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Obsolescencia planificada
La obsolescencia planificada (también conocida como obsolescencia programada) es el proceso por el cual un producto o servicio se vuelve obsoleto o no funcional tras un período de tiempo calculado por el fabricante. La obsolescencia planificada tiene un potencial considerable para beneficiar al fabricante dado que el producto va a fallar en algún momento, poniendo bajo presión al consumidor para que adquiera otro producto nuevamente,[1] ya sea del mismo productor (mediante la adquisición de una parte para reemplazar y arreglar el viejo producto o mediante la compra de un modelo del mismo más nuevo), o de un competidor, factor decisivo que también se prevé en el proceso de obsolescencia planificada.
Para la industria, la obsolescencia planificada estimula positivamente la demanda al alentar a los consumidores a comprar de forma acelerada nuevos productos si desean seguir utilizándolos.[2] La obsolescencia planificada se utiliza en una alta diversidad de productos, desde vehículos hasta focos, pasando por edificaciones y software electrónico.[3] Existe el riesgo de una reacción adversa por parte de los consumidores al descubrir que el fabricante invirtió en hacer que su producto se volviese obsoleto más rápidamente, haciendo que sus consumidores cambien a la competencia, basando su elección en la durabilidad y calidad del producto.
La obsolescencia planificada fue desarrollada por primera vez entre 1920 y 1930, momento en el cual la producción en masa empieza a forjar un nuevo modelo de mercado en el cual el análisis detallado de cada parte del mismo pasa a ser un factor fundamental para lograr su éxito.
La estimación de la obsolescencia planificada puede influir enormemente en la decisión de una empresa sobre la arquitectura interna de sus productos. De esta forma, la compañía va a sopesar si utilizar los componentes tecnológicos más baratos satisface o no la proyección de vida útil que estén interesados en darle a sus productos. Estas decisiones forman parte de una disciplina más conocida como ingeniería del valor.
El empleo de la obsolescencia planificada no siempre es tan fácil de determinar, y se complica aún más al entrever otros factores relacionados con la misma, como pueden ser la constante competencia tecnológica o la sobrecarga de funciones que si bien pueden expandir las posibilidades de uso del producto en cuestión también pueden hacerlo fracasar rotundamente.
Desechos y contaminación
La obsolencencia busca el lucro económico inmediato, por lo que el cuidado y respeto del aire, agua, medio ambiente y por ende el ser humano, pasa completamente a un segundo plano de prioridades. Cada bien que se vuelve obsoleto, acaba en una montaña de desechos, y éstos productos, no son biodegradables y contienen grandes cantidades de metales u otras sustancias muy contaminantes. Es un evidente problema del actual sistema de producción y económico: no se ajusta en absoluto a la armonía y equilibrio de la naturaleza.
Véase también
Referencias
- ↑ Curso de Marketing (comportamiento de consumidor) - AulaFácil
- ↑ El mercado de los videojuegos, la obsolescencia planificada y la obsolescencia percibida - Vida Extra
- ↑ ¿El cambio tecnológico es siempre positivo? - MATERIABIZ
Categorías: Teoría económica | Tecnología
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