- Parroquia de sta. Maria y sta. Isabel
-
Parroquia de sta. Maria y sta. Isabel
HISTORIA DE LA NUEVA PARROQUIA Hace veinte años, en 1987 comenzaba formalmente una nueva colonia en la periferia de la ciudad de Morelia, la cual lleva hasta hoy el nombre de Eduardo Ruiz, en honor al abogado y escribano público Nacido en Paracho, Mich., en 1839, con el objetivo de que sus nuevos habitantes obtuvieran una oportunidad para tener un techo donde vivir. Se fue poblando con gente de las colonias aledañas como Infonavit la Colina, Guadalupe, de algunos pueblos, ranchos y otros lugares de Morelia. El cartón y la costera eran los materiales de la mayoría de las casas, no se tenían los recursos suficientes para el tabique y cemento, lo que origino, que algunas viviendas por su precariedad se inundarán por copiosas lluvias, y con los fuertes vientos algunos techos eran arrancados violentamente. Por los materiales inflamables con que estaban hechas las viviendas, algunas de ellas desafortunadamente se quemaron, tanto de forma individual como en conjunto, por descuidos de sus propietarios, perdiendo todo su patrimonio, y en ocasiones también la vida. Aunado a estos accidentes, como en toda población que comienza con bajas condiciones de seguridad, la rapiña en casa habitación y el robo a mano armada eran el pan de cada día. Las familias disfuncionales de la localidad, como en toda sociedad dañada, generaban a los protagonistas, de estos y muchos otros actos delictivos. Algunos jóvenes y adolescentes recibían maltrato de parte de sus padres, y carencias como el alimento diario y la falta de educación, por ende, no contaban con alguna palabra de cariño en su “hogar”, por lo que buscaban aceptación asociándose con otros que sufrían igual que ellos, pero eran “banda” como ellos mismos lo decían. Estos jóvenes eran blanco fácil para vendedores de droga al menudeo, el resistol amarillo, la marihuana, entre otras drogas, eran la forma en que se podía olvidar de todas las carencias. En contra parte, la mayoría de los colonos, gente trabajadora y sencilla, buscaban formas para subsistir honestamente, creando, desde tiendas de abarrotes, carnicerías, talleres mecánicos etc. hasta puestecitos de dulces, cenas, o venta de atole, entre otros. La colonia progresaba de una forma lenta pero a paso seguro.
Las bandas comenzaron a tomar, de alguna forma, el control de algunas calles donde los pleitos, robos y el uso de enervantes en pleno día detenían o empañaban lo alcanzado.
Es en este contexto, en la década de los 90's, cuando se piensa en la creación de un templo entre las calles de Huatapera y Siempre Viva dedicado a SANTA MARÍA Y SANTA ISABEL. Curiosamente, la casa de Dios tiene un origen similar a la colonia, comenzando con un pequeño cuarto de cartón y algunos colonos entusiastas que luchan por hacer el sueño realidad. En el año 1991 se inician los primeros esfuerzos para celebrar el banquete del Señor en una colonia que esta sedienta de Él. Llegan los primeros sacerdotes a celebrar la misa y motivar a sus feligreses en la construcción del templo material y espiritual, en especial se encuentran el Padre Gilberto Gaytan y el Padre Manuel Macouzet, grandes pilares de nuestra comunidad, acompañados de algunos laicos comprometidos. Con el nombramiento oficial de Padre encargado de la Capilla, el Padre Gilberto Gaytan comienza el desarrollo de la gran empresa, hacer florecer al pueblo de Dios celebrando la Eucaristía y trabajando en algunas carencias que son muy visibles.
El Padre Gilberto hace un llamado a las todas las personas que quieran ayudar en este hermoso proyecto; comenzar desde cero en algo que para todos los habitantes será de provecho y legado para las futuras generaciones. Comienzan los grupos de catecismo con una organización bien diseñada por el Padre Gil que era acompañado por un grupo de religiosas y un seminarista que es enviado hasta el día de hoy. Su experiencia como maestro se ve reflejada en el corazón de cada Catequista, que con cariño y dedicación comunican la buena nueva al futuro de la colonia, sus niños. A la par, el Padre organiza cursos para enseñar a la gente a leer y escribir con resultados extraordinarios en la gente mayor con un método inventado por el mismo. “La mano se siente dura como piedra, y no se puede dominar, pero aprendieron a escribir”, decía el padre Gaytan en medio de las risas de él y sus alumnos adultos que aprendieron a comunicarse de forma escrita. Con una parte de la comunidad convencida del proyecto que se ha realizado hasta el momento se comienza con la construcción del templo, para pasar, del cartón a materiales resistentes de cemento y tabicón, el mismo proceso de cualquier casa de la colonia. Las homilías del Padre van cargadas de un lenguaje sencillo y pedagógico para que todo mundo entienda y se ilustre en su religión, acentuando siempre que se debe ir por el camino recto, corrigiendo a muchos feligreses enérgicamente, con el amor de un padre que necesita corregir a su hijo para que sea un mejor cristiano y siendo, desde luego, coherente con cada palabra que decía. La colonia comienza a tomar un rumbo positivo, disminuyendo en forma considerable los males que la aquejaban en sus inicios debido a los valores cristianos, los sacramentos, las sanas convivencias que la floreciente Iglesia local hacia vida es sus familias.
Por fin, después de grandes esfuerzos se construye la estructura principal en obra negra del templo, con los siguientes espacios:
l Presbiterio con altar, ambón, credencia,
l equipo de sonido,
l una amplia área para bancas,
l área para el coro y
l la sacristía.
Con una estructura segura y el embellecimiento interior del templo la comunidad cuenta desde ese momento con el Santísimo Sacramento viviendo físicamente entre nosotros, por tanto, se crea el grupo de la vela perpetua, llamadas cabezas de día, para cuidar y servir a nuestro Señor, todo esto con el permiso del Sr. Arzobispo de Morelia: Don Alberto Suárez Inda. Con las instalaciones más practicas y funcionales se fortalecen todos los planes y esfuerzos organizados, en especial, los grupos de adultos comprometidos, los monaguillos, catecismo, y se crean formalmente un grupo de jóvenes cuya misión principal es el nuevo Coro. Como los grandes hombres de Dios, pareciera que el Padre Gil es un hombre de Hierro y sigue dando ejemplo a sus feligreses hasta que su salud lo obligo a detenerse y descansar para ser posteriormente operado, pero recayó. Es en estas circunstancias que el Padre deja su Rectoría con bases sólidas, espirituales y materiales después de aproximadamente 9 años de trabajo, por lo que en Santa María y Santa Isabel se propone formalmente en 1999 el cambio de encargado de la Comunidad pasando del Padre Gilberto Gaytan al Padre Leopoldo Maldonado, con lo que se inicia una nueva etapa en la Rectoría.
El padre “Polito” como se le decía de cariño entre la gente, atendió fervorosamente a sus hijos en Cristo, aunque por sus diversos cargos y ocupaciones no tenia la oportunidad de estar mucho tiempo con su gente, todos veían en el a un Padre amoroso en el cual confiar. Con el Padre Polo llegan nuevos grupos a la Rectoría el grupo del Apostolado de la Cruz y se crea el grupo de los Ministros Extraordinarios de la Comunión para atender a nuestros hermanos menos afortunados por su estado de salud. La gente como en el principio no deja de asistir a la Eucaristía en un gran número, comienza a sentirse una necesidad de Dios cada ves más grande. Las celebraciones en los días santos y de guardar muestran una multitud de personas uniéndose en el banquete del Señor. La comunidad y su sacerdote terminan las obras del Templo, techando la última parte por concluir. Después de aproximadamente dos años llenos de frutos llega una ves más el momento del cambio de sacerdote, llega el Padre José del Carmen Cervantes en el año 2001.
Con la llegada de un Padre joven con grandes fuerzas y ambiciones espirituales, junto a una comunidad hambrienta de Dios, se genera “una gran revolución” en los cátolicos que seguían trabajando desde los primeros días de la creación del templo y los que fueron llamados para trabajar con el nuevo Sacerdote encargado de la Liturgia Diocesana.
El primer paso fue consolidar los grupos existentes, convocando a una reunión extraordinaria que fue la primera junta del consejo de la Rectoría, siendo el primer presidente de dicha representación de los grupos el Señor José Ortiz. Con lo anterior, se le dio su lugar al laico y se enfatizo que, a nivel litúrgico, cada miembro de la comunidad entendiera su papel dentro de la celebración Eucarística por medio de las platicas de formación comúnmente llamada “de los lunes”, esto dio pie a la creación de los grupos de liturgia que, hasta la fecha, siguen siendo de los más comprometidos en la misión de la construcción del Reino. Un gran número de personas se unen a los diferentes grupos y aprenden a trabajar en equipo, se fortalece la unión de cada cristiano ya que se dan cuenta que se pueden conseguir grandes cosas con esta organización.
Después de un trabajo arduo y dinámico se consiguen crear y afianzar los siguientes grupos dentro de la Rectoría:
l Consejo de Pastoral
l Ministros de la Comunión,
l Monaguillos,
l Grupo de jóvenes,
l Grupo de adolescentes,
l Escuela de Pastoral,
l Apostolado de la cruz,
l Coros,
l Vela perpetua,
l Equipos de Liturgia,
l Catequistas,
l Adoradores,
l Desayunos y cenas,
l Equipo de pro-construcción. (Actualmente existen todos menos: Equipo de pro-construcción, grupo de jóvenes, grupo de adolescentes, se está iniciando con la comunidad MCL (misioneros de la caridad laicos, de la madre teresa de Calcuta).
En esta etapa la Rectoría tiene una gran proyección a nivel Diocesano llamándole cariñosamente “Las Primas”, en alusión a Santa María y Santa Isabel. Esto se da por el gran compromiso de los miembros de los grupos y el gran liderazgo del Padre Carmelo.
Es en este caminar que se descubren nuevos campos para tener un proceso de formación más integral, realizando actos culturales y formativos como son las Representaciones de la Pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, la tradicional Pastorela, concursos de canto y baile, mini torneos, entre otras manifestaciones del arte y deporte, donde se encuentra un espacio antes inimaginable; trabajan juntos, desde un niño hasta un adulto dentro del mismo escenario, lo que trajo como consecuencia una unión y trabajo estrecho entre las diferentes generaciones.
Las obras del Templo avanzan a paso firme dando paso a la construcción de salones funcionales con espacios para estufa y baños, en total se construyen dos pisos y una oficina. Esto se hace realidad gracias a la ayuda económica, mano de obra, donativos de materiales de construcción de todos los miembros de la Iglesia de la Colonia Eduardo Ruiz. Para entonces el gran reto era construir la casa del Padre, objetivo que se vio cumplido con un esfuerzo enorme, pero la gente ya había entendido lo que se puede lograr cuando se dejan atrás los egoísmos y envidias, y se consigue vivir en solidaridad y unión fraterna.
Después de varios años de trabajo ininterrumpido, ocurren en la diócesis diferentes cambios de sacerdotes, y se da el cambio del querido Padre Carmelo, entre diferentes muestras de cariño y afecto en su despedida.
A continuación la comunidad se encuentra ante una prueba de fuego, mantener el trabajo realizado hasta ahora y demostrar que se había madurado espiritualmente. Llegan en el 2005 el Padre César como Párroco de María Madre y el Padre Ramiro Aguilar Ramírez como Vicario, siendo este último al cabo de unos meses el nuevo Padre Rector.
Con la llegada del nuevo Rector se fortalece, sobre todo, espiritualmente a los grupos, después de jornadas titánicas de construcción material del Templo. El Padre encargado sigue siendo el responsable de la Liturgia Diocesana lo que conllevo a una reafirmación de los grupos por la especial celebración del Dies Domine (Día del Señor), por parte de todos, para vivir el mensaje recibido durante la semana. El Padre Ramiro da una especial atención a la niñez y juventud de la Comunidad logrando una significativa unión entre ellos. El pueblo de Dios es reeducado durante las misas dominicales, la reunión de los lunes, y la reunión con cada grupo, obteniendo como resultado una asamblea más madura que sabe “el porque” de los signos y rasgos de la Santa Misa a través de avisos, boletines y otros medios.
Se da mantenimiento al Templo resanando y pintando la parte externa, y arreglando algunos detalles internos muy significativos de los salones y la casa del Padre. La Rectoría sigue teniendo proyección ya que la oficina de la Liturgia Diocesana es trasladada a la oficina del Templo. En el transcurso de poco menos de dos años el Padre Ramiro es cambiado al seminario mayor de Morelia dejando un huella imborrable en cada persona de la Rectoría.
Después de tantos trabajos y esfuerzos en la construcción del Reino de Dios, en cada casa de la comunidad, en cada calle, en cada persona, se tiene la ilusión de que formalmente se le dé a SANTA MARÍA Y SANTA ISABEL el título de CUASI-PARROQUIA, no como un título distintivo, sino como una forma de para transmitir el amor que se ha recibido a lo largo de esta historia de salvación para esta comunidad y que ahora es hermosamente transmitida por medio del ministerio de nuestro actual guía espiritual el Padre Raúl Uriel Rosales Medrano. FUENTE: http://www.lasprimas.info
Wikimedia foundation. 2010.