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Apellidos judíos
Los judíos han utilizado históricamente nombres patronímicos.
En el sistema patronímico judío, el nombre es seguido de Ben o Bat (“hijo de” e “hija de”, respectivamente) y luego el nombre del padre.
Los apellidos de origen hereditario que existen hoy en día, comenzaron a utilizarse entre los judíos sefarditas en Iberia y en otros lugares en los siglos X y XI; y no se extendió a los judíos asquenazí de Alemania o Europa del Este hasta mucho más tarde.
La forma patronímica utilizada en la antigüedad se sigue utilizando en la vida religiosa.
Contenido
Historia
Los apellidos no eran desconocidos entre los judíos de la Edad Media, y como los judíos comenzaron a integrarse más con sus conciudadanos, la práctica de utilizar apellidos, además del nombre “sagrado”, utilizado sólo en la vida religiosa, creció rápidamente. Por supuesto, entre los sefardíes esta práctica era común casi desde el momento del exilio de España y, probablemente, se hizo aún más común como consecuencia del ejemplo de los marranos, que al aceptar el cristianismo adoptaron en la mayoría de los casos los apellidos de sus padrinos. Entre los askenazí, cuyo aislamiento de sus conciudadanos fue mayor, el uso de apellidos hereditarios sólo empezó a ser común en el siglo XVIII.[1]
La necesidad de agilizar el cobro de impuestos y los servicios de reclutamiento militar que tuvo lugar en el Imperio Austríaco , Imperio Ruso y en los estados Alemanes en los siglos XVIII y XIX hizo que se promulgaran leyes que obligaban a la población judía a adoptar apellidos hereditarios. El primer estado en el que es obligatoria la adopción de apellidos es el Imperio Austríaco. En 1787 el emperador José II promulgó una ley por la que todos los judíos del imperio debían adoptar un apellido.
Los judíos que ya tenían apellidos, podían seguir utilizándolos, y aquellos que no los tenían, estaban obligados a tomar uno, que desde ese momento se convirtió en hereditario. Si un judío no elegía su propio apellido, éste era impuesto por la fuerza por los funcionarios imperiales. Esto condujo a la asignación de apellidos de manera arbitraria (en algunos casos de tono ofensivo). Algunos de ellos mencionados por Karl Emil Franzos: Drachenblut (Sangre de dragón), Ochsenschwanz (Cola de toro), Nachtkäfer (Escarabajo de la Noche), Pulverbestandtheil (Componente de polvo), Temperaturwechsel (Cambios de temperatura), Eselskopf (Cabeza de asno), Gottlos (Impío), Wohlgeruch (Fragancia), Veilchenduft (Violetas), Stinker (Sucio), Bettelarm (Indigentes), Nothleider (Necesitadas), Geldschrank (Seguro), Diamant (Diamante), Smaragd (Esmeralda), Galgenstrick (Ficha), Todtschläger (Asesino), Taschengreifer (Bolsa de gancho), Durst (Sed), Hunger (Hambre), Fresser (Glotón), Säuger (Mamíferos), Trinker (Bebedor), Weinglas (Copa de vino), Schmetterling (Mariposa), Elephant (Elefante), Nashorn (Rinoceronte), Pferd (Caballo), Maulwurf (Topo).
La mayoría de los apellidos se formó a partir de palabras de la lengua alemana (lengua oficial del imperio). Algunos de estos apellidos se referían a la ocupación, otros reflejaban las características personales, referencias a la naturaleza, etc.
Desde la incorporación al Imperio Austríaco de nuevos territorios, como resultado de la tercera partición de Polonia (áreas de Cracovia, Lublin y Radom) el régimen de la adopción obligatoria de apellidos se amplió a estas áreas (en 1805). Similares leyes se adoptaron en los estados germánicos: en Baden en 1790; en Frankfurt en 1807; en Prusia en 1812; en Baviera y en Mecklenburg en 1813; en Wurtemberg en 1828; en Sajonia, en 1834 y en Oldenburg en 1852.
En Francia, un decreto sobre la obligación de los apellidos hereditarios se publicó en 1808, y su acción se extiende también al imperio Napoleónico. Bajo esta ley, se prohibió la creación de apellidos con los nombres de las ciudades y los nombres bíblicos, tomados de los cristianos. Sin embargo, los apellidos existentes de este tipo se permitió seguir utilizándolos. En el imperio Ruso, se introdujo una ley que obligaba a adoptar apellidos a lo judíos, aprobado por el decreto imperial de diciembre de 1804.
La ejecución de este artículo suponía un plazo de dos años, pero en la práctica no logro ejecutarse completamente, por lo que las autoridades se vieron forzadas a sacar una nueva ley para los judíos, publicada en 1835, para incluir una vez más el artículo correspondiente con el número 16.
Otra ley especial aprobada en 1850, prohibió a los judíos cambiar el apellido, incluso cuando cambiaban a otra religión.
En las diez provincias polacas que formaban el Reino de Polonia, con un grado mayor de autonomía dentro del Imperio Ruso, los apellidos hereditarios fueron introducidos a los judíos en el 1821, a través de la resolución del rey del Reino de Polonia, el Constantino Pávlovich Románov. Inicialmente, la facultad de elegir el apellido estaba en manos de los judíos, pero al demorarse la aplicación, la asignación de apellidos a los judíos fue delegada a los funcionarios locales.
En Suiza la Ley sobre la adopción obligatoria de apellidos hereditarios se aprobó en 1863.
Tablas
Apellidos, basados en títulos[2] Apellido Significado Abt Abad Baron Barón Dukas Duque Fürst Aristócrata Graf Conde Herzog Duque Kaiser Emperador Koenig Rey Papst Papa Prinz Príncipe Notas
- ↑ Joseph Jacobs, Surnames, en Jewish Encyclopedia
- ↑ Véase también: Apellidos Judíos (En Ruso)
Enlaces externos
Referencias
- Jewish web index (En Ingles)
- Apellidos Judíos Rusos: (En Ruso)
- Artículo "Nombres": en Enciclopedia electrónica judía (En Ruso)
- Artículo en Jewish Encyclopedia Sobre Galitzia (En Ingles)
- Artículo en Jewish Encyclopedia: Sobre Nombres y Apellidos (En Ingles)
- Los nombres de los Judios (En Ingles)
Bibliografía
- Biblica: G. Buchanan Gray, Hebrew Proper Names, London, 1898;
- T. Nöldeke, in Cheyne and Black, Encyc. Bibl. (with extensive bibliography);
- Talmudica: Schorr, in He-Ḥaluẓ, vol. ix.;
- H. P. Chajes, Beiträge zur Nordsemitischen Onomatologie;
- Bacher, in R. E. J. xiv. 42-47. Modern: Andræe, Zur Volkskunde der Juden, pp. 120-128;
- Zunz, Namen der Juden, in Ges. Schriften, ii. 1-82;
- Löw, Lebensalter, pp. 92-109;
- Orient, Lit. vi. 129-241; vii. 42, 620;
- Steinschneider, in Hebr. Bibl. pp. 556, 962;
- idem, in Z. D. M. G. xxxii. 91;
- Hyamson, Jewish Surnames, in Jewish Literary Annual, 1903, pp. 53-78;
- M. Sablatzky, Lexikon der Pseudonymen Hebr. Schriftsteller, Berdychev, 1902.J.
Categoría: Judaísmo
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