- Acueducto de Água de Prata
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El acueducto de Água de Prata es un acueducto situado en la localidad portuguesa de Évora.
Entre todas las obras romanas de esta especie no hay ningunas tan bien preservadas como el acueducto de Segovia y el de Évora. Este acueducto está construido con piedra mezclada con un cemento muy fuerte semejante a mármol. A un estremo del acueducto, como sucede en los famosos caños de Carmona en Sevilla hay un depósito de agua, desde donde es conducida por un correspondiente número de tubos subterráneos a las fuentes públicas, cisternas y casas privadas.
Lo que más distingue al acueducto de Évora sobre otros de su especie es el castillo circular que tiene a la extremidad junto al pueblo. Es de una figura circular y su mayor circunferencia, excluyendo las columnas que le rodean, es de catorce pies en diámetro, exactamente el mismo ancho del templecito que está a la entrada del puente de Alcántara por la parte de la villa. La diferencia entre los dos es que el de Alcántara es un cuadrilongo y el de Évora circular, pero ambos están prolijamente edificados y en el mejor estado de preservación. El castillo del acueducto tiene dos cuerpos y la capilla del puente uno solo y cada uno no tiene más de una puerta, la que basta considerando el área reducida del interior. Ocho columnas rodean al castillo y pertenecen al orden dórico. En cada intercolumnio hay un nicho, excepto aquel en que está la puerta. El segundo cuerpo del castillo está decorado con pilastras jónicas entre las que hay aberturas para admitir la luz y el aire. El tope está cubierto con una cúpula hemisférica.
El material empleado en su construcción es ladrillo y el todo cubierto con una capa de yeso romano de gran finura y dureza. Los ladrillos de los antiguos eran diferentes de los nuestros. No tienen más de dos pulgadas de grueso y están tan bien cocidos como la sustancia llamada por los italianos Terra cotta. Están puestos horizontalmente y la mezcla puesta entre ellos los une con tanta fuerza que parecen haber sido cocidos todos juntamente. Es muy común ver paredes y aun bóvedas hechas con estos ladrillos edificadas quizás dos mil años atrás, mantenidas en el más perfecto estado de preservación mientras que otros edificios antiguos edificados con piedra están desmoronándose o han sido enteramente destruidos. Así es que las paredes del castillo en el acueducto de Évora están tan perfectas como si se acabara de edificar.
Cuál era el uso o destino de este castillo, así como el de la capilla en la cabeza del puente de Alcántara, no está averiguado. Es verdad que los Romanos usaban edificar algunos de estos edificios pequeños en sus largas arcadas o acueductos como los erigían también en sus caminos militares pero estando estos últimos construidos de un modo ordinario, aunque siempre fuerte, puede muy bien conjeturarse que éstos eran para habitación de los trabajadores empleados en mantener los caminos en reparo. Mas esto no puede decirse de los acueductos que no estaban expuestos a descomponerse cada día por no haber tráfico ni tránsito común sobre ellos y así sería inútil mantener trabajadores donde en toda probabilidad no habría necesidad de tomar el palaustre en la mano ni remudar una sola piedra en todo un siglo. Ni podemos suponer, como hemos leído, que eran cuerpo de guardias para soldados unos cuartos tan reducidos y desnudos de toda comodidad para descanso y ciertamente, no eran para aderezar su comida diaria. Tampoco podían estar intentados para guardas de rentas o colectores de impuestos, un cuerpo de empleados tenidos por los antiguos en mucha menos estimación que entre nosotros.
El edificio de esta especie en el puente de Alcántara ha sido llamado Templo o Capilla por unos y Mausoleo por otros a causa de haber sido allí depositadas en una urna las cenizas de Lacer, arquitecto del puente, para perpetuar su nombre en aquel espléndido monumento de su genio.
Referencias
Categorías:- Acueductos de Portugal
- Acueductos romanos
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