenecen a una familia pobre y que han perdido un par de zapatos. El argumento sirve también como excusa para hablar de las serias diferencias existentes entre los ricos y los pobres en Irán.
La película fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en el año 1998.
El título del film se tradujo en algunos países hispanohablantes como Niños del cielo y en otros como Niños del paraíso, ambos títulos se refieren a la misma cinta.
Contenido
Argumento
Inicio Vemos unas manos reparando un zapato de cuero viejo que requiere de una aguja curva y un perforador; la fotografía de esta primera escena atiende con detalle esta labor cuidadosa. Terminada la costura, el zapatero le entrega el par reparado de zapatos a un niño que lo espera pacientemente y que paga por el trabajo de reparación. Desde esta primera escena, el objeto principal, encuadrado atentamente por la cámara, es el zapato rosado. Después, ligeramente, la situación de la historia progresa y nos damos cuenta de que el niño está cumpliendo con menesteres caseros: lo han mandado ‘a hacer el mandado’, así que después de recoger los zapatos va por el pan, y finalmente por las verduras. Pero el par de zapatos que fue enfocado desde el principio detonará toda la historia, pues Alí, el niño protagonista, regresa a su casa sin ellos, y es que mientras escogía unas papas en la tienda de verduras, un hombre encargado de recoger la basura se lleva, por error, la bolsa que Alí había dejado afuera sobre unas cajas y que contenía los zapatos. El niño no se da cuenta, por supuesto, y termina con las compras; le pide también al tendero un nuevo plazo para el crédito que ya tienen saturado en la tienda y sale. Así, al paso, nos damos cuenta de la difícil situación económica de la familia de Alí, quien recoge el paquete de pan y busca la bolsa con los zapatos; los busca entre las cajas donde los había puesto cuando llegó... ¿cómo?, ¿no están?, ¡qué raro! Y como no aparecen, empieza a desesperarse por encontrarlos, así que empuja con fuerza y muchas de las cajas que remueve se caen con todo y las frutas y verduras que exhiben; el tendero sale furioso a decirle que se vaya. Él sale corriendo y cuando llega a su casa se encuentra con su hermana, Zahra, que lo espera ansiosamente, pues quiere reestrenar su par rosado de zapatos; los necesita, además, para ir a la escuela. Alí le dice que no los lleva, que los ha perdido. Se trata de una noticia horrible para la niña, pues no tiene otro par de zapatos para salir a la calle. ¿Qué va a hacer ahora? Alí y Zahra se encuentran de pronto frente a un grave conflicto. Éste es el inicio; han sido suficientes cuatro o cinco escenas que corren en no más de quince minutos para plantear el problema. Esta familia es muy pobre; a Alí le angustia profunda y genuinamente dar a su padre esa noticia de los zapatos perdidos, no están en su casa las cosas para eso: la madre está enferma, acaba casi de nacer un tercer hermanito, tienen deudas con el tendero, con el casero, con todo el mundo. El escenario de esta angustia infantil está planteado y construido con exacta nitidez, y nos presenta, además, el delicado trazo psicológico de un niño que despierta a la conciencia de esta problemática familiar con una sensibilidad muy aguda. Desarrollo Una vez que se ha definido el problema, o el conflicto, el desarrollo de la película se concentra en seguir el curso de ese planteamiento. Los hermanos llegan a un acuerdo: ya que es imposible dar a sus padres esa noticia, se turnarán los tenis de Alí para cubrir las horas de la escuela; Zahra va en la mañana y corre de regreso a casa para que Alí corra a su vez y pueda llegar a tiempo al turno escolar de la tarde; pero Alí, por más rápido que corre, nunca consigue llegar puntual. Se establece esta nueva rutina de los niños y se extiende indefinidamente, pues no sabemos con exactitud cuántos días pasan así. Dentro de este acontecer rutinario vemos eventos extraordinarios que llenan de matices el transcurso de la historia, es decir, el desarrollo está inserto en una monotonía aparente, pero el director sabe muy bien que ninguna rutina es monótona del todo, de manera que atenderemos también las dificultades impuestas a nuestros héroes por el impredecible curso del devenir. Así se desarrolla la historia, y parecería que este ejercicio de correr, llegar, cambiarse los zapatos por las sandalias caseras, etcétera, podría prolongarse indefinidamente si no fuera porque el asunto preocupa a Alí profundamente. Alí es un niño con iniciativa, de espíritu más o menos ligero (de repente sus angustias lo atormentan demasiado), es propositivo y alegre, jovial; es un niño, pues, y de gente como él “será el reino de los cielos...” Tiene además un fuerte sentido de la solidaridad que vemos consolidarse en la película al tiempo que se alimenta de gratitud con el apoyo incondicional, solidario también, que recibe de su hermana. Nudo Decíamos que la historia podría concentrarse indefinidamente en esta intermitencia de correr, llegar y correr. Sin embargo, la teoría del cuento nos dice que el nudo es un elemento narrativo y estructural a través del cual el autor plantea una nueva pauta para que la narración gire en su curso temporal y eventual. Así que en una escena que lleva la misma secuencia a la que ya nos hemos acostumbrado, vemos a Alí llegar a la escuela una vez más, pero en esta ocasión, y en contra de la costumbre, hay una gran algarabía en el patio. Les avisan a los niños que habrá una carrera y que todas las escuelas de la zona están invitadas a participar; así que lanzan la convocatoria para inscribirse a las pruebas eliminatorias que den como resultado cinco, máximo seis seleccionados. Envuelto por su problemática familiar, Alí olvida inscribirse a esas pruebas, pero cuando ve el cartel que anuncia los premios para los tres primeros lugares, decide que es indispensable participar, pues el primer lugar tiene como premio equipo deportivo y tres semanas en un campamento, el segundo lugar, algo así como material escolar y deportivo más dos semanas en el campamento, y el tercer lugar, unas zapatillas deportivas y una semana en el campamento. Atrapado por una especie de vahído o por esa ansiedad que de repente describimos por medio de la curiosa metáfora que nos hace sentir “mariposas en la panza”, Alí voltea y rodea sigilosamente con la mirada la multitud bulliciosa de compañeros que se entusiasman con los premios, y una vez más posa la vista en el único renglón que le interesa, como para comprobar que de verdad ahí dice: “un par de zapatillas deportivas”; hasta parece que el niño tragara saliva. Tiene que hablar con el entrenador. “Sí, pasa”, le dice él mientras guarda cosas en su locker. “No, es imposible, ya tenemos a los seleccionados”, es la respuesta que escucha Alí a su petición de participar. Entonces el niño cede al arrebato de la angustia: “Prometo ganar”, le dice al hombre una y otra vez, “prometo ganar, señor”, y vemos el rostro sonrojado y consternado del buen hombre, que definitivamente no entiende de qué se tratan esas lágrimas súbitas de Alí. Pero en la siguiente escena lo vemos sonreírle al cronómetro, y voltear alternativamente para seguir con asombro el paso firme e implacable de los pasos acelerados de Alí, lo que nos anuncia que el niño no sólo cumple, sino que rebasa las expectativas de velocidad promedio. Alí está en el equipo. Corre muy contento de regreso a su casa y le da a Zahra la noticia: ganaré el tercer lugar. “Y ¿qué pasará si no ganas?” Alí está seguro, ni siquiera se plantea la posibilidad de no ganar el tercero. “Pero de cualquier manera”, dice Zahra, “son zapatillas deportivas para hombre.” “No importa”, dice Alí muy confiado, “las cambiaré por zapatos de niña”. La siguiente escena nos lleva a un lugar inusitado en la historia; la carrera será en un bosque, y el recorrido es largo, muy largo. Definitivamente, el nudo ha dado a la narración un giro que nos cambia no sólo la secuencia narrativa, sino también el escenario. Ahora, la historia no se centra ya en el conflicto, sino en el desenlace: ¿ganará Alí el tercer lugar en la carrera? ¿Logrará llevar victorioso el par de zapatillas deportivas a su hermana? No perdemos detalle; la escena de la carrera es bastante dinámica. Para empezar, la camioneta de la escuela llega con retraso a la sede de la competencia; el maestro les entrega a los niños la camiseta del uniforme; Alí se la pone y mientras se la acomoda, voltea y contempla lo que lo rodea; está nervioso, ve a sus contrincantes. casi podemos oír su corazón impulsado briosamente por un derrame de adrenalina. ¿Qué pasará ahora? Y la carrera arranca… Desenlace El final al llegar a casa se encuentra con los ojos esperanzados de su hermana , pero esta al ver todo lo contrario en los ojos de su hermano se va llorando
Crítica y otros datos de interés sobre la película
La película está enteramente grabada en Teherán. Se intentó mantener la grabación del film en secreto para tratar de conseguir una imagen lo más real posible de la ciudad. El coste ponderado de la película fue de 150.000 euros.
Niños del cielo fue premiada en febrero de 1997 en el festival cinematográfico iraní Fajr Film Festival y consiguió varios galardones. La película fue adquiriendo notoriedad y fue estrenada en diversos países europeos, en América y en Asia entre los años 1999 y 2001. La crítica acogió muy positivamente la cinta.
Corredor
Corredor (Homerun) es una adaptación de Niños del cielo. A diferencia de la original, Corredor trata sobre la amistad y está ambientada en Singapur. Fue estrenada en el año 2003.
Premios
Fue el primer film iraní en ser nominado por la Academia para la categoría de mejor película de habla no inglesa (1998), pero perdió la estatuilla frente a la película italiana La vida es bella.
Fue mostrada con éxito en numerosos festivales y ganó un gran número de premios, entre los que destacan los del Fajr Film Festival, World Film Festival, Festival Cinematográfico Internacional de Newport (Newport International Film Festival), Festival Cinematográfico Internacional de Varsovia, y el Festival Cinematográfico Internacional de Singapur. Fue nominada para el Gran Premio del Jurado en el Festival del Instituto Americano de cinematografía (American Film Institute).
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