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Varu Raza de Memorias de Idhún ]
Esta es una fotografía de un VaruCreada por Laura Gallego García Hábitat Reino Oceánico Dios asociado Neliam Forma de gobierno Familias nobiliarias territoriales Raza a la que
perteneceSangrecaliente Subrazas De agua dulce
y de agua saladaPersonajes clave Gaedalu
BilduLos varu son una de las siete razas racionales humanoides ficticias de Idhún.
Características
Pese tener la apariencia de anfibios antropomorfos, los varu son mamíferos vivíparos.
Su piel está cubierta de escamas y sus extremidades son alargadas y palmeadas, con membranas entre los dedos. Poseen branquias en lugar de orejas, sus ojos y labios son más grandes que los humanos y su pelo es semejante a algas.
Son criaturas acuáticas, por lo que se les secan las escamas, se les cuartea la piel y se les obstruyen las branquias si permanecen mucho tiempo fuera del agua, aunque pueden respirar tanto dentro como fuera de esta. Tienen la capacidad de emitir ultrasonidos con los que guiarse bajo al bucear, pero no cuerdas vocales, poco eficaces bajo el agua.
Para comunicarse poseen una forma de telepatía con la que son capaces de interrelacionarse con la parte superficial de la mente de sus interlocutores. En algunos casos llegan a desarrollar su poder telepático hasta poder atisbar limitadamente retazos de información de niveles más profundos de las mentes ajenas.
Hábitat
La mayoría vive en ciudades bajo el agua, pero también se les puede encontrar en la mayor parte de las lagunas y ríos del continente, como la comunidad existente en los Ojos de Neliam. En las islas son más frecuentes los semivaru.
Historia y costumbres
Los varu tuvieron un primer contacto muy tardío con el resto de razas, que se produjo cuando los humanos inventaron la navegación y colonizaron las islas. En ellas comenzaron a conocerse y pronto grupos varu visitaron el continente y se instalaron en él.
Pese a estas buenas relaciones, cuando los humanos capturaron y amaestraron tekteks para utilizarlos en sus barcos en condiciones insalubres, los varu atacaron los barcos y liberaron a los animales. Esto enemistó a ambas razas hasta la reunión entre sus líderes, el rey Bildu de los varu y el capitán Fardek de los marineros de Puerto Esmeralda, en la que se acordó que cada tektek amaestrado estaría a cargo de un varu. De esta manera la capacidad de navegación y las relaciones con los varu se incrementaron. Surgió una gran amistad entre ambos líderes, que juntos desarrollaron la forma de permitir a los habitantes de la superficie descendieran a las profundidades marinas dentro de las burbujas de las malparsas. Fardek murió mientras experimentaban con el método, lo que traumatizó a Bildu, quien tras murió sumido en la desesperación y sin descendencia. Tras su muerte, el Reino Oceánico se dividió y quedó dividido en un conjunto de ciudades gobernadas por las principales familia nobiliarias.
Se diferencian en muchísimos aspectos de las razas terrestres, a las que denominan pielseca. Quienes más se asemejan culturalmente a ellos constituyen la subraza varu que habita en las aguas continentales, que también se diferencia de los habitantes del mar físicamente, pues un varu de agua dulce es más pequeño, de una tonalidad cutánea más calida y un cabello más claro.
Las viviendas primitivas de los varu fueron construidas con las grandes valvas de enkora, y en los cementerios de estos moluscos se levantaron las grandes ciudades submarinas. Posteriormente, cuando la presión demográfica provocó una evolución en su arquitectura, modificaron arrecifes coralinos y edificaron estructuras de rocas y algas con multitud de ventanas a todas las alturas, lo que permite que se entre desde cualquier parte y que las corrientes marinas renueven el agua del interior. Tras la aparición de estas construcciones, los cementerios de enkoras solo se utilizaron para refugiarse en caso de catástrofe.
En un principio los matrimonios varu se producían por razones políticas, pero el contacto con los pielseca trajo consigo la revolución celeste. Tras un arduo período de confusión, se estableció la costumbre de la Fiesta de los Lazos, un acontecimiento celebrado tres veces al año, durante los plenilunios de Erea, en el Oráculo de Gantadd, donde una sacerdotisa celeste bendice masivamente los lazos de unión entre las parejas varu.
Las varu dan a luz a un solo vástago cada vez tras doce meses de gestación, y después los amamantan mientras que los neonatos permanecen aferrados a sus madres. En la antigüedad los bebés más débiles solían soltarse y extraviarse, aunque posteriormente cada vez menos madres lo permitieron y los ataron a su cuerpo. Cada varu posee un conjunto de correas con las que sujetar cualquier cosa atadándola a la espalda, dejándole las manos libres para nadar bajo el agua.
Cultivan algas para alimentarse ya que, aunque les agrada el pescado, no pueden comerlo en grandes cantidades sin provocar su extinción. Por eso nunca cazan animales si no es para sustentarse y a algunos, como los lamus, llegan a amaestrarlos.
Los Varu adoran a la diosa Neliam, diosa del mar.
Categoría:- Razas de Memorias de Idhún
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