Antonio Maura y Montaner, abogado y político, cinco veces Presidente del Gobierno español.

La “revolución desde arriba” es el objetivo principal de Antonio Maura durante su “gobierno largo”, que se produce de 1907 a 1909. Hasta su caída política en 1909, Maura se mantiene como líder indiscutible. Este liderazgo es el que le lleva a emprender este reformismo. Las medidas políticas para esta revolución se pueden reducir a tres: la reforma de la ley electoral, la ley de Administración local y la ley de represión del terrorismo.

Reforma de la Ley electoral

La primera, la reforma de la Ley electoral en 1907. Los objetivos eran conseguir “pureza electoral”, con medidas como el voto obligatorio, sobre todo a los funcionarios; establecer un mecanismo de configuración automática de las mesas electorales y de las juntas del censo, para acabar con el control de los alcaldes; y otorgar al Tribunal Supremo la jurisdicción sobre los juicios planteados por las actas electorales. La limpieza electoral es mejorada, pero no hay secreto en el voto.

Además, dentro de la Ley electoral existen dos artículos muy negativos. Uno pide grandes exigencias económicas para ser votado. El otro, concretamente el artículo 29, establece que en los lugares con un único candidato, ése pasa a ser diputado inmediatamente, lo que provoca una alta abstención, porque los caciques sólo presentan un candidato.

Ley de Administración Local

El segundo proyecto de Maura es la Ley de Administración Local, que no es aceptada. En julio de 1907 presenta esta ley, con más de 400 artículos, lo que provoca debates durante dos años. Maura presenta esta ley como el fin del caciquismo y la consecución de la libertad política. Lo que propone es sustituir a los caciques por otros intermediarios elegidos entre los ciudadanos y la administración. Los alcaldes de las principales ciudades serían elegidos por el gobierno, pero los demás cargos por sufragio indirecto en el que los ciudadanos elegían a los electores.

Este proyecto tiene una gran oposición, como la de un grupo de conservadores que piensan que esta ley puede abrir demasiado el sistema político. Los liberales y los republicanos unitarios son enemigos de la descentralización del poder. Por tanto, la ley no sale adelante por la oposición política de liberales y republicanos.

Ley de Represión del Terrorismo

La tercera reforma es la Ley de Represión del Terrorismo. Ante la oleada de atentados anarquistas, sobre todo en Barcelona, Maura decide mantener el orden social a través de una ley que persigue el terrorismo y suprime la prensa y los sindicatos anarquistas.

A pesar de que esta ley persigue casi exclusivamente el anarquismo, causa oposición entre los liberales, que se unen por primera vez con grupos extradinásticos, como lo que podría denominarse un grupo de izquierdas. Se oponen al autoritarismo de Maura e intentan aprovechar el momento para abrir el sistema político. Maura se aleja de los liberales, a los que acusa de dejarse arrastrar por la izquierda y de poner en peligro el turno político. Sin embargo, al final este proyecto de ley también es retirado.

Véase también

• Restauración borbónica en España
• Antonio Maura y Montaner