- Sistema electoral mayoritario
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El sistema electoral se puede definir como el conjunto de normas y procedimientos por el cual se transforma la voluntad popular (en forma de votos) en representación parlamentaria (escaños). Dependiendo del modo en que se formalice el recuento de los votos, el sistema electoral será mayoritario o proporcional. Dentro de los primeros, podemos distinguir entre los sistemas mayoritarios a una vuelta, con dos subtipos -uninominal y plurinominal- y los sistemas mayoritarios a dos vueltas.
El sistema mayoritario a una vuelta de tipo uninominal Este sistema se caracteriza porque en cada circunscripción electoral se elige solamente a un diputado, de ahí uninominal. Solo hay una vuelta y se elige al que más votos obtiene, por lo que el resto no obtiene representación, lo que perjudica claramente a las minorías. Este tipo de sistema favorece la existencia del llamado "voto útil", que supone la votación por el candidato que más posibilidades tiene sin que sea necesariamente la primera preferencia del elector.
Este sistema favorece que el sistema tienda al bipartidismo y se produzca lo que se conoce como "la teoría del péndulo"; cada partido tiene sus electores naturales -que le votan o se abstienen-, y el "voto flotante" -que se corresponde con los electores que votan a uno u otro según la campaña, el candidato o sus motivaciones personales-. Podemos afirmar entonces que este sistema favorece la alternancia entre dos partidos, en un cambio cíclico entre uno y otro.
Este sistema provoca la existencia de un ganador con mayoría absoluta, lo que implica un importante grado de estabilidad del sistema político, cuyo Primer Ministro disfruta del apoyo de la mayoría y gobierna en solitario. Esto implica que a la mínima votación negativa el Primer Ministro no se vea obligado a dimitir.
Este tipo de sistema electoral es el más sencillo y ya se usaba en la Edad Media para elegir a cargos eclesiásticos. Hoy en día es el típico de los países anglosajones como Reino Unido, Canadá y Australia.
Hay algunas teorías que afirman que el bipartidismo existe porque a los partidos les interesa mantenerlo, ya que bastaría con cambiar el sistema electoral. Otros autores, en cambio, defienden que es a la inversa, que es el sistema electoral el que lleva al bipartidismo.
El sistema mayoritario a una vuelta de tipo plurinominal En este tipo de sistema electoral, la elección se hace sobre varios nombres de candidatos, el número depende del sistema, pero siempre habrá 2 o más opciones. Las características y los efectos de este sistema son diferentes del uninominal, ya que en aquel, es más importante el candidato, mientras que en el plurinominal cuenta más el partido. El elector en este tipo de votación no suele conocer los nombres de los candidatos, solo elige el color. Incluso puede influir el orden alfabético de la lista, ya que tiende a votarse a los primeros.
Este sistema es el que se usa para la elección de Senadores en el Estado español. En cada circunscripción se eligen cuatro senadores, con excepción de Ceuta, Melilla y los archipielagos Balear y Canario. Cada partido o candidatura presenta un máximo de tres candidatos, pero son elegidos los cuatro más votados, por lo que generalmente son elegidos tres de un partido y uno de otro.
El sistema mayoritario a dos vueltas Este sistema electoral se caracteriza porque la expresión de la voluntad popular se realiza en dos tiempos. El caso arquetípico es el sistema electoral francés. Para ser elegido en la 1ª vuelta, es necesario obtener la mayoría absoluta, lo que haría innecesario una 2ª vuelta. Generalmente esto no suele ocurrir, ya que en la primera vuelta suele existir una dispersión ideológica en cuanto al sentido del voto, por lo que el "voto útil" opera con escasa intensidad.
Para la 2ª vuelta, se hacen alianzas de afinidad ideológica de forma que se retira el candidato peor situado para que sus votantes ejerzan el voto útil en la segunda vuelta al mejor situado del espectro ideológico. Esto provoca que el sistema se configure con un multipartidismo atemperado por las alianzas de las segundas vueltas.
El sistema binominal mayoritario Este sistema electoral está diseñado para producir una situación en la que los dos bloques de votación por mayoría reciben la misma cantidad de escaños en el Parlamento, incluso si tienen cantidades muy diferentes de la votación. Su uso fue establecido en la Constitución chilena durante el régimen de Pinochet. El sistema binominal fue inventado en el período de Polonia Wojciech Jaruzelski y ejecutado por el régimen de Pinochet para fomentar la estabilidad política se trata de que cada lista puede estar integrada por varios partidos políticos que típicamente han formado coaliciones o pactos. Como procedimiento de conversión de votos a escaños, se elige entre las dos listas más votadas al candidato con mayor número de votos de cada lista, pero si la lista mayoritaria logra doblar en votos a la segunda obtiene ambos escaños, en forma estricta este es un sistema electoral proporcional impuro, es decir, con una baja proporcionalidad. Sin embargo, buena parte de la dinámica política que genera es más parecida a la de los sistemas mayoritarios. Mientras sus apologistas alegan que el sistema binominal ha sido fundamental para la gobernabilidad y estabilidad política.
Uno de los inconvenientes de los sistemas electorales de representación mayoritaria es su falta de equidad. En general, todos los sistemas favorecen a los grandes partidos, pero se hace mucho más evidente en los mayoritarios a una vuelta, que castigan con dureza las terceras opiniones, por lo que existe el problema de la no-representación de las minorías. En países sociológicamente homogéneos esto no representa grandes problemas, pero sí puede serlo en estados con cierta fragmentación social, como puede ser el caso de España. Cabe añadir, que aunque el sistema mayoritario perjudica a las terceras opciones, esto también ocurre en algunos sistemas proporcionales, como en el caso español con IU y UPyD.
En cualquier caso, el sistema mayoritario es el único que puede garantizar una mayor representatividad, ya que solo este permite una relación entre el representante y los representados, mediante un sistema de confianza y revocación del cargo público.[1] De esta forma, tanto los votantes que no han obtenido representación de su candidato como los que sí, pueden si no es de su agrado la actuación de su representate, removerlo de su escaño.
Referencias
Wikimedia foundation. 2010.