- Vaguada (meteorología)
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Una vaguada es un fenómeno tanto geomorfológico como meteorológico. Según Joan Corominas, vaguada es palabra de origen incierto. Posiblemente alteración de un hipotético vacuada, supuesto derivado semiculto de vacuo, en el sentido de vacío, hueco. También podría ser un término procedente de aguada, la parte deprimida del relieve que resultaría la vía natural de las aguas corrientes. Según Luis A. Lemoine B. (Arq) la palabra vaguada puede provenir de la transmutación de la expresión en Inglés "Bad Weather" que significa mal tiempo y pronunciada en inglés británico sería algo como "Ba_Guadar".
Contenido
Concepto geomorfológico de vaguada
En el campo de la geografía y más específicamente, en el de la Geomorfología, la palabra vaguada se refiere a la línea que une los puntos de menor altitud en un valle y corresponde al término geomorfológico de origen alemán Talweg (literalmente "camino del valle") y también Thalweg, que es el mismo término en inglés, y que se emplea a escala internacional para definir geográficamente el perfil longitudinal de un río desde su nacimiento hasta su desembocadura.
Concepto meteorológico de vaguada
Como ya se ha dicho, una vaguada es, originalmente, un término geomorfológico que ha sido adaptado y adoptado desde hace unas dos o tres décadas al campo científico de la Meteorología por la similitud existente entre el trazado de las curvas de nivel en un mapa topográfico y las isobaras en un mapa meteorológico. En su acepción meteorológica o barométrica, se refiere al ascenso de masas de aire cálido y húmedo a lo largo de una zona alargada de baja presión atmosférica que se ubica entre dos áreas de mayor presión (anticiclones) formadas por masas de aire mucho más frío y pesado que se introducen como una cuña y dan origen a una formación de nubes de gran desarrollo vertical y a las consiguientes lluvias. Así pues, en el campo de la Meteorología se refiere a una depresión barométrica alargada que se ubica entre dos anticiclones o, para decirlo con mayor propiedad, dos áreas anticiclónicas ligeramente desiguales en lo que respecta a sus características.
Así pues, en el sentido meteorológico del término (no es un término climático), una vaguada constituye una zona inestable donde el aire, mucho más húmedo y cálido que en las zonas anticiclónicas vecinas, se ve obligado a ascender, ya que los anticiclones se introducen a nivel del suelo como una cuña a cada lado de la propia vaguada, debido a su menor temperatura y, por consiguiente, su mayor densidad. En sentido estricto, una vaguada suele presentarse sólo a cierta altura, dando origen a un fenómeno de inversión térmica ya que al nivel del mar, el aire es más frío y denso que a mayor altura. El ascenso del aire húmedo y cálido en la vaguada genera nubes de gran desarrollo vertical con lluvias intensas y, sobre todo, persistentes. Las depresiones barométricas asociadas a las vaguadas equivaldrían a una especie de frente cálido pero estacionario, de lo que se deriva la persistencia de las lluvias. Es un fenómeno completamente normal que viene produciéndose cada cierto número de años en las costas septentrionales de la América del Sur, desde mucho antes de la aparición del hombre sobre la Tierra, lo cual significa que se trata de algo perfectamente explicable en los campos de la Geografía Física y de la Meteorología.
En las imágenes tomadas por los satélites meteorológicos, las vaguadas pueden verse en el Hemisferio Norte, como masas de nubes alargadas (pueden tener varios miles de kilómetros de longitud) que se producen durante la época de sequía, es decir, en los meses de invierno en la zona subecuatorial de dicho Hemisferio, con una dirección del Noreste al Suroeste, que a grandes rasgos coincide con la trayectoria normal de los vientos alisios.
Los vientos
A diferencia de las depresiones o ciclones de carácter más o menos circular o en espiral, los vientos que producen las vaguadas son de escasa intensidad, ya que su energía se disipa rápidamente al ascender las masas de aire en el seno de la propia vaguada. Sin embargo, la propia dirección de esos vientos es un tema poco estudiado y muchas veces confuso, a pesar de que explican en gran parte el mecanismo que generan las lluvias extraordinarias y persistentes de las vaguadas.
Es un mecanismo complejo y difícil de explicar en términos geográficos y la identificación en los mapas meteorológicos no es siempre fácil de realizar porque independientemente del alargado frente nuboso que se presenta en el eje de la vaguada y que puede alcanzar una enorme dimensión (a veces de miles de km), los dos anticiclones que la limitan sólo se identifican por la ausencia de nubes y sus dimensiones aún más colosales. Pero hay que tener presente que la dirección de los vientos en torno a los anticlones es inversa a la de los ciclones y giran en sentido horario: como tenemos dos anticiclones que son centros de acción emisores de vientos, la interacción entre ellos se neutraliza en el "valle" que forma la vaguada, donde los vientos tienen sentido antihorario. Varios geógrafos, como Pau Vila[1] y Antonio Luis Cárdenas han hecho referencia al cambio de dirección de los vientos en los llanos venezolanos y en las costas del Caribe durante la época de sequía, que explican la inversión de la dirección de despegue y aterrizaje de los aviones en los aeropuertos del norte de Venezuela, que debido a los vientos alisios, que son vientos constantes, siempre suele hacerse hacia el este o noreste, mientras que durante la época de sequía (o mejor dicho, durante la situación sinóptica de vaguada), los aviones tienen que despegar o aterrizar hacia el oeste. Al respecto, Cárdenas señala que:
Finalmente, al observar el mapa (meteorológico a escala sinóptica en diciembre de 1999) vemos hacia el sudoeste del país, y más específicamente en el Estado Táchira, un importante flujo de vientos del suroeste. Estos vientos húmedos, combinados con un relieve muy accidentado y la presencia de formaciones geológicas que, como La Quinta y Colón, son fácilmente erosionables y muy propensas a deslizamientos, explican los severos daños que se produjeron en esa región.[2]Y Pau Vila señala el mecanismo de engolfamiento de los vientos del sureste durante la época de invierno Invierno térmico, que corresponde con la época de sequía o de verano, pluviométrico, en la zona intertropical) en el hemisferio norte, cuando son frenados y desviados por la cordillera de los Andes en Colombia y Venezuela, lo que provoca una dirección casi opuesta (del suroeste al noroeste) en el piedemonte de los relieves montañosos del norte de este último país (Pau Vila, 1960)
Análisis crítico del concepto de vaguada
- En primer lugar, tomar el concepto geomorfológico de vaguada para identificar el fenómeno meteorológico del mismo nombre, no es algo plenamente válido porque en un mapa de curvas de nivel, la dirección de la corriente de agua va de las curvas de mayor a las de menor altitud, evidentemente, por la ley de gravedad. En cambio, en un mapa de isóbaras, aunque tuvieran el mismo trazado que en el mapa topográfico (mayor presión en los bordes y en la "cabecera" de la vaguada), la dirección de los vientos sería la opuesta a la del agua en un valle, es decir, que el ascenso de aire caliente y húmedo en el centro de la vaguada genera una especie de "succión" del aire hacia ella, obligando a elevarse en sentido contrario al trazado de las isóbaras o, mejor dicho, en sentido contrario al gradiente barométrico. Además de esto, un perfil transversal en un valle es simétrico, y las aguas corren por el fondo. En cambio, el perfil de una vaguada en meteorología es siempre asimétrico, porque es imposible que las dos masas de aire anticiclónicas que limitan la vaguada tengan exactamente la misma presión: el ascenso del aire en la vaguada siempre se decantará en una especie de plano inclinado (como sucede en un frente cálido) hacia la masa que tiene mayor presión atmosférica al nivel del suelo. Y en el caso de una típica vaguada ubicada entre el Caribe y el Atlántico, con un eje del suroeste al noreste, el área anticiclónica más estable y con mayor presión siempre es la del noroeste. Tal vez habría que añadir siempre la frase en altura al concepto de vaguada porque la baja presión de la misma no se presenta en la superficie (donde predomina el aire frío y pesado), sino a una altura considerable. De manera que sería mejor hablar de una vaguada en altura cada vez que vayamos a referimos a este concepto.
- En segundo lugar, las enormes dimensiones de las vaguadas obligan a que usemos mapas meteorológicos a escala sinóptica (que abarca grandes extensiones de la superficie terrestre, como nos indica la etimología del término sinopsis: visión general) y, además, que tengamos en cuenta, no sólo el trazado de las isóbaras a nivel de la superficie, sino también a niveles superiores en la troposfera.
- En tercer lugar, recordemos que una vaguada es el mismo fenómeno que una depresión ciclónica o huracán, sólo que de proporciones mucho mayores, con una energía enorme aunque se disipa más lentamente y sobre un área mucho más grande. Además, debemos recordar que las vaguadas son alargadas y los huracanes casi circulares.
- En cuarto lugar, el trazado de las isóbaras a nivel de superficie no coincide exactamente con el de ese trazado a una altura de, por ejemplo, 15 km, ya que existe cierto desplazamiento en altura hacia el noroeste debido a que a nivel de superficie, por la mayor presión atmosférica, el aire se mueve en sentido horario sobre una superficie extensa y alargada, mientras que el aire ascendente, más húmedo y cálido sube con un movimiento antihorario, desplazándose así hacia la zona anticiclónica del noroeste.
Referencias
- ↑ VILA, Pau. Geografía de Venezuela. Tomo I. Caracas: Ediciones del Ministerio de Educación, 1960.
- ↑ Cárdenas Colménter, Antonio Luis. Análisis del fenómeno ocurrido en el litoral venezolano en diciembre de 1999. Barcelona: Universidad de Barcelona Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Nº 213, 29 de febrero de 2000 [1]
Fuentes bibliográficas
- Cárdenas Colménter, Antonio Luis. Análisis del fenómeno ocurrido en el litoral venezolano en diciembre de 1999. Barcelona: Universidad de Barcelona Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Nº 213, 29 de febrero de 2000 [2]
- GOL, A. W. (Antonio Goldbrunner). Las causas meteorológicas de las lluvias de extraordinaria magnitud en Venezuela. Caracas: Ministerio de la Defensa, Comandancia General de la Aviación, Servicio de Meteorología y Comunicaciones, segunda edición, 1963.
- Humboldt, Alejandro de. Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente. Caracas: Ediciones del Ministerio de Educación, segunda edición, 1956.
- Márquez Rodríguez, Alexis. Vaguada. Caracas: El Nacional, 20 de febrero de 2005.
- Monkhouse, F. J. Diccionario de términos geográficos. Barcelona: Oikos-tau Ediciones, 1978.
- Vila, Pau. Geografía de Venezuela. Tomo I. Caracas: Ediciones del Ministerio de Educación, 1960.
Enlaces externos
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