- Contrapaso
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La ley del contrapaso (del latin contra y patior, "sufrir el contrario") es un principio que regula la condena de los reos mediante el contrario de su culpa o por analogía a ella. Está presente en numerosos textos históricos y literarios de gran influencia religiosa, como el Infierno islámico o la Divina Comedia.
Contenido
El contrapaso en Séneca
El escritor y filósofo latino Séneca hace uso de la ley del contrapaso en su sátira Apocolocyntosis: el emperador romano Claudio viene encomendado a uno de sus libertos en el ultratumba. El contrapaso en este caso reside en el hecho de que Claudio tenia fama de haber vivido en manos de sus potentos libertos.
El contrapaso en Dante
Porque separé a tan unidas personas,
separado llevo mi cerebro, ¡desgraciado!,
Así se cumple en mí la represalia".
de su principio que está en este tronco.
Inf. XXVIII, 139-142El contrapaso es muy citado en la Divina Comedia de Dante Alighieri. Todas las figuras presentes en el Infierno y en el Purgatorio son castigadas con esa ley con condenas adecuadas al estilo de vida que tuvieron.
Las almas de los indiferentes, que en tierra eligieron una vida de inercia y de no participación, son condenadas a una carrera frenética y sin sentido atrás de una insigna. Las almas de aquellos que se dejaron empujar por las pasiones de amor como un viento furioso son empujadas por una tempestad irresistible. A los indiferentes está mezclada la formación de los ángeles que, en ocasión de la revuelta de Lucifer, no se rebelaron y no quedaron fieles a Dios.
El contrapaso puede ser por analogía o por antítesis:
- Si es por analogía, la pena es igual al pecado. Por ejemplo: los alcohólicos serían condenados a tomar hasta la eternidad hasta explotar.
- Si es por antítesis, la pena es distinta del pecado. Por ejemplo: los alcohólicos no podrían tomar ni un poco de cerveza, pero quizás sentirían el olor eternamente.
El primer caso coincide con la Ley del Talión.[1]
Otros ejemplos
En el De Contemptu Mundi (sive De Miseria humane conditionis) de Inocencio III al siglo de Lotario de Conti Segni, este explica la ley del contrapaso así, refiriéndose al final de Sodoma y Gomorra:
"[...] Por eso el Señor derramó una lluvia, no una lluvia de agua o de rocío sino de azufre y de fuego, azufre sobre el hedor de la lujuria, fuego sobre el ardor de la libido, así la pena fuese el contrapaso de la culpa" (Libro Segundo, XXV, 2)En la cultura popular
Tomado también en la cultura popular, el contrapaso es por ejemplo el principio irreverente e inspirador de la pieza "Las gorilas" (1952) de Georges Brassens, tomado en el disco Volumen III de Fabrizio De André con el título "El gorila".
Notas
- ↑ Cf. Treccani Portale online.
- Portal:derecho. Contenido relacionado con literatura.
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