- Pippalāda
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Pippalāda
En el marco de la mitología hindú, Pippalada fue un antiguo creador de varios himnos del texto Átharva vedá.
- पिप्पलाद, en escritura devánagari.
- pippalāda, en el sistema IAST de transliteración sánscrita.
- Etimología:
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En el Skanda puraná se cuenta la leyenda del nacimiento de Pippalada, hijo del sabio Dadhichi. Según la leyenda se crió bajo un árbol pipal después de que sus padres murieron. Entonces la gente le puso el nombre del árbol. Este árbol pippal tiene una connotación mística, ya que bajo un pippal el joven sabio Gautama Buda (en el siglo VI a. C. dijo haber alcanzado el nirvana.
Contenido
Soledad
Era un sabio solitario, un ermitaño. En el Prasna upanishad (‘el Upanishad de las preguntas’) se cuenta la historia de los seis jóvenes monjes que van a hacerle preguntas espirituales, pero él los invita a vivir con él durante un año entero, antes de aceptar que le pregunten.[3]
Una rama de los recitadores del Átharva veda (que mantuvieron vivo el texto completo hasta la actualidad) se llama pippalada shakha (la rama de Pipalá Ada) y se supone que la inició él.
En el Matsia puraná se cuenta un diálogo entre este Pippalada y el rey Iudhi Shthira (un personaje mitológico del texto épico Majábharata).[4]
También se llama pippalada o pippalādaka a la doctrina que él fundó.
En el ghat (balneario sagrado) llamado Pancha Ganga (‘cinco Ganges’, donde se unen los ríos Ganges, el Iamuna, el Sárasuati, el Kirana y el Dhupa Papa), en la ciudad de Varanasi (Benarés) hay un tirtha (lugar sagrado de peregrinación) llamado Pippalada tirtha. [5]
Leyenda de Dadhichi
Cuando era niño, Pippalada atemorizó al deva Indra y a otros devas, gracias a una bendición del dios Shivá.
En el Brahma vaivarta puraná se cuenta la historia del tonto Dadhichi.[6]
El sabio religioso Dadhichi y sus dos esposas Lopa Mudra y Gabhastini vivían en una choza cercana al río Ganges.. Los daitias y danavas temían los poderes de este sabio. Los devas pelearon contra los asuras y los vencieron. Después fueron a darle sus respetos a Dadhichi. Éste les dio la bienvenida y les preguntó qué deseaban.
«Gracias a tus bendiciones, estamos bien. Hemos vencido a los asuras en la guerra, pero ahora tenemos un problema. No necesitamos nuestras pesadas armas de hierro ahora que los asuras han huido. No sabemos dónde podemos esconderlas. Quizá usted podría guardárnolas en su áshram. Creemos que este es el lugar más seguro».
Dadhichi consintió a su propuesta. Los devas dejaron todas sus armas de hierro y regresaron a su morada en los Himalayas.
Cuando Lopamudra se enteró, se enojó. «Lo que has hecho es muy inapropiado. Uno no debe aceptar la responsabilidad por las propiedades de otra persona, especialmente si eres un asceta y no tienes posesiones. Además aceptaste guardar las armas de los devas. Eso significa que todos los enemigos de los devas nos considerarán sus enemigos. Y qué pasaría si algo les sucede a las armas? Los devas te echarán la culpa».
Al sabio le pareció correcto lo que dijo su esposa, pero no había pensado en eso antes, y ya había dado su palabra a los devas.
Pasó mucho tiempo. Los devas no habían vuelto a buscar sus armas de metal. El bruto Dadhichi no sabía cómo cuidarlas. Vio que las pulidas armas se estaban oscureciendo. Creyó que si las lavaba con agua del sagrado río Ganges se mantendrían brillantes y pulidas, así que trajo agua del río y las lavó. Las brillantes y pulidas armas de hierro se oxidaron aun más. Dadhichi creyó que el brillo de las armas se había pasado al agua, entonces la bebió. Con el paso del tiempo, las armas se carcomieron.
Finalmente los devas —viendo que sus enemigos los asuras se han unido otra vez— bajaron a buscar sus armas de hierro.
El sabio les explicó que las armas se habían arruinado, pero les explicó que él había tragado su energía, y les ofrecía que ellos hicieran nuevas armas a partir de sus huesos. Entonces los devas mataron a Dadhichi, tomaron su cadáver y le quitaron toda la carne. El deva Vishuá Karma hizo una terrible arma vashra con los huesos de Dadhichi.
Lopa Mudra no estaba en el sitio cuando este incidente tuvo lugar. Al volver, encontró los pedazos de carne. Ella quiso suicidarse en una fogata (como hacían las mujeres en la primitiva cultura védica). Pero estaba embarazada, por lo que esperó a que su bebé naciera para matarse. Después del parto, abandonó al recién nacido bajo una gran higuera, prendió una gran hoguera y se arrojó sobre ella.
Leyenda contada por Pippalada
Como el bebé no tenía nombre, fue conocido como Pippalada. En su vejez, ya un religioso reconocido, Pippalada decía que ningún ser humano lo había criado, sino los árboles. Estos le habían pedido al dios árbol (Chandra) que les diera algo de amrita (néctar de la inmortalidad) para Pippalada.
Cuando Pippalada creció, quiso saber quiénes habían sido sus padres y los árboles le contaron la historia. Pippalada culpó a la tribu de los devas por la estúpida muerte de sus padres y decidió vengarse. Los árboles llevaron a Pippalada ante el dios árbol Chandra. Este le dijo que era demasiado joven y primero tendría que aprender a usar armas. Lo envió al bosque Dandaka Arania. Allí tendría que satisfacer al dios selvático Shivá, que vivía cerca del río Gautami Ganga, que cruzaba el inmenso bosque. Si satisfacía a Shivá, éste le cumpliría cualquier deseo.
Pippalada vivió varios meses en el bosque hasta que encontró a Shivá y lo complació con oraciones.
—¿Qué bendición quieres? —preguntó Shivá.
—Quiero matar a todos los devas.
—Tengo un tercer ojo en el medio de mi frente. El día que lo puedas ver, tu deseo será cumplido.
Pippalada no podía ver el tercer ojo de Shivá. Pasó meses tratando, hasta que lo vio. Entonces de la frente de Shivá surgió una yegua parlante.
—¿Qué deseas? —le preguntó la yegua a Pippalada.
—Mata a mis enemigos, los devas. La yegua inmediatamente atacó a patadas a Pippalada. —Pero ¿qué haces? ¿Por qué me atacas? Te pedí que atacaras a los devas. —Pero tu cuerpo ha sido creado de los devas, por eso tengo que matarte a ti también. Pippalada le pidió ayuda a Shivá. Shivá entonces le dijo a Pippalada que si se quedaba en esa región del bosque, la yegua no lo atacaría. Pippalada vivió allí. Los devas le pidieron a Shivá que los salvara de la yegua salvaje. Shivá persuadió a Pippalada para que controlara su enojo. Convenció a Pippalada que la muerte de su padre se debía a su propia credulidad y estupidez, y que la muerte de su madre se debía a su fanatismo religioso, y que no ganaría nada matando a los devas, porque eso no resucitaría a sus padres.Pippalada accedió, pero dijo que quería ver a sus padres una única vez. Entonces bajó un carro vímana del cielo, en el que estaban sentados Dadhichi y sus dos esposas Lopamudra y Gabhastini. Bendijeron a Pippalada y le pidieron que se casara y tuviera hijos.
La yegua gigante se convirtió en un río y desapareció en el sagrado río Ganges.
Notas
- ↑ Según el Bhāgavata puraṇá, citado en el Sanskrit-English Dictionary del británico Monier Monier-Williams (1819-1899).
- ↑ Según el Bhāgavata puraṇá, citado en el Sanskrit-English Dictionary de Monier-Williams.
- ↑ Books.Google.com (The call of the “Upanishads”, de Rohit Mehta).
- ↑ SaujanyaBooks.com
- ↑ Según el sitio Varanasi.nic.in, consultado el 7 de noviembre de 2009.
- ↑ AstroJyoti.com.
Enlaces externos
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