- Villoria de Órbigo
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Villoria de Órbigo
Bandera
EscudoPaís España • Com. autónoma Castilla y León • Provincia León • Comarca Ribera del Órbigo • Municipio Villarejo de Órbigo Ubicación Coordenadas: • Altitud 800 msnm Población 549 hab. (INE 2009) • Densidad n/d hab./km² Código postal 24358
Villoria de Órbigo es una localidad de 549 habitantes (INE, 2009) del municipio de Villarejo de Órbigo en la provincia de León, comunidad autónoma de Castilla y León, España.
Su antigüedad nos remonta 2000 años atrás, en lal época romana del enclave de Legio VII Ferrata (de ahí posiblemente el topónimo de la calle Ferradal), y por los recursos auríferos del emblemático cauce del río el topónimo probable de Villa Áurea (lugar dorado), que con el tiempo pasó a ser Villoria (villa a orillas). De esta época se conserva un puente (la ponteja cal y canto) y un aljibe o termas de una ruinas de una hacienda agrícola.
Limita al Norte con la localidad e Veguellina de Órbigo, al Este con el río que le da nombre y la localidad de San Pelayo, al Sur con Seisón de la Vega y San Cristóbal de la Polantera, y al Oeste con Posadilla y Estébanez de la Calzada.
La atraviesa la carretera comarcal LE-420, por donde se accede por el sur desde la localidad de La Bañeza, y por el norte desde Hospital de Órbigo.
Tuvo que ser un lugar muy importante en la antigüedad por la confluencia de la Vía que desde Astorga llegaba a León para seguir a Zaragoza y llegar a Francia, y por pertenecer al Camino Real que unía La Meseta con Asturias.
Contenido
Demografía
Evolución demográfica 1990 1995 2000 2005 2010 ? ? 638 593 ? Economía local
Localidad agrícola y ganadera. Los productos agrícolas son los propios de la Ribera del río Órbigo: cereales, maíz, alfalfa, lúpulo y remolacha, aunque el cultivo de ésta último se ha visto reducido desde el cierre de la fábrica azucarera en la población de Veguellina de Órbigo.
Arquitectura religiosa
Iglesia parroquial de San Miguel Arcángel
Construida en el año 1782, según la lápida de uno de sus muros, es muy probable que sustituyera a la que hubo en el mismo lugar y pertenecía al asentamiento de San Miguel, anejo a San Adrián, dos enclaves dentro de los límites de la actual Villoria. La construcción es estilo neoclásico, con columnas lisas y espacios libres sin decorar. Es de cruz latina con bóveda de cañón. La torre es el resultado de la reconstrucción a la que fue sometida la original por repise del terreno, fuerza de un rayo y peso del nido de la cigüeña. A finales del siglo XX fue derribada y con sus mismos sillares se reconstruyó y se le colocaron las mismas campanas y campanil.
Monasterio premonstratense Norbertino de Santa María de la Asunción
El monasterio Premonstratense de Villoria se erige como el más significativo dentro de esta orden; fundado en 1243 por Rodrigo Fernández de la Valduerna, su valor se incrementa aún más por quedar tan sólo dos en todo el territorio español, el de Toro en Zamora y el de Villoria. Fue reconstruido en más de una ocasión. Un incendio de fin de siglo XX acabó con la zona de hospedería y almacenes así como del museo. Fue reconstruida una parte. Tan sólo el arco de la entrada principal queda desde sus orígenes. Es de estilo románico, en forma de pórtico, rematado con una cruz de piedra y adornada por dos columnas incrustadas al muro. Sus moradoras, las monjas, dedicadas a la oración, han sabido superar dificultades colaborando en la educación de muchas generaciones de niños de 3 a 5 años con su Colegio en dos clases (las maestras Sor Honorina y Sor Nieves) hasta la implantación de la EGB por el gobierno de España, y también en diversos oficios como la hostelería, encajes, confecciones, tejidos... En la actualidad reanudan su exclusiva dedicación secular cristiana.
Ermita de las Angustias
Advocación a esta virgen protectora del pueblo. Sus orígenes son de 1680 cuando ofrecía servicios como iglesia de la Veracruz, administrada por la Cofradía de la Cruz. Destaca en su interior la techumbre de madera, el retablo y a sus pies, uno de los pasos de la Semana Santa de la localidad: la Urna del siglo XIX con el cristo yacente en madera y pelo natural y féretro de cristal.
Arquitectura popular
Típica de la ribera del Órbigo.
Restos históricos
La Ponteja Cal y Canto de la época romana.
Termas romanas
Zona de baños de una hacienda agrícola. Los muros de canto, arena y cal pertenecerían a la piscina o zona fría, y al lado estaría la zona caliente con las termas y habitaciones.
Folklore
Fiestas
- San Tirso (28 de enero), fiesta en el Convento de las Monjas.
- San Miguel Arcángel (29 y 30 de septiembre), patrón del pueblo.
- Fiesta Sacramental (la octava del Corpus).
Otras Fiestas
- San Antonio Abad (17 de enero).
- Las candelas (2 de febrero)
- San Blas (3 de febrero)
- Santa Ágeda (5 de febrero)
- La Anunciación (25 de marzo)
- Semana Santa
- Martes Santo: Instalación del Monumento (retablo con pinturas del Antiguo Testamento realizado en 1880)
- Jueves Santo: Procesión del Encuentro (Nazareno del XIX, en grandes dimensiones con pelo natural)
- Viernes Santo: Procesión de los judíos (Cristo atado a la columna) por la mañana; y la del Santo Entierro o de la Urna, por la tarde.
- Sábado Santo: Procesión de la Soledad.
- Domingo de resurrección: Procesión del resucitado.
- San Isidro Labrador (17 de mayo)
- San Norberto (6 de junio)
- La boda de la ribera (coincide con la semana de ferias de Veguellina de Órbigo)
- La Asunción (15 de agosto)
- Fiestas de los quintos los que celebran su 50 cumpleaños (un fin de semana de agosto)
- Fiestas de los quintos, Hoguera de reyes los que celebran su 18 cumpleaños (en Navidad y Reyes)
Gastronomía
- Sopas de ajo.
Se miga el pan para una cazuela de barro. Después se pone en un cazo el agua con una cucharada de unto de cerdo, y cuando empieza a hervir se le añade un majado de ajo, aceite, sal y pimentón. Se le añade a las sopas migadas y, tras un corto reposo, a comer. Se suele poner un huevo crudo encima de las sopas, que al echar el caldo en punto de ebullición sobre ellas se cuaja. También se le puede echar un puñadito de chichas en la época de la matanza, que quedan muy ricas.
- Sopas de sesos.
En la noche del día que se "deshace" o despieza el cerdo de la matanza, se degustan unas deliciosas sopas de ajo tradicionales mezcladas con los sesos (cerebro y cerebelo) del animal en cuestión. Se ponen a cocer los sesos en una cazuela, con agua, unos cinco minutos. Luego se sacan y se dejan enfriar un poco. A continuación se les retira su piel fina y se cortan en trocitos. Se pone a hervir agua, con unto de cerdo, a la que se le añade, cuando inicie el hervor, un machacado de ajo, pimentón, aceite y sal. Cuando rompa a hervir el agua se le añade el pan de hogaza finamente migado y los sesos. No debe dejarse hervir una vez que se ha añadido el majado. El dicho popular advierte que sazón hervida, sazón podrida. Antiguamente, en los pueblos éste era un plato habitual como desayuno en los días posteriores a la matanza del cerdo. Acompañadas de un buen vino e incluso agua, están deliciosas.
- Chorizo, chichas, y salchichón
Para hacer los chorizos se emplea buena carne del cerdo: las espaldas (con la paletilla), el costillar e incluso hay quien deshace el jamón. Todo esto se tritura en la máquina de picar, con una chapa de agujeros mayores que las que utilizan en las tiendas de la ciudad para hacer la carne picada. Metida la picada en la artesa se sazona con un puñadito de ajos triturados (para un cerdo), sal (16 gramos por kilogramo de carne) y pimentón semidulce (30 gramos por kilogramo de carne). Luego se amasa todo el producto. La carne se pica al día siguiente de matar el cerdo. Otro día más tarde se embucha ya en los chorizos. Éstos se ponen seguidamente en los varales de la cocina vieja a secar. Al cabo de dos días de secado se les pone fuego. Más calor que humo. No lumbre grande. Hay que impedir que el ambiente esté en exceso húmedo y frío. La leña de roble es excelente, la de escoba (retama) es buena aunque dura menos. El pino es malo: arde pronto y da mal sabor. Y los chorizos van secándose poco a poco, con cariño, calorcillo y algo de humo. Así van tomando un excelente sabor. Durante el mes siguiente a la cuelga de los chorizos si alguien quiere degustarlos debe freírlos o asarlos en el fuego, porque aún están sin hacer. Luego ya se comen crudos estupendamente. El orégano le da un tono agradable al embutido, para algunos, pero es un elemento que no mejora la conservación. Se dice que el embutido se pone rancio más pronto.
- Las chichas, salchichas, chichos, picadillo y prueba, son los nombres que se les da al material cárnico ya preparado para introducirse en los chorizos. Estas chichas se degustan en la noche antes de hacer los chorizos, a modo de cata para saber cómo está quedando la sazón de la matanza. Es habitual introducirlas en una cazuela preferentemente de barro con una gotita de agua (una lágrima, no un charco) y dejarlas que se hagan al fuego. Están exquisitas en las veladas invernales. Excelentes además si se acompañan de puré de patata y un buen vino.
Después de la matanza, con un clima realmente frío como el leonés, las chichas se conservan bien al fresco durante unos días. Se pueden cocinar a la manera indicada, y también se pueden añadir a algunos platos tradicionales como las sopas de ajo o más modernos y juveniles como los espaguetti y macarranos.
- El salchichón lleva un preparado parecido al chorizo, sin el pimentón, con un poco de pimienta y con la carne un poco más limpia de grasa.Se puede utilizar un buen preparado –en la tienda especializada de la comarca se llama salchichonal- Ojo. Tradicionalmente viene un poco cargado de sal. El compuesto para 10 kilogramos utilizarlo para 13 kilos. Se suele moler antes del adobo para que los granos grandes de pimienta queden desmenuzados.
- Frisuelos, frisuelas o Fiyelos
Se trata de unas tortillas a base de harina de trigo, leche y huevos, que en la cocina europea suelen recibir el nombre de creps, pero que nuestros antepasados denominaban fichuelas o filloas. En nuestra comarca hay dos versiones básicas; una incluye en su elaboración trigo, huevos y leche; la otra -típica de los días de matanza- sustituye la leche por la sangre del cerdo. Se ponen en un recipiente 250 gramos de harina de trigo, seis huevos, un poco de sal, medio litro de leche y un poco de mantequilla (50 gramos) y se mezcla todo muy bien, batiendo con varillas hasta que la mezcla carezca de grumos y tenga consistencia cremosa. Debe estar un ratito en reposo. En una sartén, untada de tocino o mantequilla, se extiende una fina capa de la crema elaborada y se fríe por ambos lados. Los frisuelos se enrollan luego, dejando en su interior un relleno que puede ser de nata y miel; mermelada casera o merengue. Se colocan en una fuente y se espolvorean de azúcar y canela. Si se quiere, también pueden servir para rellenar de producto salado; carne picada (relleno tipo empanadilla); picadillo de chorizo, tocino entreverado (los cursis dicen beicon) con tomate y pimiento; etc. No es mala idea la de hacerles un relleno de estos, cubrirlas de bechamel y gratinarlas luego en el horno. La variante de hacer las fichuelas de sangre era típica de los días de San Martín. Se dejaban endurecer en la fritura y luego se espolvoreaban con azúcar. Nada de rellenos, que a buen hambre, aquella era pieza del paraíso.
- Tostas de manteca
Pan de hogaza frito en manteca de cerdo y espolvoreado con azúcar. Están crujientes y es una delicia a media mañana de los días fríos y con niebla de invierno. Se puede hacer lo mismo con manzanas; al estilo de las manzanas asadas.
- Limonada y roscas de Pascua
Son los llamados judíos o matar judíos (no se asusten ni lo mal-interpreten) en Semana Santa. De origen incierto, parece ser que esta expresión proviene, de la "venganza" que por la muerte de Cristo se tomaban los cristianos, y en la que se asimilaba que por cada vaso de limonada que se tomaba, simbolizaba la muerte de un judío. La receta es la que tiene como ingredientes: 5 litros de vino, 1 kilo de azúcar, un kilo de naranjas y algún limón y dos ramas de canela; se pone en una tinaja de barro y se deja en reposo una semana. Se le puede añadir higos e incluso algún tipo de licor.
- Cocido
Se trata de un cocido elaborado artesanalmente; lo tradicional en la cocina arcaica del órbigo eran siempre los potajes, una olla al fuego lento de toda una mañana en la que tenían que conciliarse por fuerza legumbres, patatas, verduras y un poco de alegría de matanza en costillas curadas o carnes muy viudas. Es una variación del Cocido Maragato (este es muy raro pues se come al revés -se empieza por las carnes y se termina con la sopa). Los garbanzos deberán estar a remojo desde la noche anterior (unas 8 horas) en agua templada y con dos cucharadas de sal. En una cazuela grande ponemos la carne de morcillo, los huesos, el lacón, la pata y el tocino, cubriéndolo abundantemente de agua y poniéndolo a cocer. Cuando lleve una hora cociendo, se añaden los garbanzos escurridos. Dejamos que rompa a hervir y lo ponemos a fuego lento. Una hora más tarde, añadimos la carne de gallina, los chorizos y las dos orejas. El guiso deberá cocer a fuego muy lento durante (4) horas. Media hora antes de finalizar, deberemos añadir la sal. El repollo, picado y lavado, lo pondremos a cocer aparte durante aproximadamente media hora. Para hacer la sopa, retiramos caldo del cocido, dejando siempre algo para que no se seque la carne, echamos los fideos y los dejamos hervir durante un cuarto de hora.
Tradiciones
- Matanza del cerdo
Documentación, Personajes ilustres
- Augusto Quintana Prieto. '"El Real Monasterio de Santa María de Villoria". Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo y Junta Vecinal de Villoria de Órbigo. Ed. Monte Casino. Zamora 2003.
- Pablo Castro Pinos, campeón mundial de pesca con mosca. PDF
Ayuntamiento
- Villarejo de Órbigo
- C/ La Iglesia, nº 2 C.P. 24358
- Tel: 987.37.60.14
- e-mail: administración@aytovillarejo.com
Junta Vecinal (Pedanía)
- Villoria de Órbigo
- Pl. La Torre, s/n (Casa de la Cultura) C.P. 24358
- Tel:
- e-mail: villoriadeorbigo@hotmail.com
Categoría:- Localidades de la Ribera del Órbigo
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