Pedro y el capitán es un drama teatral escrito por Mario Benedetti en 1979.

La obra está dividida en cuatro partes y consiste en un diálogo entre el Capitán, representante de las fuerzas armadas, y Pedro, víctima de la persecución a los activistas de las ideologías de izquierda en Latinoamérica durante las dictaduras militares de las décadas de 1970-1980.

Las acciones en esta obra transcurren en una habitación semivacía, donde Pedro, que tiene tendencias izquierdistas, es dejado encapuchado luego de cada sesión de tortura física, a fin de ser interrogado por el Capitán. En el primer acto, la capucha que cubre la cabeza de Pedro no es retirada por el Capitán, que se dedica a hacerle saber que conoce su verdadera identidad y le pide que de información sobre conocidos que comparten su misma ideología. Pedro se mantiene callado, de modo que cuando al finalizar la perorata del Capitán este pregunta si piensa proporcionarle la información necesitada, no recibe respuesta alguna y se termina el acto. En la segunda parte el Capitán decide retirarle la capucha a Pedro, que tras una nueva sesión de tortura se encuentra magullado y tiene la boca hinchada. A partir de entonces Pedro se dedica a contestar las preguntas del interrogador, pero sin delatar a nadie, de modo que cuando al finalizar la segunda parte el Capitán inquiere si va a hablar, Pedro responde negativamente. En la tercera parte, Benedetti ahonda en el pasado de Pedro y su inquisidor, e intenta indagar principalmente en la psicología del torturador. Durante el acto Pedro mantiene una actitud que se semeja al delirio, comportamiento que al final parece contagiar al Capitán, que comienza a relatar anécdotas familiares y juveniles. En determinado momento, las figuras de autoridad parecen modificarse, y el Capitán, que anteriormente empleaba el voseo para referirse a Pedro, comienza a tratarlo de usted. Sin embargo, aunque al final ruega a Pedro que proporcione algo de información, el acto finaliza sin que el detenido haya delatado a nadie. El cuarto y último acto se produce el quiebre emocional del Capitán, y Benedetti profundiza de manera definitiva en la psicología de este personaje. Pedro se encuentra en muy mal estado físico, por lo que tras haberle informado al Capitán que conoce su verdadero grado en el ejército, comienza a monologar pretendiendo despedirse de su esposa. El Capitán, cuyo deterioro responde a otras causas, ante el soliloquio de Pedro admite de manera indirecta su sentimiento de culpabilidad y suplica a Pedro que le proporcione siquiera un dato sobre los sujetos que debía delatar, un solo dato que le permita justificar su accionar y salvarse de sí mismo. Le ruega al detenido apelando tanto a su verdadero nombre como a su nombre clandestino, pero Pedro, casi agonizante, se niega definitivamente, dando fin de este modo a la obra de Benedetti. J.A.

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• Pedro y el Capitán