Este congreso sesionó en la Habana del 21 al 26 de agosto de 1939. Tuvo como resultado 16 acuerdos que reflejaron el avance del movimiento femenino por su unión y en la lucha por sus derechos, en estos acuerdos se reclamaron leyes y medidas sociales avanzadas para la época.

Este fue un congreso que refleja el cambio a favor de la izquierda que estaba teniendo lugar en Cuba en esa época, en este las mujeres tuvieron una amplia representación, incluyendo la presencia de delegadas negras presididas por Inocencia Valdés, hecho que hasta el momento no había tenido antecedentes en la isla.

En este se discutieron temas más profundos, pues ya las cubanas para ese entonces habían alcanzado algunas de sus metas como eran el divorcio, el sufragio, la patria potestad y leyes obreras y de maternidad. Los temas abordados se referían a la mujer y las leyes sociales, la mujer y el niño, la mujer joven y sus problemas específicos, la mujer y los códigos, además de otros acontecimientos mundiales del momento, los cuales no fueron obviados en la agenda del congreso.

Tuvo influencia en muchos de los derechos obtenidos por la mujer cubana en la constitución realizada en el año 1940. Entre otros algunos de los logros del Tercer Congreso Nacional de Mujeres en la constitución fueron la libertad independiente de la raza, sexo o clase, el otorgamiento del derecho a la vida civil sin la necesidad de la licencia marital para regir los bienes, ejercer el comercio, la industria, o cualquier profesión y disponer del fruto de su trabajo. Además se reguló la protección del la maternidad obrera extendiéndola a las empleadas.