- Talla dulce
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La talla dulce o grabado a buril,[1] más que una técnica, es una manera de entender el grabado calcográfico, propia de los siglos XVII y XVIII en Europa.
Se parte de un grabado al aguafuerte matizándolo después con buril para obtener tonos con exquisitas modulaciones incidiendo más o menos profundamente sobre los trazos de aguafuerte. Es una técnica sumamente trabajosa, que exige una perfecta planificación y un largo oficio para obtener resultados profesionales.
Las estampas realizadas según la talla dulce tienen un aspecto característico, que en buena parte proviene de la utilización más o menos ortodoxa de la teoría de los trazos, que permitía traducir cada tono de gris de un dibujo o cada color de un cuadro copiado con asombrosa delicadeza cruzando líneas en ángulos normalizados. Entre los grabados realizados por los talleres profesionales de entonces destacan sobre todo las copias de cuadros de colecciones, como las magníficas copias de Velázquez que se pueden hallar en la Calcografía Nacional de España.
Se puede reconocer un grabado de talla dulce por su típica textura de rombos, un aspecto pulcro y trabajado y por la modulación de los trazos al ver la estampa muy aumentada.
Hoy en día esta técnica ha caído en desuso, si bien se utiliza al menos su aspecto gráfico para realizar los originales de los billetes de banco, en los que los dibujos se forman a base de miles de líneas cruzadas y con grosores modulados.
Véase también
- grabado al aguatinta
- grabado al buril
- Grabado calcográfico
Notas
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