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Política agrícola
La política agrícola se describe un conjunto de leyes relativas a la agricultura nacional y las importaciones de productos agrícolas extranjeros. Por lo general los gobiernos implementen políticas agrícolas con el objetivo de lograr un resultado específico en el mercado de los productos agrícolas nacionales. Los resultados pueden variar desde garantiza suministro, la estabilidad de los precios, la calidad de los productos, selección de productos, el uso de la tierra o el empleo.
Contenido
Agricultura y política
Un ejemplo de la amplitud y los tipos de intereses de la política de la agricultura se pueden encontrar en la Oficina Australiana de Economía Agrícola y de Recursos Agrícolas artículo economías de Australia y Nueva Zelandia que dice que los principales desafíos y problemas que enfrenta su industria de la agricultura industrial son los siguientes:
- Problemas de comercialización y los gustos de los consumidores
- Entorno comercial internacional (las condiciones del mercado mundial, los obstáculos al comercio, cuarentena y los obstáculos técnicos, el mantenimiento de la competitividad y el mercado mundial de imagen, la bioseguridad y la gestión de las cuestiones que afectan a las importaciones y el estado de la enfermedad de las exportaciones)
- Bioseguridad (plagas y enfermedades como la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), la gripe aviar, la fiebre aftosa, canker cítricos, la caña de azúcar y carbón)
- Infraestructura (tales como el transporte, los puertos, las telecomunicaciones, la energía y las instalaciones de riego)
- Capacidades de gestión y oferta de mano de obra (Con el aumento de las necesidades de la planificación empresarial, el aumento de la conciencia de mercado, el uso de la tecnología moderna, como las computadoras y sistemas de posicionamiento global y un mejor manejo agronómico, modernos administradores de la granja tendrán que ser cada vez más calificados. Ejemplos: la formación de trabajadores cualificados, El desarrollo de sistemas de contratar mano de obra que proporcionan continuidad de los trabajos en las industrias con fuertes picos estacionales, los instrumentos modernos de comunicación, la investigación de las oportunidades de mercado, la investigación de las necesidades de los clientes, incluida la planificación de las actividades de gestión financiera, la investigación de las últimas técnicas de cultivo, gestión de los riesgos de habilidades)
- Coordinación (a más coherente programa estratégico nacional para la investigación agrícola y el desarrollo; participación más activa de los inversores en investigación, en colaboración con proveedores de desarrollo de los programas de investigación del trabajo, una mayor coordinación de las actividades de investigación a través de las industrias, organizaciones de investigación y de cuestiones, y la inversión en capital humano para asegurar Una mano de obra cualificada piscina de la investigación personal en el futuro.)
- Tecnología (investigación, la adopción, productividad, genéticamente modificados (GM), los cultivos, las inversiones)
- Agua (los derechos de acceso, el comercio de agua, suministro de agua para los resultados ambientales, la asignación de riesgo en respuesta a la reasignación de agua de consumo para uso ambiental, la contabilidad para el abastecimiento y distribución de agua)
- Cuestiones de acceso a los recursos (gestión de la vegetación nativa, la protección y la mejora de la biodiversidad, la sostenibilidad de los recursos productivos agrícolas, terrateniente responsabilidades).
La reducción de la pobreza
La agricultura sigue siendo el mayor contribuyente individual a los medios de subsistencia de los 75% de los pobres del mundo que viven en las zonas rurales. Alentar el crecimiento de la agricultura, por lo tanto, es un aspecto importante de la política agrícola en el mundo en desarrollo. Además, un reciente documento de perspectivas de Recursos Naturales por el Instituto de Desarrollo de Ultramar descubrió que una buena infraestructura, la educación y los servicios de información eficaces en las zonas rurales eran necesarias para mejorar las posibilidades de la agricultura de los pobres.
Bioseguridad
Artículo principal: Bioseguridad Las preocupaciones de bioseguridad frente a la agricultura industrial se ilustra a través de:
La amenaza a las aves de corral y los humanos de infección por virus H5N1, posiblemente causado por el uso de vacunas para animales La amenaza para el ganado y los seres humanos de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), posiblemente causados por el antinatural alimentación de ganado bovino para minimizar los costos de Y la amenaza a la industria se beneficia de enfermedades como la fiebre aftosa y la enfermedad de los cítricos canker que la globalización hace cada vez más difícil de contener.
Gripe aviar
El uso de vacunas para animales puede crear nuevos virus que matan a las personas y causar pandemia de gripe amenazas. H5N1 es un ejemplo de que esto podría haberse producido ya. Según el CDC artículo H5N1 Los brotes de influenza y Enzoótica por Robert G. Webster et. Al.: "La transmisión de alta patogenicidad H5N1 de las aves de corral domésticas con las aves acuáticas migratorias de vuelta, en el oeste de China ha aumentado la difusión geográfica. La propagación del virus H5N1 y su posible reintroducción de las aves de corral domésticas aumentan la necesidad de buenas vacunas. De hecho, la causa fundamental De la continua amenaza de una pandemia de H5N1 pueden ser el modo en que la patogenicidad de los virus H5N1 está enmascarado por la co-circulan los virus de la gripe o mala agrícolas vacunas. "[3] doctor Robert Webster explica:" Si un buen uso de vacunas puede prevenir la transmisión Dentro de las aves de corral y para los seres humanos. Pero si han estado usando vacunas ahora [en China] para varios años, ¿por qué existe tanto la gripe aviar? No es malo que para la vacuna contra la enfermedad en las aves, pero el pájaro que pasa pooping de virus y Mantenerla y cambiarla. Y creo que esto es lo que está pasando en China. Tiene que ser. O no hay suficiente vacuna que se utiliza o hay debajo de la vacuna que se use. Probablemente ambas cosas. No es sólo China. No puede culpar a China por debajo de las vacunas. Creo que hay debajo de las vacunas para la gripe en las aves de corral en todo el mundo. "[4] En respuesta a las mismas preocupaciones, la agencia Reuters informa de Hong Kong experto en enfermedades infecciosas Lo Wing-lok diciendo," El Cuestión de las vacunas ha de tener la máxima prioridad ", y Julie Hall, responsable de la OMS de respuesta a los brotes en China, diciendo que China podría ser la utilización de máscaras de las vacunas el virus." [5] La BBC informó de que el Dr Wendy Barclay, un virólogo de la Universidad De Reading, Reino Unido, dijo: "Los chinos han hecho una vacuna basada en la genética inversa con antígenos del virus H5N1, y se han de usarla. No ha habido muchas críticas de lo que han hecho, porque han protegido a sus pollos en contra de la muerte por este virus, pero los pollos infectados todavía, y entonces obtendrá la deriva - el virus muta en respuesta a los anticuerpos - y ahora hemos Una situación en la que tenemos cinco o seis "sabores" de H5N1 fuera allí.
Encefalopatía espongiforme bovina
Artículo principal: Encefalopatía espongiforme bovina Encefalopatía espongiforme bovina (EEB), comúnmente conocida como "enfermedad de las vacas locas", es un mortal, enfermedad neurodegenerativa de ganado, que infecta por un mecanismo que sorprendió a los biólogos de su descubrimiento a fines del siglo 20. En el Reino Unido, el país más afectado, 179000 bovinos fueron infectados y 4,4 millones de muertos como medida de precaución.
La enfermedad puede transmitirse a los seres humanos que comen o inhalar material de las canales infectadas. [Editar] en los seres humanos, lo que se conoce como la nueva variante de enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (nv-ECJ o la nueva ECJ), y en junio de 2007, ha matado a 165 personas En Gran Bretaña, y seis en otra parte con el número espera que aumente a causa de la enfermedad a largo período de incubación. Entre 460000 y 482000 animales infectados de EEB había entrado en la cadena alimentaria humana antes de los controles sobre los despojos de alto riesgo se introdujeron en 1989.
Un británico investigación sobre la EEB llegó a la conclusión de que la epidemia se debió a la alimentación de ganado bovino, que son normalmente los herbívoros, los restos de otros ganado en forma de harinas de carne y huesos (HCH), que causó el agente infeccioso de propagación. El origen de la propia enfermedad sigue siendo desconocida. El científico actual es que la opinión de proteínas llamadas priones infecciosos desarrollados a través de mutación espontánea, probablemente en la década de 1970, y existe la posibilidad de que el uso de plaguicidas organofosforados aumento de la susceptibilidad del ganado a la enfermedad. El agente infeccioso es distintivo en el Altas temperaturas es capaz de sobrevivir, lo que contribuyó a la propagación de la enfermedad en Gran Bretaña, que han reducido las temperaturas utilizadas durante el proceso de renderizado. [10] Otro factor es la alimentación de los suplementos de proteína infectadas muy jóvenes terneros en lugar de leche De sus madres.
La fiebre aftosa enfermedad
Artículo principal: Fiebre aftosa La fiebre aftosa es una enfermedad altamente contagiosa ya veces fatal enfermedad viral de vacunos y cerdos. También puede infectar a los ciervos, cabras, ovejas, y otros bóvidos animal biungulado con pezuñas, así como los elefantes, ratas y erizos. Los seres humanos se ven afectados sólo en muy raras ocasiones.
La fiebre aftosa se produce en gran parte del mundo, y si bien algunos países se han visto libres de la fiebre aftosa durante algún tiempo, su amplia gama de huéspedes y rápida propagación representan motivo de preocupación internacional. En 1996, incluidas las zonas endémicas de Asia, África y partes de América del Sur. América del Norte, Australia, Nueva Zelanda y Japón han estado libre de fiebre aftosa desde hace muchos años. La mayoría de los países europeos han sido reconocidas como libres, y de los países pertenecientes a la Unión Europea han dejado de vacunación contra la fiebre aftosa.
La infección con la fiebre aftosa, la enfermedad tiende a ocurrir a nivel local, es decir, el virus se transmite a los animales sensibles a través de contacto directo con los animales infectados o contaminados con plumas o de los vehículos utilizados para el transporte de ganado. La ropa y la piel de los manipuladores de animales, como los agricultores, el agua estancada, y el bloc de notas sin cocer los alimentos y piensos que contengan suplementos de los productos animales infectados puede albergar el virus también. Las vacas también pueden coger la fiebre aftosa desde el semen de toros infectados. Las medidas de control incluyen la cuarentena y destrucción de ganado infectado, y la prohibición de las exportaciones de carne y otros productos de origen animal a países no infectados con la enfermedad.
Debido a la fiebre aftosa rara vez infecta a los seres humanos, pero se propaga rápidamente entre los animales, se trata de una amenaza mucho mayor para la industria de la agricultura que para la salud humana. Los agricultores de todo el mundo pueden perder grandes cantidades de dinero durante una fiebre aftosa epidemia, cuando un gran número de animales son destruidos y los ingresos procedentes de la producción de carne y leche baje.
Una de las dificultades en la vacunación contra la fiebre aftosa es la enorme variación entre, e incluso dentro de los serotipos. No hay protección cruzada entre los serotipos (en el sentido de que una vacuna para un serotipo no protegerá contra cualquier otros) y además, dos cepas dentro de un serotipo pueden tener las secuencias de nucleótidos que se diferencian tanto como el 30% para un determinado gen. Esto significa que las vacunas contra la fiebre aftosa debe ser muy específicos a la cepa en cuestión. La vacunación sólo proporciona inmunidad temporal que dura de meses a años.
Citrus canker
Artículo principal: Citrus canker Citrus canker es una enfermedad que afecta a las especies de cítricos que es causada por la bacteria Xanthomonas axonopodis. La infección causa lesiones en las hojas, tallos y frutos de los árboles de cítricos, incluida la de lima, naranja y pomelo. Si bien no es perjudicial para los seres humanos, canker significativos en la vitalidad de los árboles de cítricos, causando hojas y caída prematura de la fruta, una fruta infectada con canker es seguro para comer, pero demasiado antiestéticas para la venta.
La enfermedad, que se cree que se originó en el sudeste de Asia, es muy persistente en que son establecidos en una zona, por lo que es necesario que todos los huertos de cítricos a ser destruida para la erradicación de la enfermedad. Australia, Brasil y los Estados Unidos están sufriendo actualmente de canker brotes.
La enfermedad puede ser detectada en los huertos de frutas y por la aparición de lesiones. La detección precoz es fundamental en situaciones de cuarentena. Las bacterias se realizarán las pruebas de patogenicidad inoculando múltiples especies de cítricos con la bacteria. Al mismo tiempo, otras pruebas de diagnóstico (detección de anticuerpos, de perfiles de ácidos grasos, y los procedimientos genéticos usando PCR) se llevan a cabo para identificar la cepa particular canker.
Citrus canker brotes que se previene y gestionado de diversas maneras. En los países que no tienen canker, la enfermedad está impedido de entrar en el país por las medidas de cuarentena. En los países con nuevos brotes, los programas de erradicación que se inició poco después de la enfermedad se ha descubierto han tenido éxito, estos programas se basan en la destrucción de los huertos afectados. Cuando la erradicación no ha tenido éxito y se ha convertido en la enfermedad establecida, las opciones de manejo incluyen la sustitución de los cultivares susceptibles de cítricos con cultivares resistentes, la aplicación de pulverizaciones preventivas de cobre basada en bactericidas, y la destrucción de los árboles infectados y todos los que rodean los árboles dentro de un radio.
La industria de cítricos es el mayor exportador de fruta fresca de la industria en Australia. Australia ha tenido tres brotes canker de los cítricos; dos fueron erradicados con éxito y uno está en curso. La enfermedad se ha encontrado en dos ocasiones durante el 1900 en el Territorio del Norte y cada vez que se erradicó. Durante el primer brote en 1912, todos los árboles de cítricos al norte de la latitud 19 ° Sur fue destruida, teniendo 11 años para erradicar la enfermedad. En 2004, citrus canker asiático fue detectado en un huerto en Emerald, Queensland, y se cree que Se han producido a partir de la importación ilegal de plantas de cítricos infectados. Los gobiernos estatales y federales han ordenado que todos los huertos comerciales, no comerciales de todos los árboles de cítricos, y todos los árboles nativos de cal (C. glauca) en la vecindad de Emerald ser destruidos en lugar de tratar de aislar a los árboles infectados.
Instrumentos de política básicos
Subvenciones
Artículo principal: subsidios agrícolas Los gobiernos pagar subsidios para fomentar la producción nacional de un producto. Esos subsidios son necesarios cuando un gobierno quiere alterar el libre mercado, los resultados en los mercados de productos. La transferencia de algunas subvenciones a los costos de producción de los productores a las del gobierno, lo que permite la producción en el mercado por encima de los costos. El efecto de los subsidios alimentarios Occidental 360 mil millones de dólares es abrumadora para reducir los precios mundiales. Durante décadas, el mundo ha ganado 3 de sólo la mitad del precio de mercado libre para la alimentación, su principal producto. Consumo de las subvenciones también puede utilizarse para alterar los mercados. Una subvención compensa el consumo de una porción del precio de compra de un producto.
Precio controles
Precio pisos o techos de fijar un precio mínimo o máximo precio de un producto. Alterar el control de los precios de libre mercado mediante el fomento de los resultados de un exceso de producción por un precio piso o sobre-consumo por un precio tope.
Barreras de importación
Un gobierno puede erigir barreras comerciales para limitar la cantidad de productos importados (en el caso de una Cuota Compartir) o promulgar las tarifas para aumentar el precio interno de los productos importados. Estas barreras dar preferencia a los productores nacionales.
Objetivos de la intervención en el mercado
Seguridad nacional
Algunos sostienen que las naciones tienen un interés en asegurar hay suficiente capacidad de producción interna para satisfacer las necesidades internas, en caso de interrupción de suministro global. Importante dependencia de los extranjeros hace que los productores de alimentos de un país estratégicamente vulnerable en caso de guerra, bloqueo o embargo. El mantenimiento adecuado permite que la capacidad interna de la autosuficiencia en alimentos que disminuye el riesgo de shocks de oferta, debido a los acontecimientos geopolíticos. Políticas agrícolas se pueden utilizar para apoyar a los productores nacionales, ya que ganar nacionales e internacionales de participación en el mercado. Esto puede ser a corto plazo manera de alentar una industria hasta que sea lo suficientemente grande como para prosperar sin ayuda. O puede ser un subsidio diseñado para permitir un producto para competir con sus competidores o la competencia extranjera. Esto puede producir una ganancia neta de un gobierno a pesar de los costos de las intervenciones, ya que permite a un país a fin de crear una industria de exportación o reducir las importaciones.
Protección del Ambiente y Ordenación Territorial
Granja o tierras ociosas compone la mayoría de la tierra en la mayoría de los países. Las políticas pueden alentar a algunos usos de la tierra y no a otros en el interés de proteger el medio ambiente. Por ejemplo, las subvenciones pueden concederse por particular de los métodos de cultivo, forestación, limpieza de la tierra, o la reducción de la contaminación.
La pobreza rural y el desempleo de socorro
Subvencionar la agricultura puede alentar a la gente a quedarse en la tierra y obtener algunos ingresos. Esto podría ser relevante para un país del tercer mundo con muchos campesinos, pero también puede ser una consideración a los países más desarrollados, como Polonia. Tienen una muy alta tasa de desempleo, tanto las tierras agrícolas y conserva una gran población rural, el cultivo de alimentos para su propio uso. Los controles de precios pueden ser utilizados para ayudar a los ciudadanos pobres. Muchos países han utilizado este método de asistencia social que presta apoyo como alimentos baratos a los más pobres sin la necesidad de evaluar a la gente a darles ayuda financiera.
Agricultura ecológica asistida
La teoría de la economía del bienestar sostiene que, en ocasiones, las actividades privadas pueden imponer costos sociales a los demás. La agricultura industrial es ampliamente considerado para imponer costos sociales a través de la contaminación de pesticidas y la contaminación por nitratos. Además, la agricultura utiliza grandes cantidades de agua, un recurso escaso. Algunos economistas argumentan que los impuestos deben ser cobrados a la agricultura, o que la agricultura orgánica, que utiliza apenas pesticidas y experiencias relativamente poco nitrato de escorrentía, debe alentarse con subvenciones. En los Estados Unidos, el 65% de los aproximadamente 16,5 millones de dólares en subsidios anuales fueron a la parte superior del 10% de los agricultores en el año 2002 debido a las subvenciones están vinculadas a ciertos productos básicos. Por otra parte, la agricultura ecológica recibido 5 millones de dólares para ayudar en la certificación Y 15 millones de dólares para la investigación en un plazo de 5 años.
Feria de las reglas del comercio para asegurar que los agricultores pobres en las naciones subdesarrolladas que producen principalmente para los cultivos de exportación no son explotados para que los agricultores locales en los países en desarrollo de los trabajos - que aboga por considerar la posibilidad de un peligroso "carrera hacia el fondo" en el trabajo agrícola y las normas de seguridad. Los detractores señalan que la mayoría de la agricultura en los países desarrollados es una producción de las empresas industriales (agroindustria), que son apenas merecen simpatía, y que la alternativa a la explotación es la pobreza.
Argumentos contra la intervención en el mercado
Dumping de los excedentes agrícolas es perjudicial para los agricultores mundo en desarrollo
Cuando los países ricos en subsidiar la producción nacional, el exceso de producción se suele dar al mundo en desarrollo como la ayuda extranjera. Este proceso elimina el mercado interior para los productos agrícolas del mundo en desarrollo, porque los productos se pueden obtener de forma gratuita desde las agencias de ayuda occidentales. En las naciones en desarrollo, donde estos efectos son más graves, los pequeños agricultores ya no podía pagar los insumos básicos y se vieron obligados a vender sus tierras.
"Considerar la posibilidad de un agricultor en Ghana que solían ser capaces de ganarse la vida cultivando arroz. Hace varios años, Ghana fue capaz de alimentar y exportar sus excedentes. Ahora, las importaciones de arroz. ¿De dónde? Los países desarrollados. ¿Por qué? Porque es más barato. Incluso si los costos de producción de arroz en el mundo desarrollado mucho más para producir el arroz, que no tiene que obtener un beneficio de su cosecha. El gobierno le paga a crecer, para que pueda vender más barato que el de Ghana Agricultor en Ghana puede. Y que los agricultores de Ghana? Él no puede alimentar a su familia nunca más. "(Lyle Vanclief, ex Ministro de Agricultura de Canadá [1997-2003])
Según el Instituto de Política Agrícola y Comercial, maíz, soja, algodón, trigo y arroz son vendidos por debajo del costo de producción, o en prácticas de dumping. Dumping tarifas son de aproximadamente cuarenta por ciento para el trigo, veinte y cinco y treinta por ciento para el maíz (maíz), aproximadamente el treinta por ciento para la soja, cincuenta y siete por ciento para el algodón, y aproximadamente el veinte por ciento para el arroz. Por ejemplo, el trigo se vende por cuarenta por ciento por debajo del coste.
Según Oxfam, "Si las naciones desarrolladas eliminado programas de subsidios, el valor de las exportaciones de la agricultura en los países menos desarrollados aumentará un 24%, más un 5,5% adicional de los aranceles de equilibrio.... Exportadores de EE.UU. pueden ofrecer para la venta de excedentes a precios alrededor de la mitad El costo de producción, la destrucción de la agricultura local y la creación de un mercado cautivo en el proceso. "
El libre comercio aboga por el deseo de la eliminación de todos los mecanismos que distorsionan el mercado (subsidios, aranceles, normas), y sostienen que, al igual que con el libre comercio en todos los ámbitos, esto se traducirá en beneficio total para todos. Esta postura es particularmente popular en las naciones exportadoras agrícolas competitivos tanto en el mundo desarrollado y en desarrollo, algunos de los cuales se han agrupado en el Grupo de Cairns vestíbulo. Canadá del Departamento de Agricultura estima que las naciones en desarrollo se beneficiarían por alrededor de $ 4 mil millones anuales en caso de los subsidios en el mundo desarrollado se redujeron a la mitad.
Independencia agrícola
Muchos países no poseen la suficiente comida para alimentar a sus propias poblaciones. Estas naciones tienen que comprar alimentos de otros países. Precios más bajos y alimentos gratuitos ayudan a salvar la vida de millones de personas muriendo de hambre, a pesar de la caída en las ventas de alimentos de los agricultores locales.
Una nación en desarrollo podrían utilizar los nuevos métodos de cultivo para la mejora de producir más alimentos, con el objetivo final de la alimentación de su nación sin ayuda externa. Nuevos métodos de invernadero, hidropónico, fertilizantes, R / O Agua procesadores, los cultivos híbridos, de rápido crecimiento de árboles de rápido híbrido sombra, control de la temperatura interior, el invernadero o la tienda de campaña de aislamiento, la construcción autónoma jardines, lámparas de sol, mylar, ventiladores, y otros barata tecnología Se puede utilizar para cultivar en tierras anteriormente unarable, como rocosas, montañas, el desierto, e incluso de las tierras árticas. Más alimentos pueden ser cultivadas, la reducción de la dependencia de otros países para la alimentación.
Sustitución de cultivos también pueden hacer las naciones agrícolas independientes. El azúcar, por ejemplo, proviene de la caña de azúcar importada de la Polinesia. En lugar de comprar el azúcar de la Polinesia, una nación puede hacer que el azúcar de remolacha azucarera, la savia de arce, o edulcorante de stevia planta, de mantenimiento de los beneficios que circulan en la economía de la nación. De papel y la ropa se puede hacer de cáñamo en lugar de los árboles y el algodón. Tropical alimentos no crece en muchos lugares en Europa, sino que crecerán en invernaderos aislados o tiendas de campaña en Europa. Soja planta de celulosa puede reemplazar de plástico (elaborado de petróleo). Lemon aceite puede sustituir el aceite de lubricación de automóviles. Etanol a partir de residuos agrícolas o aceite de cáñamo pueden sustituir a la gasolina. Rainforest medicina plantas cultivadas localmente puede reemplazar muchos medicamentos importados. Esta es la razón por Thomas Jefferson dijo que lo mejor que puede hacer por su país está creciendo una nueva especie de cultivo. Suplentes de los cultivos comerciales, como el azúcar y el aceite de sustituciones, permitir que el agricultor para ganar más dinero en el mercado real, la reducción de la dependencia del agricultor sobre las subvenciones en los países desarrollados y las naciones en desarrollo.
Precios de Mercado
El costo para los consumidores de los productos agrícolas se incrementa, ya sea a través de transferencias de riqueza oculta a través del gobierno, o el aumento de los precios en el nivel de consumo, como para el azúcar y el maní en los EE.UU. Esto ha dado lugar a distorsiones del mercado, como los procesadores de alimentos usando jarabe de maíz de alta fructosa como sustituto del azúcar. Jarabe de maíz de alta fructosa puede ser un aditivo alimentario poco saludable, y, de los precios del azúcar no son infladas por decreto del gobierno, el azúcar sería mejor que el jarabe de maíz de alta fructosa en el mercado.
Mundo desarrollado: casos
Descripción: Europa y América
La población de agricultores es de aproximadamente el cinco por ciento de la población total en la UE Y el 1,7% en los EE.UU.
El valor total de la producción agrícola ascendió a 128 millones de euros (1998). Acerca de cuarenta y nueve por ciento de esta cifra se explica por las medidas políticas: 37 millones de euros debido a los pagos directos y 43 millones de euros por parte de los consumidores debido a los precios artificialmente altos. El ochenta por ciento de los agricultores europeos reciben un pago directo de los 5000 euros o menos, mientras que el 2,2% reciben un pago directo por encima de 50000 euros, por un total de cuarenta por ciento de todos los subsidios directos.
El promedio de EE.UU. agricultor recibe 16000 dólares anuales en subsidios. Dos tercios de los agricultores no reciben pagos directos. De las que lo hacen, la cantidad media entre el ochenta por ciento más bajo pagado fue de $ 7000 el período 1995-2003. (Http://www.ewg.org/farm/findings.php) Los subsidios son una combinación de reducciones de impuestos, pago directo en efectivo y por debajo de los precios de mercado sobre el agua y otros insumos. Algunos afirman que estas cifras globales son engañosas debido a que las grandes agroindustrias, en lugar de los agricultores individuales, recibir una parte significativa del total de los gastos de subvención. La Agricultura Federal de Mejora y Reforma de la Ley de 1996, la reducción de las subvenciones agrícolas, ofreciendo pagos fijos durante un período y la sustitución de apoyo a los precios y las subvenciones. La seguridad agraria e inversiones rurales de la Ley de 2002 contiene directa y mantener el pago destinadas a limitar los efectos de los bajos precios y los rendimientos.
Programas Ambientales
Reserva de los EE.UU. Programa de Conservación de los arrendamientos de tierras de los productores que tienen tierras marginales de la producción y convertir de nuevo a un estado casi natural por la plantación de pastos nativos y otras plantas. [1] Véase La Calidad Ambiental de EE.UU. subvenciona Programa de incentivos para promover las mejoras que la conservación del agua y otras medidas. Este programa se lleva a cabo en virtud de un proceso de licitación mediante una fórmula según la cual los agricultores solicitar un determinado porcentaje de participación en los costos de una mejora, como el riego por goteo. Los productores que ofrecen la mayoría de la mejora del medio ambiente sobre la base de un sistema de puntos por el mínimo coste son financiados en primer lugar. El proceso continúa hasta ese año se gastaron los fondos asignados.
Organización Mundial del Comercio Acciones
En abril de 2004 la OMC dictaminó que de 3 mil millones de dólares EE.UU. en subvenciones al algodón violan los acuerdos comerciales y que casi el 50% de la UE las exportaciones de azúcar son ilegales. En 1997-2003, las exportaciones de algodón EE.UU. están subvencionados en un promedio del 48%.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha extraído los compromisos del Gobierno de Filipinas, por lo que es inferior barreras a la importación a la mitad de sus niveles actuales durante un lapso de seis años, y que permite de manera drástica en el aumento de la competencia de los países industrializados y fuertemente subvencionados de los sistemas agrícolas y de América del Norte Europa. Un reciente informe de Oxfam estima que el promedio de ingresos de los hogares de agricultores de maíz se reducirá en hasta 30% a lo largo de los seis años de importaciones baratas procedentes de los EE.UU. rebajar los precios en los mercados locales. El informe calcula que, en ausencia de restricciones al comercio, el maíz subvencionado EE.UU. podrían ser comercializados a menos de la mitad del precio del maíz cultivado en la isla filipina de Mindanao, y que los medios de vida de hasta medio millón de filipinos agricultores de maíz (del total de 1,2 millones) se encuentran bajo amenaza inmediata.
Un economista escribe: "Muchos programas se administran sin atender demasiado a su impacto distributivo. No debe sorpren¬dernos entonces cuando estos programas evidencian consecuen¬cias distributivas indeseables". Ciertamente no debemos sor¬prendernos, pero por otras razones. Es arrogante creer que el descuido del analista en las cuestiones distributivas sea algo me¬nor, comparado con el comportamiento de otros jugadores en el juego de las políticas. Es más, la razón de que las consecuencias distributivas sean tan indeseables es precisamente porque alguien el político presta toda la atención al impacto distributivo. Las políticas con consecuencias indeseables se aprueban no por igno¬rancia, sino por una combinación de conocimiento y apatía: el co¬nocimiento de los pocos que saben que se pueden beneficiar sus¬tancialmente con dicha distribución, y que presionan entonces fuertemente por "su" programa, y la apatía de los muchos que pa¬gan por él y para quienes el costo es individualmente tan pequeño que no vale la pena hacer mayores esfuerzos para oponerse al pro¬grama. De hecho, los perdedores pueden incluso apoyar el pro¬grama a cambio del apoyo de los ganadores para otro programa (con otro conjunto distinto de consecuencias distributivas indesea¬bles) que a su vez los beneficie.
La atención del político al impacto distributivo no refleja una preocupación por la equidad, sino precisamente lo opuesto. El in¬terés del político en la distribución es estrictamente localista, mientras que el del analista es meramente teórico. El interés del político es, no obstante, una respuesta a las realidades del interjuego de las fuerzas políticas, los conflictos entre grupos y la lucha por obtener la generosidad del gobierno. No es de extrañar enton¬ces que los intereses del político logren ser dominantes en el pro¬ceso decisorio ni que las consecuencias distributivas sean tan opuestas al designio declarado.
INSUMOS, RESULTADOS Y BENEFICIOS
Una premisa básica del análisis de políticas es que los resul¬tados de una política pública son la base más adecuada para eva¬luar sus logros. El aprendiz de analista debe estar siempre pen¬diente de no usar equivocadamente los insumos como medida de los beneficios del programa. Los beneficios se pueden evaluar correctamente sólo a partir de cuánto se obtiene de un programa y no de cuánto se invierte en él. Para evaluar, por ejemplo, los programas de la Marina de los Estados Unidos, un analista no toma en cuenta o pondera el número de marineros, barcos, avio¬nes y misiles, sino que evalúa la capacidad de la Marina para lle¬var a cabo varias misiones como salvamentos, asalto anfibio a playas, ataques aéreos y detección y destrucción de submarinos en una variedad de escenarios.
En contraste, el político frecuentemente encuentra que, para sus propósitos, los insumos proporcionan la medida adecuada de los beneficios del programa. Para el analista, por ejemplo, los be¬neficios de los programas militares son los resultados (la seguri¬dad nacional), pero la cuestión central para un político es saber qué tanta ganancia y empleo arrojan a sus electores (no hay que olvidarse de la distribución) los distintos tipos y niveles de gastos militares. El político puede sentirse obligado a defender el siste¬ma bélico de su preferencia en términos de defensa nacional (re¬sultados), pero su evaluación frecuentemente se basa en dólares y empleos (insumos).
Esta diferencia de perspectiva ayuda a explicar la resistencia del político al presupuesto por programas. Para el analista, un presupuesto por programa ayuda mucho en la toma de decisiones del gasto público porque relaciona explícitamente los gastos con los resultados del programa. Por razones análogas, al político le gusta el presupuesto por objetivos, porque está organizado en términos de insumos. El político y el analista prefieren respectivamente el formato presupuestal que ponga de relieve revele lo que perciben como beneficios del programa.
Desafortunadamente, los problemas conceptuales, metodoló¬gicos y prácticos frecuentemente hacen difícil definir, medir y pre¬decir los resultados significativos de cualquier política. En general es más fácil identificar los insumos que los resultados. Evaluar un sistema bélico en términos de las ganancias y los empleos produ¬cidos es mucho menos difícil que evaluarlos en términos de su contribución (marginal) a la seguridad nacional. Por lo tanto, el analista necesita estar alerta ante la tendencia humana de creer que los insumos son una expresión adecuada de los beneficios.
En su ya clásico artículo sobre "Análisis de sistemas y proceso político", James R. Schlesinger establece que uno de "los linea¬mientos del análisis de sistemas" es lograr que los análisis y las de¬cisiones de asignación de recursos se orienten hacia categorías de resultados más que de insumos, pero advierte que "en el mundo real de la decisión política es extraordinariamente difícil privile¬giar los resultados más que los insumos". No obstante, menos de una década después, el mismo Schlesinger no pudo evitar la tram¬pa. En un esfuerzo por documentar "el desequilibrio de la balanza militar" entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, Schlesin¬ger citó varias "estadísticas comparativas", casi todas medidas de insumos:
Desde el año fiscal de 1968, el número de efectivos norteamericanos ha disminuido en 1.5 millones de hombres. Actual¬mente el número es inferior en casi 600,000 hombres con respecto al nivel existente antes de Vietnam. Y en casi 500,000 hombres con referencia al tiempo de Eisenhower... En el año fiscal de 1968 la Marina tenía 976 barcos. En el año fiscal de 1976 este número se ha reducido a 483 barcos... Desde 1960, el número de efectivos militares soviéticos ha crecido aproxi¬madamente de tres millones de hombres a 4.4 millones, es de¬cir, más que el doble del conjunto militar de los Estados Uni¬dos. Los soviéticos dedican al menos el 15 por ciento del producto nacional a actividades de defensa... La tasa de pro¬ducción (soviética) de aviones de guerra excede a la de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en un factor de cuatro... Según los cálculos los soviéticos gastan más que los Estados Unidos prácticamente en todas las categorías importantes. Se calcula que, en conjunto, los soviéticos gastan un 45 por ciento más que los Estados Unidos en equivalentes de dólar.
Asombrosamente, Schlesinger, el partidario del análisis, no hace el menor intento para comparar las capacidades y los resul¬tados de las fuerzas militares soviética y norteamericana.
La decisión en favor de una política puede claramente seguir la definición de los beneficios del analista o del político. Conside¬remos el problema hipotético del control de roedores diseñado por Edith Stokey y Richard Zeckhauser para ilustrar el análisis de costo eficiencia. Una ciudad tiene 500 departamentos infestados de ratas, un tope financiero de 10 000 dólares y dos posibles pro¬gramas de control de roedores; el método A cuesta 100 dólares por departamento y es eficaz en un 90 por ciento, el método B cuesta sólo 40 dólares por departamento, pero es eficaz en un 50 por ciento. La aritmética básica muestra que con el método A la ciudad puede tratar 100 departamentos y espera eliminar las ratas en 90 de las 500 unidades infestadas. Usando el método B, podrán ser tratados 250 departamentos con el resultado previsible de que las ratas serán eliminadas en 125 de las 500 unidades. Si se sigue el criterio de los resultados, el número de departamentos de los cuales se eliminan las ratas ofrece la medida de los beneficios del programa, por lo cual el analista de políticas claramente prefiere el método B.
Ahora introduzcamos otro programa hipotético: el método P cuesta sólo 20 dólares por unidad, pero es eficaz sólo en un 10 por ciento. Dado que con el método P sólo podría esperarse eliminar las ratas de 50 unidades, el analista de políticas claramente lo co¬locaría por debajo del método A y del B. Sin embargo, el político ve el problema de otra manera. Si se sigue el criterio de los insu¬mos del programa, el número de departamentos tratados ofrece la medida de los beneficios del programa. En esta perspectiva, el método A "beneficia" sólo a 100 departamentos y el método B "beneficia" a 250 departamentos, mientras el método P "benefi¬cia" al total de las 500 unidades. Establecidos los insumos como medida de los beneficios y dado el interés en la distribución el político prefiere obviamente el método P.
El analista, por supuesto, se burla del razonamiento del polí¬tico: "El método P sólo ofrece buenas intenciones, no resultados." Pero hay una cierta lógica política, si no analítica, en la preferen¬cia del político por el método P, particularmente si se toman en cuenta sus incentivos profesionales. De entrada, los resultados son muy difíciles de predecir y sólo se puede calcular la eficacia global de cada programa. Ahora bien, cada conjunto de cálculos de efi¬ciencia, enfrenta cierta incertidumbre para determinar los resul¬tados exactos de cada uno de los tres programas (aunque, dado un modelo de probabilidad binomial, no mucha). La magnitud de los beneficios resultantes en cualquiera de los tres programas po¬dría entonces ser cuestionada. Por el contrario, los beneficios de los insumos pueden ser cuantificados con toda exactitud.
Todavía más, percibir y medir los resultados puede ser más di¬fícil que medir ¡os insumos. La gente puede no saber en cuántos departamentos de su cuadra se han eliminado las ratas, pero ten¬drá una idea muy clara de cuántos departamentos han sido trata¬dos. El organismo de control de ratas sabrá también exactamente cuántos departamentos ha tratado por toda la ciudad, aunque seis meses después no pueda informar con exactitud a las autoridades de cuántos departamentos se han erradicado las ratas como resul¬tado directo del programa.
Finalmente, hay cuestiones de distribución y de equidad. Los métodos A y B son bastante equitativos antes de que se haga un sorteo para decidir cuál habitación recibe el tratamiento, pues ca¬da casa tiene el 50 por ciento de probabilidades de recibirlo y 25 por ciento de probabilidades de que sus ratas sean eliminadas. Pe¬ro una vez que se han seleccionado los departamentos sujetos al método B, la mitad de ellos tiene un 50 por ciento de prob¬abilidades de que se eliminen los roedores y la otra mitad no tiene ninguna. Con el método P, sin embargo, cada departamento tiene un 100 por ciento de probabilidades de recibir el tratamiento y de esta manera tiene siempre la misma oportunidad aun si sólo del 10 por ciento de que sus ratas sean eliminadas (aunque nunca se acusó de que hubiera habido trampa en el sorteo, en general a la gente le pareció injusto). El político tendrá menos problemas para explicar su apoyo a un programa con sólo 10 por ciento de prob¬abilidades de eliminar las ratas, que para explicar el apoyo a un programa que trate sólo a la mitad de los departamentos. Aun cuando el programa que preferido por el político sea el menos efi¬caz, lo apoya la lógica política que puede fácilmente derrotar a los argumentos analíticos.
Aunque este ejemplo es hipotético, los valores y conductas que ilustra son bastante reales.
En el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, in¬forma Charles L. Schultze, hay un subprograma llamado `capaci¬dad de producción agrícola', que cubre las actividades que buscan incrementar la eficiencia y la productividad de las granjas. Algu¬nas de las actividades de este subprograma son tareas de investi¬gación, tales como el control de plagas o la investigación para me¬jorar las semillas".
Para el analista, el beneficio de este programa se mide por el aumento de la capacidad productiva de la agricultura norteameri¬cana. Schultze nota, sin embargo, que los comités de asignación de recursos del Congreso brindan los fondos operativos "a cientos de pequeñas estaciones de investigación agrícola sabiamente dis¬persas por todo el país estaciones que frecuentemente son dema¬siado pequeñas para ser eficientes".
Con la eficiencia como criterio decisivo y los resultados como medida de beneficio, el analista de políticas a menudo concluye que es mejor concentrar los recursos. En efecto se maximizan los resultados beneficios totales al concentrar los insumos donde las ganancias marginales sean mayores. En contraste, con un interés en la distribución y el insumo como medida de los beneficios, el político prefiere dispersar los recursos ampliamente. La distribu¬ción de los insumos beneficios puede ser maximizada al asignarlos donde no hay ninguno. Esto resulta en lo que Schulze llama "el intercambio funcional de favores políticos":
Es difícil llevar a cabo programas, particularmente los de inversión pública, cuando apuntan a resolver un problema específico y geográficamente delimitado. Los programas de inversión federal, diseñados para resolver los problemas específicos de las ciudades del interior, suelen extenderse con reformas del congreso hasta incluir las áreas rurales. A su vez, los pro¬gramas comprobadamente útiles para enfrentar necesidades rurales específicas son extendidos hasta incluir áreas metropo¬litanas... El actual proceso legislativo, al presentar las propues¬tas de la administración en paquete, favorece el intercambio de favores en proyectos sin salirse de las líneas funcionales.
El programa de Ciudades Modelo, ideado como un experi¬mento para conocer el impacto que resulta de la concentración de recursos en barrios pequeños de unas pocas ciudades, terminó por extenderse a todas las ciudades importantes. Los gobernadores del Noreste, celosos de los fondos que se dedicaban a proyectos de irrigación del árido Oeste y a la transformación de ciudades su¬reñas en puertos, no exigieron que se pusiera fin a estos proyectos inútiles e impracticables. Lo que exigieron fue que los recursos fi¬nancieros se extendieran a los proyectos hidráulicos con el fin de reconstruir su propio sistema de agua descuidado y maltrecho. "tenemos que conseguir para el Este algo del barril sin fondo de las políticas", dijo un asesor gubernamental.
En el juego de las políticas, el interés del político en la distri¬bución y los insumos se impone por lo general al interés del ana¬lista en la eficiencia y los resultados..
COSTOS HUNDIDOS
Para el analista de políticas, los "costos hundidos" no cuentan. Las obligaciones en que se ha incurrido, sean pagos ya hechos o compromisos irrevocables de pagos futuros, no son recuperables, no importa qué alternativa se elija. Por consiguiente, para el ana¬lista, los únicos costos que cuentan en un proyecto son los costos de oportunidad, estimados según el valor de cualquiera de las oportunidades futuras a las que se ha renunciado por tener que completar el proyecto. Los costos hundidos representan oportuni¬dades perdidas y aunque, vistas de lejos, pudiera uno arrepentirse de la decisión de haber comprometido esos costos (y por ende de haber perdido varias oportunidades), ya es demasiado tarde para hacer algo al respecto.
Los políticos sin embargo tienen una actitud diferente. Y el analista termina por justificarlos. Melvin Price, congresista de los Estados Unidos, argumentaba contra la propuesta de dar por ter¬minado el proyecto de construcción del avión nuclear: "No se en¬tiende por qué el Departamento de Defensa no continúa con el proyecto de construir un avión después de haber hecho una inver¬sión tan cuantiosa". Nick Galifianakis, otro miembro del Congre¬so, también protestó cuando el Servicio Nacional de Parques in¬terrumpió su programa de control de la erosión en Cabo Hatteras: "Me parece que estamos por perder la inversión que habíamos hecho".
Otro ejemplo es la construcción del Centro Nacional de Visitan¬tes en Washington, D.C. que había seguido adelante precisamente por el deseo de los políticos de justificar los costos irrecuperables. Un miembro del Congreso lo consideraba "una vergüenza para la comunidad... es prácticamente inútil". Otro confesaba que era "un desastre... una pena verlo". Sin embargo, ambos estaban de acuer¬do en terminar la construcción. ¿Por qué? Porque ya se han gas¬tado 45 millones de dólares. "El problema es que está ahí", explicó Elliott H. Levitas presidente del consejo de administración del Subcomité de la Camara para Edificios y Parques Públicos, del que dependía el Centro de Visitantes. "Debemos terminarlo o de¬jarlo como un monumento a lo malo que puede ser el gobierno." Así que, en mayo de 1979, el comité votó en favor de autorizar otros 39 millones.
Sin embargo, los costos hundidos pueden proporcionar al ana¬lista información útil. Si se deben restar los costos irrecuperables del gasto total fijo, entonces mientras mayores sean los costos hun¬didos, menos recursos se necesitan para completar el proyecto y más sentido tendrá terminarlo. Sin embargo, si unos costos hun¬didos muy grandes implican un gasto total creciente, superior muy significativamente a la estimación original, entonces los costos hundidos muy grandes son muy importantes no sólo por lo que re¬velan acerca de los gastos ya invertidos en el proyecto, sino por lo que implican en gastos futuros necesarios para completarlo.
Así, al evaluar un proyecto, el analista compara los costos re¬manentes con los beneficios remanentes. Antes de que se haya he¬cho nada, todos los costos y los beneficios son remanentes. Pero ya que la mayor parte de los beneficios no se lograrán antes de que sea completado el proyecto, mientras que la mayor parte de los costos se han ya comprometido, la proporción de los beneficios remanentes respecto de los costos remanentes subirá al ir avan¬zando el trabajo. Por lo tanto, a causa de los costos hundidos, fre¬cuentemente tiene sentido completar proyectos a medio terminar, aun si en retrospectiva es obvio que el proyecto no tenía sentido desde un principio.
Ahora bien, aun en el caso de que el análisis del proyecto a medio terminar revele que los costos remanentes exceden a los beneficios remanentes, el político de políticas puede muy bien preferir que se complete el proyecto. En 1977, por ejemplo, la administración Carter emprendió la reevaluación de treinta y dos proyectos hidráulicos. Después de hacerse los estudios, se reco¬mendó seguir adelante con nueve proyectos "sin modificación", aun cuando se había calculado que la proporción de los beneficios remanentes respecto de los costos remanentes era menor que 1.0 en ocho de los nueve proyectos.
Un proyecto (Lyman, en Wyoming) estaba completo en dos terceras partes, pero tenía una proporción de beneficios remanen¬tes a costos remanentes de sólo 0.5. Entre los "factores de deci¬sión", la administración Carter consideró "el porcentaje de terminación del proyecto (los costos hundidos del proyecto) y el hecho de que la compensación en términos de riego dependía de la terminación". Un funcionario del Departamento del Interior de los Estados Unidos, al preguntársele por qué los ocho proyec¬tos en que la proporción de beneficios remanentes a costos re¬manentes era menor que 1.0 no habían sido completados, siguió insistiendo en que estaban "demasiado adelantados". Un ayu¬dante de la Casa Blanca explicaba, "Es un problema de expecta¬tivas... La gente tiene derecho a esperar que el gobierno federal termine lo que empieza". La presa Tellico de la Tennessee Valley Authority ofrece un último ejemplo. Además del infame asunto del snail darter (pez de agua dulce), no tenía sentido desde la perspectiva del analista terminar el proyecto. ¿Por qué? Porque los costos excedían por mucho los beneficios que se obtendrían, costos que incluían 35.2 millones de dólares en costos de capital perdido y 40 millones en costos de oportunidad por la muy valiosa tierra de siembra que se inundaría si se terminaba la presa. La Ley de las Especies en Pe¬ligro de 1973 había sido reformada en 1978 para crear el Comité de las Especies en Peligro con objeto de introducir exenciones, si (entre otras cosas) los beneficios de un proyecto resultaban clara¬mente superiores a la alternativa que contemplaba la posibilidad de salvar una especie animal. Como los beneficios netos de Tellico eran negativos, claramente la opción de continuar era inferior a la alternativa de no hacer nada, razón por la cual el comité decidió no otorgar la exención. Sin embargo, con 103 millones ya inver¬tidos en el proyecto, los políticos presionaron para que se completara. Argumentaba el senador Howard Baker de Ten¬nessee.
"Yo simplemente no puedo quedarme tranquilo al ver que se insulta al sentido común, al ver que se decide detener la cons¬trucción de una presa que estaba virtualmente terminada antes de que la ley (de las especies en peligro) hubiera sido aprobada y antes de que se hubiera descubierto el famoso pescado".
Además del acento en los resultados más que en los insumos, otro de los "principios guías del análisis de sistemas" de James Schlesinger es "evitar las técnicas que conducen sin pensarlo a compromisos indeseados que resultan en enormes gastos". Sin embargo, ¿por qué tendrían que ser eficaces estas técnicas? Por el deseo de justificar los costos hundidos. El razonamiento puede parecer circular, pero raramente es percibida la circularidad. Con su interés en la distribución, el político busca proporcionar bene¬ficios al mayor número posible de sus electores. Ahora bien, dada la dificultad de poder distribuir beneficios a todos con resultados tangibles (debido a que es necesario concentrar recursos para obtener tales resultados), es más fácil distribuir rápida y extensa¬mente los insumos. Aun con recursos limitados, todos pueden ob¬tener algunos pocos pero reales beneficios de insumos. Los bene¬ficios de resultados o productos vienen inmediatamente después porque de otra manera los insumos iniciales 'hundidos' se habrían desperdiciado.
Para el analista el costo hundido es una variable económica, pero es también una variable política; indica cuánto del prestigio del gobierno y de sus funcionarios más importantes está invertido en el proyecto. El costo hundido proporciona una medida del po¬der y una medida de las expectativas de la ciudadanía que se be¬neficiará si se completa la empresa. Allen Schick escribe, "lo que la economía desecha como costo irrecuperable, la política lo pre¬mia como interés creado". Si los costos hundidos son suficiente¬mente cuantiosos, ya sea en términos absolutos o porcentuales, el político apoyará la terminación del proyecto. "
EL IMPERATIVO DEL ELECTORADO
Las diferencias entre el analista y el político pueden originarse en la indiferencia del analista a las comunidades electorales orga¬nizadas y a la devoción del político hacia ellas. El político busca satisfacer los "deseos" explícitamente expresados de la gente; el analista se ocupa de lo que la gente "necesita"' El analista no cree que sea necesario que los individuos se organicen para mostrar que una política es deseable; el político cree que eso basta.. Stokey y Zeckhauser resumen bien la visión del mundo del analista:
Una de las grandes virtudes del enfoque costo beneficio es la de tomar en cuenta los intereses de los individuos que están mal organizados o menos involucrados. Esto contrasta con la mayoría de los procedimientos de las decisiones políticas. En la perspectiva analítica, los proyectos cuyos beneficios no so¬brepasen sus costos no son deseables, aun cuando los impulsen poderosos grupos de intereses. Los beneficios y costos que se acumulan para todos los constructores de la carretera, los ecologistas, la "gente menor", los usuarios y los prestadores de servicios, los contribuyentes serán contados sobre una base de dólar por cabeza. El análisis de costo beneficio es una me¬todología con la cual buscamos obtener eficiencia y tiene como resultado limitar los desvaríos del proceso político.
La virtud del análisis es que ignora la influencia distorsiona¬dora de los grupos organizados. Pero esto es una responsabili¬dad. La indiferencia del analista ante las comunidades de elec¬tores parecería suponer que no existen intereses organizados capaces de ampararse frente a las conclusiones del análisis y de conseguir el apoyo en la arena política donde se toman las deci¬siones de políticas. Con regularidad inquietante lee uno en la li¬teratura del análisis político enunciados como "la resistencia po¬lítica a la propuesta fue subestimada, desafortunadamente". La indiferencia del analista a las comunidades electorales y a los arreglos existentes que las crearon y las apoyan ayuda a explicar por qué los analistas a menudo no ven la magnitud de la oposición que, muy predeciblemente, desafiará cualquier intento de cambiar estos arreglos y por qué a menudo no saben qué hacer para vencer o aplacar a los opositores.
11. La política, el análisis
y la influencia
Los analistas, aun si no les gusta o no lo aceptan, son jugadores políticos en el juego de las políticas. Los políticos usarán sus aná¬lisis para apoyar u oponerse a determinadas propuestas políticas. Es más, si los políticos no usan los análisis de alguna manera ya sea para tomar o para justificar decisiones , las labores del analis¬ta serán intrascendentes.
En realidad, los políticos tienen varios incentivos para acercar¬se al análisis de políticas. Pueden usar el análisis para adoptar me¬jores decisiones políticas, pueden temer quedar a merced de un analista cuyo estudio no comprendan, o pueden tener la esperanza de emplear el análisis para reforzar sus propias opiniones. Así, los políticos contratarán personal analítico y buscarán la asesoría de analistas externos. Y algunos tratarán de usar el análisis para legi¬timar sus programas favoritos manipulando sutilmente los méto¬dos del análisis (por ejemplo establecer una tasa de descuento ab¬surdamente baja) para inclinar en su favor las conclusiones del análisis.
De manera similar, los analistas necesitan acercarse más al tra¬bajo de los políticos. Como dice un ayudante del Congreso, "los analistas no saben realmente qué presiones tenemos los políticos. Y no les importa. Otro escribe:
... con frecuencia, el análisis de sistemas no tiene importancia en la toma de decisiones políticas porque los analistas de sis¬temas no saben qué es lo que cuenta para los decisores. El análisis será más útil en la medida en que los analistas entien¬dan mejor los contextos de la toma de decisiones y realicen su trabajo con este entendimiento...
Los analistas políticos van a requerir un mejor conocimiento de la política, a menos que quieran ser mercenarios de los patro¬cinadores políticos, sin importarles apoyar la política de quién sea, y a menos que deseen que sus principios analíticos sean manipu¬lados sin el menor escrúpulo. El motivo puede ser defensivo u ofensivo evitar que se haga un mal uso de su análisis, o lograr que sus voces analíticas sean mas influyentes pero los analistas tendrán que volverse más capaces políticamente.
¿NO SE CABILDEA EN PRO DE LA EFICIENCIA!
Frecuentemente los economistas que se adentran en el mun¬do político se quejan de que no existe un cabildeo en pro de la eficiencia. El propósito de cualquier grupo de interés es asegu¬rar beneficios amplios y directos para sus miembros. Y los bene¬ficios de la eficiencia, aunque amplios en conjunto, los perciben los miembros de la sociedad como pequeños e indirectos. Que no exista una organización para cabildear en los palacios de go¬bierno de los estados y en los ayuntamientos de las ciudades en favor de los beneficios de la eficiencia económica general no es sorprendente. Sólo el analista más ingenuo puede esperar que la alternativa que él ha demostrado como la más eficiente sea la que va a ser defendida automática y entusiastamente en la arena política.
Aun así, hay esperanza. Aunque sea imposible construir una organización permanente para apoyar la eficiencia económica ge¬neral, puede ser posible movilizar una coalición temporal para oponerse a la ineficiencia específica. Cuando hay algún programa ineficiente, seguramente hay algún grupo que debe estar obte¬niendo beneficios que exceden sus propios costos (de otra manera no habría apoyo político para la ineficiencia) y, en consecuencia, el exceso neto de costos para el resto de la sociedad debe ser aún mayor que el calculado para el programa en particular. Algunos (seguramente la mayoría) están pagando las cuentas y recibiendo pocos (o ningunos) beneficios. La tarea política es identificar quiénes pagan los costos netos, despertar su enojo, motivarlos a la acción y entonces proporcionarles un medio para manifestar su in¬conformidad.
La dificultad está, como ha observado Mancur Olson, en que para cualquier individuo o grupo, los costos de oponerse a la ine¬ficiencia pueden exceder a los costos que les impone el programa ineficiente. Sopesar tales costos y la incertidumbre de ganar la lucha política, puede convencer a la gente de que la ineficiencia simplemente no merece una batalla. Pero la acción política puede estar motivada por la pasión tanto como por el cálculo racional especialmente cuando los números para hacer el calculo no son claros y podría no ser difícil estimular la oposición emocional. De cualquier modo, es mejor identificar algún grupo afín también afectado, un aliado natural, para el que los costos son evidentes (aun si no. necesariamente grandes) y que cuenta además con un historial de acción política o tiene potencial para ella. Tal grupo no será motivado por un interés altruista en la eficiencia econó¬mica, sino por un interés personal en sus propios costos. Sin embargo, el llamado debería ser patriótico, no particularista. Todos queremos creer que estamos trabajando en pro del beneficio de la sociedad en su conjunto y no sólo del propio interés (aun quie¬nes buscan la ganancia personal al imponer a la sociedad un pro¬grama ineficiente harán hincapié en los beneficios sociales.) La cosa es identificar al grupo adecuado, capaz de sentirse timado después de descubrir la ineficiencia de la política. La tarea no con¬siste tanto en explicar al grupo sus costos y pérdidas, sino en hacerlo reflexionar sobre una medida política que antes no había cuestionado.
El esfuerzo de la administración Carter en 1977 por terminar varios proyectos de recursos hidráulicos brindaba una ocasión excelente para usar este enfoque. Muchos de los proyectos por terminar eran muy ineficientes, además de ecológicamente des¬tructivos, aunque cada uno proporcionaba beneficios netos a al¬guna región en el sur o el oeste. Al presidente Carter le habría sido suficiente explicar las ineficiencias de algunos pocos proyec¬tos específicos. No tenía por qué mencionar que el noreste y el cercano oeste estaban pagando costos que excedían sustancial¬mente sus beneficios. El ataque público y deliberado a la inefi¬ciencia económica de los proyectos (que ignoraban por completo los efectos ecológicos negativos) habría bastado para generar la oposición de los ejecutivos de las grandes empresas del noreste y el cercano oeste, que seguramente habrían sido los más recep¬tivos al ataque presidencial sobre la ineficiencia económica. Ciertamente esta posición habría tenido un efecto mayor que imprimir las ponderaciones de costo beneficio en los anexos de los boletines de prensa.
Si los analistas políticos son, como los concebía Charles Schultze, "partidarios de la eficiencia", necesitan amparar su cau¬sa en el público más receptivo. Reconocer que la eficiencia eco¬nómica no tiene en sí una ciudadanía para apoyarla y que en cada situación es necesario identificar a los individuos y grupos que tienen interés en apoyar la alternativa política más eficaz es el primer paso del analista para obtener una superior influencia política.
LA NECESIDAD DE HACER EL ANÁLISIS MÁS CONVINCENTE
Para crear coaliciones que apoyen políticas eficaces se requie¬re comunicar el razonamiento del analista. Ahora bien, no se trata solamente de traducir el lenguaje analítico al lenguaje político, aunque esto desde luego ayudaría (después de todo, aunque la jerga de analista pueda seducir, rara vez convence). Tampoco se trata de educar a los jugadores políticos en las actitudes y las téc¬nicas de análisis.
Lo que se necesita es transformar completamente el razona¬miento del analista, pasar de las coordenadas de una mente ana¬lítica al sistema de referencia en el que piensa el público. Cual¬quier persona habituada a entender el espacio físico en coordenadas lineales, cartesianas (x,y,z), y que encuentre difícil lo¬calizar un punto expresado en coordenadas polares ("* * * *), ex¬cepto al transformar las coordenadas polares otra vez en lineales, comprenderá la importancia de traducir el razonamiento analítico en el marco de referencia del público, en lugar de intentar enseñar al público a pensar en el sistema de coordenadas del analista. Cuando escribe acerca de los problemas de comunicación del aná¬lisis, Arnold Meltsner enfatiza la necesidad que tiene el análisis de "aumentar el grado de parecido entre él mismo y su público". Los analistas experimentados, escribe, "tratan hábilmente de ex¬presar sus argumentos en términos que aumenten su similitud con los valores compartidos".
Aunque el analista crea que sus propios principios de razona¬miento, el paradigma analítico, son el único enfoque racional de la toma de decisiones en la política pública, es preciso que reco¬nozca que esta visión de las cosas no es universal. Más aún, algu¬nos conceptos analíticos fundamentales, como usar costos de oportunidad en lugar de costos perdidos, le son ajenos a la mayo¬ría de la gente; la gente simplemente no piensa en términos de oportunidades perdidas. En consecuencia, cualquier argumento analítico que se base en ejemplos simplificados del principio del costo de oportunidad no resultará persuasivo para establecer la validez de una proposición política compleja.
Consideremos la tarea de explicar ante una asociación de eje¬cutivos por qué un proyecto hidráulico determinado es ineficiente económicamente. La tentación es empezar con una explicación simple y superficial del análisis de costo beneficio. Después de to¬do, estamos hablando con ejecutivos de corporaciones, gente que a diario trata con análisis de costos y ganancias y que entiende muy bien que si invierte los recursos de su compañía en un pro¬yecto tendrá que renunciar a otras oportunidades de inversión. Pero no importa qué tan inteligentes sean estos ejecutivos y qué tan brillante sea la explicación del análisis de costo beneficio, la enumeración final de los cálculos de costo beneficio para cada uno de los proyectos no tendrá el menor significado. Este público piensa con el sistema de referencia de los negocios, no con el de análisis de políticas. Por lo tanto es preciso explicar las ineficien¬cias de los proyectos no en términos analíticos, sino de acuerdo con el esquema de los negocios.
Afortunadamente, al menos en este caso, esto es muy posible ya que muchos de los proyectos de recursos hidráulicos proveen bienes privados, no públicos. El análisis de costo beneficio es ne¬cesario para poder asegurarse de que todos los beneficios de los bienes públicos (evaluados en términos de la disposición de cada individuo a pagarlos) están incluidos al evaluar un proyecto de in¬versión pública. Para muchos proyectos, sin embargo, la mayoría de los bienes son privados; los individuos y las compañías que se benefician pueden ser fácilmente identificados y se les puede co¬brar, así que la evaluación de estos beneficios puede basarse no en un cálculo misterioso de la voluntad de los ciudadanos de pa¬garlos, sino en pagos efectivos.
De esta manera el gobierno podría contratar con alguna em¬presa la construcción de una presa y de los acueductos para co¬nectarla con las ciudades, ranchos e industrias que compran el agua. Una empresa constructora podría calcular qué tarifa anual le pagaría al gobierno por la concesión de construir la presa, lle¬narla con la cantidad de agua convenida y venderla en la región. O si la compañía concluye que no podría pagar al gobierno y ob¬tener a la vez un rendimiento razonable por su inversión, podría entonces hacer una oferta negativa: el subsidio que necesitaría pa¬ra poder cubrir los beneficios no vendibles, tales como la recrea¬ción y el control de inundaciones.
En principio, un análisis empresarial semejante es equivalente a un análisis de inversión pública (costo beneficio), aunque el marco de referencia es muy distinto. De cualquier manera, si se analizara el problema desde el punto de vista de la inversión em¬presarial, el gobernante podría explicar con exactitud qué tan ine¬ficiente económicamente resulta un proyecto hidráulico. Por ejemplo, si una compañía privada quisiera construir el Central Arizona Project y recibiera un subsidio federal anual de 30.7 mi¬llones de dólares (para cubrir beneficios de control de inundacio¬nes, de recreación, de protección de la vida animal y otros benefi¬cios públicos), tendría que cobrar 106 dólares por pie cúbico de agua para ganar un rendimiento de 6.375 por ciento sobre su in¬versión a amortizar por más de cien años. ¿Qué corporación esta¬ría dispuesta a invertir dos billones de dólares para obtener sólo un rendimiento de 6.375 por ciento y eso sólo en un periodo de más de 100 años? Ninguna. De cualquier manera, nadie podría re¬almente intentarlo, ya que actualmente el agua se vende en Arizona central entre 19 y 50 dólares el pie cúbico. Para un ejecutivo empresarial este tipo de explicación dramatiza mucho mejor la ineficiencia del proyecto que decir que la proporción de costo be¬neficio es sólo del 0.58.
Para hacer hincapié en la importancia de un análisis persua¬sivo, Giandomenico Majone asegura que "los decisores necesi¬tan de un análisis retrospectivo (posterior a la decisión) como necesitan del prospectivo (previo a la decisión), y probablemente más". A menudo, por supuesto, se les pide a los analistas realizar tales análisis retrospectivos, aunque usualmente les parezca un trabajo poco honorable (sobre todo si no están de acuerdo con la decisión). Sin embargo, la función del análisis de políticas no es sólo ayudar a determinar cuál es la mejor alternativa sino también asegurarse de que el gobierno adopte e implante esta alternativa. Una vez que un decisor político ha aceptado la recomendación del analista (aunque fuera por razones distintas), el analista tiene la obligación de asegurarse de que la sabiduría de su recomendación sea reconocida por todos los que tienen el poder para apoyarla. Para que el analista político tenga influencia no sólo debe estar técnicamente en lo correcto. Debe también ser convincente, persuadir a sus compañeros analistas y a los grupos electorales in¬fluyentes.
LA NECESIDAD DE ESTRATEGIA POLÍT1CA
Una definición demasiado estrecha de la responsabilidad y competencia del analista puede aislarlo de la realidad política e inhibir su influencia política. Si un analista es reconocido por la excelencia de su lógica económica, por la confiabilidad de sus in¬ferencias estadísticas, pero también por la vacuidad de sus su¬puestos políticos (implícitos), el decisor político rechazará su trabajo por intrascendente. Sin embargo, una vez que ha presen¬tado la propuesta de política que puede generar beneficios con¬siderables, el analista debe interesarse en que se logren estos be¬neficios. Es más, si el análisis neutral y honesto revela que una o varias alternativas son preferibles (o que una o varias alterna¬tivas son indeseables en sumo grado), el analista político tiene la obligación clara de maximizar las posibilidades que favorecen su adopción. ¿Cómo puede cumplir el analista su responsabilidad política?
El analista puede empezar por evaluar la factibilidad política de cada alternativa. La factibilidad política de una alternativa no es una característica inherente, fija, como si fuera uno de los mu¬chos genes de la decisión política que sólo esta esperando ser lo¬calizado, descifrado y reportado. La factibilidad política de una al¬ternativa depende claramente de la inteligencia con que se diseñó la estrategia política para obtener su adopción, así como de la de¬dicación y habilidad de los encargados de poner en práctica la es¬trategia. En consecuencia, la responsabilidad del analista va más allá de la mera determinación pasiva de una estrategia política. El analista cabal no sólo recomendará la mejor alternativa sino tam¬bién la mejor estrategia política para que el cliente pueda lograr la adopción e implementación de la alternativa. Después de todo, ¿cómo puede ser la "mejor" una alternativa política que no sea escogida ni implementada? El análisis de suyo es políticamente impotente. Se convierte en un instrumento político eficaz sólo cuando se le incorpora a una estrategia política diseñada para lograr que se adopten sus recomendaciones. Y desarrollar una es¬trategia semejante es, desde luego, parte de la responsabilidad del analista.
Un analista tradicional podría objetar, diciendo que un com¬promiso político tan manifiesto está más allá de su campo de ac¬ción. Puede ser cierto, pero no debería serlo. El analista que ha estudiado a fondo un problema político debería conocer tan bien sus complicaciones políticas como las económicas, pues las dos cuestiones no son independientes. Un analista que ha prestado atención a las cuestiones distributivas debería estar bien cons¬ciente tanto de los evidentes adversarios como de los aliados po¬tenciales. En consecuencia, no sería inteligente es más, sería poco ético que el analista presentara a su cliente una recomen¬dación política que va a levantar mucha oposición y poco apoyo, sin ofrecer también una recomendación política acerca de cómo podría 1) evitar una batalla inútil y desgastante, y 2) lograr la meta política. ¿En verdad, puede el analista mandar a su cliente a la arena política sin explicarle qué peligros le esperan y qué armas le serán más útiles?
LA NECESIDAD DE IR Y VENIR ENTRE EL ANÁLISIS Y LA POLÍTICAEs demasiado fácil reconocer, más aún sobrevalorar, las opcio¬nes políticamente imposibles, inviables. Cualquier examen pasivo y poco crítico de las posibilidades de que una propuesta sea acep¬tada y escogida, revelará desalentadoramente que no son muchas. En realidad, es muy probable que la propuesta no sea nada nueva y que ya se haya intentado antes, pero sin poder avanzar por la oposición de intereses influyentes y poderosos.
Sin embargo, con demasiada frecuencia, es la mitología del po¬der la que confiere a una propuesta política el estatus de "políti¬camente inviable". Los intentos anteriores para llevarla adelante pueden haber sido imaginarios, eventuales o incompetentes. La influencia, prestigio y autoridad de los grupos de interés a menudo se debe al hecho de que se evita cuestionar su reputación y no a que no se cuente con análisis serios y consistentes.
Por ejemplo, todos los presidentes a partir de Franklin D. Roosevelt se opusieron abiertamente a la política del uso libre de las vías fluviales del interior, vigente durante 200 años. Sin embargo nada cambió. De esta manera, la posición de que no era políticamente factible cobrar por el uso comercial de cana¬les, compuertas y ríos dragados que construye y mantiene el cuerpo de ingenieros de los Estados Unidos, llegó a ser una le¬yenda en Washington D.C. y el operador de la barcaza adquirió los poderes míticos de un Neptuno motorizado que podía sin más hacer desaparecer con un dentellazo de su tridente todopo¬deroso a cualquiera que sugiriera cobrar algún impuesto, cuota o peaje. Entonces, asombrosamente, el Congreso aprobó un im¬puesto, si bien modesto, en 1978. ¿Qué pasó?, ¿luchó un nuevo presidente para cambiar la medida política?, ¿decidieron valien¬temente los dirigentes del Congreso que había llegado el mo¬mento de cambiar?, ¿exigió el público la medida?, ¿se retiraron los operadores de barcazas del combate político? No. El Con¬greso actuó principalmente en respuesta a los esfuerzos de un senador joven y aislado del partido minoritario, Pete V. Dome¬nici, de Nuevo México.
¿Cuál era el secreto de Domenici? Que hizo el intento. Reali¬zó un esfuerzo inteligente y dedicado para que se adoptara su pro¬puesta. Mencionar una propuesta política en un informe presu¬puestal o en un mensaje televisado no implica una acción presidencial mayor. Todos los presidentes desde Franklin D. Roo¬sevelt bien pueden haberse opuesto al uso libre de la vías fluviales del interior, pero ninguno había hecho un intento verdaderamente serio para cambiar la medida política, ya que todos sabían que lo¬grar ese cambio no era "factible políticamente", todos, menos Do¬menici. Él y su equipo emprendieron no un examen pasivo de la factibilidad, sino una búsqueda activa y perseverante de estrategias. De esta manera, con un poco de apoyo inseguro de la Casa Blanca, una excelente relación con sus compañeros legisladores y algo de suerte, Domenici fue capaz de echar a pique a los opera¬dores de las barcazas.
Si los mejores políticos pueden caer en la "trampa de la no factibilidad", el analista por supuesto que debe ser cauteloso. Así como la habilidad de un analista para influir las políticas puede paradójicamente reducirse si es demasiado político, o al menos si lo es demasiado pronto, así también el analista, preo¬cupado porque el cliente pudiera rechazar sus recomendaciones por no considerarlas factibles, puede prematuramente no tomar en consideración aquellas alternativas que previsiblemente pro¬vocarán la mayor y la más obvia oposición. Sin embargo, la no factibilidad política no es una variable intrínseca, binaria; no es una cualidad que una alternativa política de alguna manera po¬see o deja de poseer. Como cualquier otra característica de una propuesta política, es posible cambiarla modificando la propues¬ta misma o influyendo en otras variables, externas pero relacio¬nadas. El analista necesita identificar los impedimentos existen¬tes para que se adopte, y determinar los costos de eliminarlos: tanto los costos de oportunidad económicos de otros objetivos políticos a los que hay que renunciar para obtener los recursos económicos necesarios para modificar la propuesta y hacerla políticamente aceptable, como los costos de oportunidad políti¬cos de los objetivos que deben sacrificarse a cambio del apoyo político necesario para esta iniciativa.
Decir cuál es la manera menos costosa de deshacerse de los impedimentos políticos para la adopción de una propuesta políti¬ca y si vale la pena pagar este precio es una responsabilidad tan¬to analítica como política. El juego de las políticas no es una carrera de relevos en que el analista corre el primer turno (analítico) y luego le pasa la posta al político para que corra el último tramo (político) mientras el analista se hace a un lado y observa pasivamente, tal vez con frustración y dolor. Si el analista se retira después de correr el primer tramo, descubrirá que poco a poco se introducen modificaciones en sus recomendaciones, se hacen con¬cesiones y se abandonan, de tal manera que, al final, la medida política adoptada casi no se parece a su propuesta.
Esto es lo que pasó con la revisión de los proyectos de recur¬sos hidráulicos en 1977 propuestos por el presidente Carter. Se instaló una comisión para que se revisaran los proyectos y se asignaron analistas a varios equipos que revisarían diferentes proyectos. Una vez que se terminaron los análisis, éstos se pasa¬ron a los políticos, que decidieron qué proyectos continuarían adelante, cuáles se modificarían y cuáles se borrarían del presu¬puesto. En esta etapa de la toma de decisiones, se ignoró a los analistas cumplida ya su "labor" de preparar los informes con la información necesaria y las decisiones se basaron solamente en consideraciones políticas. Si un proyecto tenía mayores o me¬nores beneficios que costos no tenía importancia. Incluso cuan¬do un análisis proporcionaba una descripción particularmente esclarecedora y dramática de la ineficiencia económica de un proyecto como la explicación anterior del Central Arizona Pro¬ject la información ni fue usada para tomar la decisión en pri¬vado ni para defenderla en público. En este caso, no era que los analistas se rehusaran a participar en la toma de decisiones po¬líticas, sino que los políticos simplemente los ignoraron. Y los ig¬noraron porque las experiencias anteriores con otros analistas los habían convencido de que los analistas podían contribuir en poco a la toma de decisiones de las políticas.
A fin de superar su reputación profesional de ingenuidad po¬lítica, los analistas de políticas necesitarán dedicarle más atención a la ciudadanía para identificar los grupos electorales que van a perder (sustancial o simbólicamente) con cada alternativa, determinar la magnitud de su interés y evaluar sus fuerzas (tanto reales como mitológicas). Al mismo tiempo, los analistas tienen que identificar a los grupos electorales, incluso latentes, que podrían beneficiarse con cada propuesta. Las comunidades electorales no son rasgos permanentes del paisaje político tallados en la roca desde tiempos inmemorables por alguna misteriosa fuerza que aún no ha podido identificar la arqueología política. Es preciso crear, organizar, motivar y movilizar a las comunidades electora¬les. También se les puede desordenar, confundir, desmoralizar y frustrar.
Construir comunidades electorales, podría discutir el analista tradicional, es responsabilidad de los políticos. Sí, lo es. Pero el analista político tiene la responsabilidad de indicar cómo se puede llegar a construirlas mejor. Después de todo, lograr que los deci¬sores con autoridad, ejecutivos y legislativos, adopten una medida política no sólo exige generar apoyo político para la alternativa considerada superior desde el punto de vista analítico, también exige modificar alternativas para atraer partidarios y calmar a los oponentes. Si esto lo hace el político por su cuenta, sólo la políti¬ca, y no el balance entre las consideraciones políticas y las sustan¬tivas, dictará cuáles son los elementos sustantivos a sacrificar en la medida política.
John Mendeloff ha escrito que las mejores ideas del análisis de políticas "pueden surgir si acerca uno las dos perspectivas (económica y política), por lo que se precisa ya sea de un equipo multidisciplinario o de una cabeza multidisciplinaria". Yo creo que el analista político cabal necesita una cabeza multidiscipli¬naria. Para elegir políticas públicas y lograr que se adopten y se implanten es preciso pasar una y otra vez de lo analítico a lo po¬lítico y viceversa. A menos que los analistas se resignen a obser¬var cómo componentes esenciales de las opciones de política cuidadosamente diseñadas se abandonan para apaciguar a dife¬rentes grupos electorales, deben profundizar su entendimiento de la parte política del juego. Sólo el analista políticas completo, que sabe qué compromisos puede contraer para lograr el apoyo o neu¬tralizar a la oposición y qué sacrificios no debe aceptar a cambio de ganancias políticas insuficientes, ganará la confianza de los ju¬gadores políticos clave y se convertirá en un miembro verdadero del equipo que elabora las políticas.
Categoría: Política agrícola
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