- Technicolor
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El Technicolor fue el primer intento efectivo de la industria cinematográfica para dejar atrás el blanco y negro y reproducir en pantalla los colores filmados en la realidad. Su nombre proviene de las palabras en inglés Technic (Técnica) y Color (Color). Sus primeros grandes exponentes son las super producciones clásicas Lo que el viento se llevó (1939) y El Mago de Oz (1939), ambas dirigidas por Victor Fleming.
Se conseguía por la filmación simultánea de tres películas dentro de la misma cámara, cada una de la cuales contaba con filtros para que fuera impresionada sólo por un color. Después, tras un proceso de tintura, que más tenía que ver con la imprenta que con la fotografía[cita requerida], se sacaba una sola copia que al ser proyectada mantenía los colores de la realidad.
Actualmente podemos disfrutar en formato DVD los clásicos Lo que el viento se llevó (1939) y El Mago de Oz (1939) que fueron restauradas digitalmente y que por su calidad de color parece imposible que fueran filmadas hace 70 años[cita requerida]. Así mismo también existen películas filmadas con este sistema entre los años 40 y 90 del siglo XX. Otros sistemas de filmación en color eran el Eastmancolor y el Metrocolor.
Contenido
Historia
Technicolor de dos colores
El proceso de Technicolor nació inicialmente como un sistema de dos colores que se estrenó en la época del cine mudo. Hubo varios métodos diferentes. El primero de ellos se estrenó en 1917, se conoce como Proceso 1 y sólo se produjo una única película en este formato, The Gulf Between, de la cual sólo se conservan algunos fotogramas. El mecanismo consistía en rodar la imagen en dos películas en blanco y negro, una tras un filtro de color rojo y la otra tras un filtro de color verde. Esto se lograba con el uso de un prisma, y rodando al doble de la velocidad habitual. La proyección se usaba con un mecanismo similar que tenía el inconveniente de que necesitaba un técnico en todo momento para el caso de que se desalinearan las dos películas.
En 1922 se estrenó el Proceso 2, bautizado por los académicos como Technicolor de dos tiras (aunque este término también se suele aplicar erróneamente al proceso anterior y al posterior). El sistema era similar en el mecanismo de prisma, pero variaba en la impresión de la película. Las dos tiras de película, una filmada en rojo y la otra en verde, eran de un grosor inferior al habitual, y se pegaban, formando con su unión la imagen en color. Se utilizó para rodar fragmentos de super-producciones de la época como Los diez mandamientos (1923), The Phantom of the Opera (1925) o Ben-Hur (1925). El Proceso 2 dejó de usarse en 1928, siendo además su última producción, The Cavalier (1928), la primera que incluyó una banda sonora, aunque sólo con música y efectos sonoros.
En ese mismo 1928, sólo un día después de The Cavalier, se estrenó la primera película que usaba el Proceso 3, titulada The Viking. El proceso, que utilizaba un sistema similar de filmación a los anteriores, se basaba en aplicar a cada película una sustancia gelatinosa que endurecía. Después, al tintar la película roja de verde y la verde de rojo, la gelatina absorbía parte de la tinta en las zonas adecuadas. Una tercera película absorbería la tinta de las dos películas, creando la película en color. En 1929 se estrenaría la primera película 100% sonora en color, On with the show, de la que hoy en día sólo se conservan completas copias en blanco y negro y sólo algún fragmento en color. Su éxito, y el de Gold Diggers of Broadway (también de Warner Bros.) provocó que todos los estudios produjeran musicales multicromáticos (por ejemplo: El rey del jazz), tanto en Technicolor como en procesos inferiores como Multicolor (predecesor de Cinecolor), entre otros. Además, Ub Iwerks, ex empleado de Disney que formó su propio estudio, y Walter Lantz produjeron con el sistema los primeros dibujos animados sonoros en color.
En 1931 se estrenaría una actualización del tercer proceso que eliminaba parte del grano de la película, aumentando la calidad de imagen. Siendo ya la época de la Gran Depresión, poco más de una decena de películas se produjeron en este formato, la primera de ellas, The Runaround (1931). A pesar de ello, la crísis económica había hecho perder el interés del público, así como la primera gran oportunidad de las películas en colores se fue a la borda.
Gran parte de los negativos rodados en estos formatos de Technicolor fueron reciclados para otros usos o fueron destruidos a finales de los años cuarenta cuando Technicolor quiso hacer sitio en sus almacenes. Esto explica que tantas películas de esta primera época de Technicolor se hayan perdido o sólo se conserven en blanco y negro.
Technicolor de tres colores
El proceso de Technicolor de tres colores fue introducido en 1932, y fue el llamado Proceso 4. Se basaba en un doble prisma. El primero de ellos descomponía la luz en magenta y verde, imprimiéndose una primera película para el verde. La luz magenta pasaba por un segundo prisma que la descomponía en rojo y azul, y cada color se imprimía en su correspondiente película. En el positivo, estos colores quedaban en cyan, magenta y amarillo. La combinación de los tres colores lograba reproducir todo el espectro de color, a diferencia de todos los procesos de dos colores anteriores, resultando en una imagen más natural.
Walt Disney firmó un contrato de exclusividad con este proceso de tres colores por dos años, destinándolo en principio para su serie de Sinfonías tontas, siendo Flores y árboles (1932) la primera rodada en color. El éxito de esta película y de Los tres cerditos un año después relanzaron el interés por el cine en color, y en 1934 El gato y el violín se convertiría en la primera película de acción real con fragmentos en technicolor de tres colores. En 1935, Becky Sharp se convertiría en el primer largometraje rodado al 100% en este formato. El camino del pino solitario un año después sería la primera en incluir exteriores.
Auge de Technicolor y primeros competidores
Durante los años 30 y 40 Hollywood va aumentando la producción en Technicolor. También se ven las primeras carencias del nuevo sistema. La complicación de necesitar tres tiras de imagen requería cámaras mucho más grandes y pesadas de lo normal, además del uso de focos mucho más potentes que los usados en blanco y negro. Esa luz extra y el uso del triple de celuloide aumentaban los costes de producción.
Ya en los años 30, Eastman Kodak y Agfa comenzaron a hacerle la competencia al estudio. Ellos lograron capturar imagen en color en una sola tira, si bien no con la calidad suficiente para los grandes estudios (16 y 8 mm). Technicolor introduciría un proceso de una tira en 1941 llamado Monopack, que a pesar de llegar a 35 mm, aumentaba considerablemente el granulado de la imagen, por lo que sólo se usaba para escenas en cuyo rodaje no se podía usar las enormes cámaras tradicionales.
Eastman lanzaría entre 1950 y 1952 una nueva versión de color en una sola tira que proporcionaba la calidad de las tres tiras eliminando los inconvenientes de Technicolor. La transición fue rápida, y en 1955 se estrenaría la última producción en Technicolor de tres tiras, Foxfire. Hasta 1953, se requería para el positivado el proceso de Technicolor. En ese año, Eastman Kodak introdujo un nuevo proceso que eliminaba esa necesidad. Sin embargo, pronto se comprobó que mientras que Technicolor podía conservar la calidad de color inalterada durante décadas, las películas que seguían el proceso de Eastman se degradaban con gran rapidez por una composición química inestable, al punto de que sin la conveniente conservación, en menos de una década podían perder todo el color salvo el magenta.
Decadencia de Technicolor
Casi dos décadas después, los estudios empezaron a apartarse de Technicolor, al considerarlo demasiado caro, y demasiado lento en producir sus copias. El Padrino II se convirtió en la última película americana en usar el proceso tradicional, mientras que Suspiria de Dario Argento fue la última película europea en utilizarlo. En 1983, Eastman corrigió el defecto de conservación de su proceso, y ya sólo quedaron China y Hong Kong, que habían comprado la planta británica de Technicolor en 1978, usándola hasta su cierre definitivo en 1993.
A mediados de los noventa y principios del siglo XXI, el proceso tradicional de Technicolor vivió un breve resurgimiento, reutilizándose en películas como Pearl Harbor y Toy Story entre otras. Este resurgimiento se vio truncado por la compra de Technicolor en 2001 por parte de Thomson (empresa que actualmente ha tomado el nombre de Technicolor).
Véase también
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