- Prosopagnosia
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Prosopagnosia
Prosopagnosia, del griego πρόσωπον: aspecto, y de ἀγνωσία: desconocimiento. Termino acuñado en 1947 por el médico Joachim Bodamer, quien la definió en los siguientes términos:
“Es la interrupción selectiva de la percepción de rostros, tanto del propio rostro como del rostro de los demás, los que pueden ser vistos pero no reconocidos como los que son propios de determinada persona”
La definición sigue siendo vigente, pues sirve para caracterizar el trastorno sin diagnosticarlo o pronosticarlo, no obstante ahora sabemos que puede tener distintas características.
Contenido
Características de la Prosopagnosia
- A pesar de que se creyó que la misma era consecuencia de un traumatismo en el cerebro, actualmente se han documentado casos de personas que la padecen desde su nacimiento.
- No obstante que la incapacidad de ver rostros es la característica de este trastorno, en algunos casos se pueden percibir los rostros de familiares o amigos cercanos, siempre y cuando tengan algo que les caracterice extremadamente. Por ejemplo,en "El hombre que confundió a su mujer con su sombrero" de Oliver Sacks, se habla de un hombre con prosopagnosia, que únicamente reconocía a tres personas de su trabajo: una de ellas por un llamativo lunar que tenía en la mejilla, otra por ser extremadamente alto y delgado, y la otra por que tenía un tic en un ojo que hacía que lo cerrara constantemente. Por ello, su mujer siempre iba con un gran sombrero llamativo, con el fin de que su marido la reconociera.
- Ciertos pacientes pueden percibir con mayor claridad, aún cuando sea en forma borrosa, los rostros de las mujeres y no los de los hombres, y viceversa.
- A pesar de que los sujetos que padecen este trastorno pueden identificar los órganos que se encuentran en la cara, son incapaces de recordar la exacta ubicación de los mismos dentro de la cara.
- El trastorno también ha sido diagnosticado como un padecimiento psicológico, aún cuando se ha documentado que es somático.
- Quien padece de Prosopagnosis puede recordar, de la misma manera que cualquier otra persona, quienes son sus amigos, familiares y personas con las que se relaciona, incluso recuerdan el cabello y los tonos de la piel, los aromas, la voz y todo lo que en general se denomina “contexto” de la persona, sin embargo no pueden ver o comprender el rostro de las personas.
Antecedentes
A pesar de que este trastorno era conocido desde antes del siglo XX, especialmente por referencias de los escritores de diferentes épocas, no fue hasta el siglo XX que se pudo documentar médicamente el primer caso.
Durante la Segunda Guerra Mundial, después de que un teniente del ejército alemán fuera apresado y atendido de una herida en la cabeza, los médicos constataron el hecho de que el paciente no podía ver los rostros de las personas, no obstante de que por lo demás gozaba de un estado saludable y no había ningún otro perjuicio en su vista.
El médico que efectuó, en 1947, el primer estudio clínico del trastorno, y que consta de 47 hojas, donde se reseñan experimentos clásicos, fue Joachim Bodamer.
En gran medida debido a que el número de personas que padecen Prosopagnosis es una proporción mínima de la población, no despertó el interés de los laboratorios ni de los institutos de investigación médica, el conocimiento de ella se conservó en la categoría de las curiosidades clínicas, hasta finales de los años noventa del siglo veinte.
El interés despertado por la Prosopagnosis
La expansión de Internet y la creación de sitios especializados para personas con intereses particulares, permitió a finales del siglo pasado que algunas personas como Bill Choisser, quien colocó un aviso en Usenet diciendo “Problema para reconocer rostros”, lo que ocasionó el acercamiento entre especialistas, curiosos y personas afectadas, creando una comunidad que logró despertar el interés de la sociedad, el cual ha sido expresado en diarios y en revistas como “Wired” sin contar a la prensa especializada, tanto en Psicología como en Neurología.
Prevalencia
La frecuente ignorancia de los enfermos sobre su déficit y la posibilidad de compensar el déficit de percepción hasta un cierto grado mediante eficiencia del aprendizaje, condujo a que por mucho tiempo se considerara que la prosopagnosis era una enfermedad extremadamente rara. Investigaciones recientes presumen que 2.5 % de la población padecen de la enfermedad.
La tecnología de la información se interesa
Una noticia excelente consiste en el inesperado interés del MIT en esta incapacidad selectiva, pues el instituto considera que el conocimiento de los mecanismos de la Prosopagnosis permitirá grandes avances para enfrentar los más grandes retos en la Inteligencia Artificial para la próxima generación de computadoras, programas de software y en el desarrollo de las nuevas máquinas robóticas. No existe duda de que el estudio de este padecimiento permitirá cambios importantes en los instrumentos de identificación de personas, mayor efectividad en la identificación de terroristas y delincuentes en los cruces fronterizos.
Un trastorno que no distingue personalidades
Junto con los miles de personas afectadas, se encuentran algunas celebridades, incluso en el mundo de la belleza, tal es el caso de uno de los rostros más bellos, el de la modelo Zoe Hunn [1]
En la literatura
Al menos ha servido de inspiración al escritor y neurólogo Oliver Sacks quien relata el caso de un hombre que agarró la cabeza de su esposa pensando que era un sombrero: The man who mistook his wife for a hat.
Categoría: Percepción
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