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Relativismo
Hay dos teorías filosóficas opuestas ante la verdad y que han sido defendidas de forma reiterada a lo largo de la Historia de la Filosofía: el objetivismo y el relativismo. El objetivismo mantiene la idea de que la verdad es independiente de las personas o grupos que la piensan o formulan (ver “objetivismo”). Por el contrario, el relativismo considera que la verdad depende o está en relación con el sujeto, persona o grupo que la experimenta. Es preciso tener cuidado con la definición del relativismo, así, por ejemplo, no es relativismo aceptar que existen muchas opiniones acerca de las mismas cosas, esto es obvio y nadie lo ha negado. El relativismo aparece cuando a continuación decimos que dichas opiniones son verdaderas si a las personas que las defienden les parecen verdaderas. El relativismo mantiene que existen muchas verdades acerca de las cosas, al menos tantas como personas creen tener un conocimiento de ellas.
Hay varias razones que permiten comprender por qué muchos filósofos consideran adecuado el relativismo. Se pueden destacar las siguientes:
La influencia de elementos físicos, psicológicos o culturales en las creencias de las personas; La observación de las muchas ideas o concepciones que tienen los distintos grupos o culturas; La observación del cambio de ideas a través del tiempo.
En cuestiones humanas y sociales se reconocen tres formas básicas de relativismo:
a) Cognitivo
b) Moral
c) Cultural
Es conveniente tratarlos juntos ya que se hallan estrechamente vinculados. Incluso, quienes se adhieren a uno de ellos, generalmente se adhieren también a los restantes, mientras que quienes los rechazan, lo hacen en forma conjunta. O. Spengler escribió: “Toda cultura tiene su propio criterio, en el cual comienza y termina su validez. No existe moral universal de ninguna naturaleza”.
En el primer caso, admitiendo su veracidad, se niega la verdad absoluta, por lo que no existiría interés por buscarla. En el segundo caso se niega la existencia del Bien objetivo, por lo que habría que borrar a la Ética como actividad intelectual que busca un camino para alcanzarlo. En el tercer caso, no existiría una cultura mejor que otra, por lo que tampoco deberíamos esmerarnos por buscarla. Algunos autores estiman que, en el nivel epistemológico, el relativismo surge de una actitud escéptica, mientras que en el nivel moral surge de una actitud cínica.
Contenido
Relativismo cognitivo
Relativismo es todo sistema de pensamiento que afirma que no existen verdades universalmente válidas, ya que toda afirmación depende de condiciones o contextos de la persona o grupo que la afirma. Como pensamiento, movimiento o propuesta sobre el conocimiento humano viene estudiado dentro de la Epistemología o Filosofía del conocimiento. Cuando se afirma que el conocimiento cierto es relativo a condiciones propias del sujeto (intereses personales, creencias previas, estado ánimo,...) entonces se suele hablar de Subjetivismo, y a veces recibe un tratamiento independiente.
El Relativismo es conceptualmente cercano al escepticismo, aunque éste llega más lejos: no sólo es imposible establecer verdades absolutas, sino que no se puede llegar a conocer certeramente ninguna verdad.
Las primeras afirmaciones del Relativismo se inician en Grecia con los sofistas, siendo el más famoso Protágoras de Abdera con su expresión: "el hombre es la medida de todas las cosas" y fue desarrollado dos mil cien años después por Descartes con la polémica entre el racionalismo y el empirismo. A partir de Kant, con su giro hacia el idealismo transcendental, se puede empezar a discutir el carácter relativista de algunos planteamientos.
Actualmente vuelve a tener una gran importancia en el pensamiento filosófico y teológico, pues numerosos autores y corrientes filosóficas del siglo XX se han clasificado como relativistas o subjetivistas: Nietzsche, James, Dewey, Wittgenstein, Rorty... Entre las corrientes filosóficas, son o impulsan el relativismo: el existencialismo, el estructuralismo, el constructivismo social, junto con las nuevas concepciones de la filosofía de la ciencia (Kuhn, Lakatos, sobre todo Feyerabend). Pero la gran corriente relativista es la posmodernidad.
El relativismo tiene connotaciones teoréticas, pragmáticas y éticas, morales y culturales. Puede ser un relativismo fuerte o absoluto, o una afirmación limitada a un solo campo (la religión, las normas morales, el derecho,...). El desarrollo fundamental es en torno a dos temas o dos posturas, diferentes en su tratamiento: el relativismo cognitivo (hay diversas interpretaciones del conocimiento) y el moral (hay normas culturales que se encuentran en cada sociedad particular).
El Relativismo cognitivo es el que centra sus argumentos en la incapacidad del conocimiento humano para establecer verdades universalmente válidas. Cada afirmación es dependiente (relativa) a un contexto o estructura que la condiciona. Estas estructuras que hacen relativa toda afirmación son: el lenguaje, la cultura, los paradigmas de un período histórico, las creencias religiosas, el género, raza o estatus social, y sobre todo la experiencia e historia de cada individuo.
Relativismo cultural y moral
Se plantea el problema del Relativismo cultural, cuando afirmamos que la diversidad de ideas y valores entre las distintas sociedades es irreducible; no se puede juzgar un elemento cultural desde otra sociedad, lo único importante es que tenga sentido dentro de esa cultura.
El relativismo cultural llega a afectar seriamente la moral como usos y costumbres, magnificando el concepto: no hay una verdad absoluta y ésta depende de cada individuo en un espacio o tiempo concreto o intereses. Según estas posturas, cada afirmación moral depende de convenciones de las personas de esa cultura, y no puede ser cuestionada.
Sus defensores afirman que el relativismo salvaguarda la subjetividad y promueve el respeto hacia opiniones diversas y culturas distintas.
Sus detractores afirman la necesidad de asumir la existencia de verdades reales, objetivas, válidas para toda cultura. Se afirma asimismo que la verdad está ligada a la práctica, y que la acción concreta exige valorar el acierto o el error como algo real, no relativo. Una salida dura al relativismo es el positivismo como metodología de la objetividad para teorías verificables, para evitar la relativización del acceso a la verdad. Un nuevo principio incorporable al conocimiento científico es la relativización, no deseable como categoría o como marco, perfeccionando la percepción de las metodologías. La paradoja tolerancia - pluralidad contra uniformidad.
Relativismo en ciencia
En el ámbito de la ciencia experimental, se buscan modelos descriptivos que se acercan cada vez más a la realidad. Cuando el error es mínimo, se dice que hubo un gran acercamiento a la verdad. De ahí que la verdad, como objetivo final, está siempre presente.
En cuanto a las ciencias sociales, en general se admite la existencia de vínculos causales entre actitudes y acciones, de ahí que es posible calificarlas según sean los efectos que produzcan. El bien, o lo deseable, tanto como el mal, o lo no deseado, surgen como categorías que se asocian a los valores asignados a las posibles acciones humanas. Existiría un relativismo moral estricto si tales vínculos causales cambiaran con las épocas o con las sociedades en las cuales se realizan.
A partir del surgimiento, en física, de la teoría de la relatividad, se ha pretendido en forma injustificada fundamentar adicionalmente los distintos relativismos mencionados. Sin embargo, debe tenerse presente que el principio de relatividad indica que los fenómenos físicos son invariantes ante movimientos inerciales y que, si bien el ordenamiento espacial y el temporal dependen de los sistemas de coordenadas en que se los describe, existe un intervalo espacio-temporal absoluto para todos los sistemas inerciales.
Más aún, Bertrand Russell, en su obra "ABC de la Relatividad", expresa claramente que es lejos de establecer relativismo, la teoria del Dr. Einstein no hizo más que definir un marco super-absoluto, inamovible, válido para todo el universo conocido, partiendo de la velocidad de la luz en el vacío. En otras palabras, va en sentido opuesto a una pretendida relatividad de los fenómenos físicos. El mismo autor, Russell, expresa su parecer afirmando "cierto tipo de gente que se cree superior suele decir con suficiencia que 'todo es relativo', lo cual es absurdo, porque si todo fuese relativo, no habría nada relativo a ese todo".
Relativismo en la lógica
Basado en los últimos avances de la física cuántica y en la relatividad de Einstein, deriva la última de las novedades referentes a la relatividad de la realidad, sobre ciertos sistemas donde, sí solamente sí, es válida y “real” el Ser. Por lo que se convierte en un tema metafísico del Ser en referencia al Estar, de modo que el Ser se convierte en “estante”, y a estos sistemas de referencia, se denominarán “estancias”. Estas tesis proclaman, por tanto, una “metafísica del Estar” (metafilosofía), en sustitución de la “tradicional” en la historia de la filosofía, como Metafísica del Ser (ortofilosofía).
El Relativismo en Lógica, debemos de entenderlo, en una nueva acepción semántica, que va más allá del sentido del entendimiento cultural, comportamiento y/o ética del hombre, como es la Lógica en sentido extenso. Para ello, una de las nuevas corrientes basadas en esta “Metafísica del Estar”, es el Estancialismo Potencial, basado en la “metalógica”, como planteamiento de crítica y estudio de la relatividad de la lógica, como el más reciente planteamiento ante la realidad de las cosas.
El Estancialismo Potencial, promulga una nueva visión de ultraperspectiva de la realidad, no ya desde distintos punto de vista lógicos, sino desde distintos punto de vista “metalógicos”. Es decir, las cosas (estantes) ya no son sólo ”Ser o No-ser”, sino “Ser y/o No-ser, según la estancia potencial de referencia vinculable.
La originalidad de este sistema metafilosófico, es afirmar, que la “existencia” ya no es “algo” en el Porque-Sí lógico, sino en el Porque-Está metalógico. Pero lo más importante es la potencialidad en como se relacionan las cosas con su verdad: Un cosa es, que esto pueda ser y/o no ser según la estancia, y otra cosa muy diferente (desde el punto de vista ético convencional), es que no tenga que ser como el hombre de manera ética quiere que “sea” o “esté”, respecto a su conciencia, ley o tradición.
Por ello, el relativismo metalógico no es antiético, ni va contra la idea de Dios. Pues Dios “existe y/o no-existe” (depende de la estancia). Dios es bueno y/o no-es bueno (según el individuo de referencia).
A modo de ejemplo, se entiende que, respecto al diablo, Dios es malo, no respecto al hombre. Asimismo, Dios existe respecto a la existencia del hombre, pero “no-existe” respecto a los posibles condenados del infierno.
Todas estas posibilidades metafísicas, son replanteadas desde esta nueva visión de relativismo metalógico de estancias.
Bibliografía
- “Diccionario de Filosofía” de Nicola Abbagnano – Fondo de Cultura Económica – ISBN 968-16-1189-6
- Janne Haaland Matlary (2008). Derechos humanos depredados. Hacia una dictadura del relativismo. Ediciones Cristiandad. ISBN 9788470575358.
Véase también
Enlaces externos
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