Frottage (sexualidad)

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El frottage es una variante del Petting y consiste en obtener placer sexual a través del contacto de pubis/labios de la vagina contra el ano masculino.

Hay mujeres que sienten una gran atracción por los glúteos del hombre y conocen su ano de forma casual. Otras simplemente lo aceptan como un órgano sexual más de sus parejas desde el inicio de la relación.

El placer anal en el hombre se ha relacionado hasta no hace mucho con las tendéncias bisexuales o gais, por lo que muchas mujeres se encuentran con el dilema de satisfacer o no esta necesidad por miedo. Esta práctica sexual es un modo más de disfrute de la pareja sin que comprometa la tendencia sexual del hombre.

Hay un gran abanico de variantes en esta práctica, adecuadas al grado de aceptación del hombre y a los deseos de cada mujer. Técnicamente puede verse como una forma de sodomización en la que la mujer disfruta adoptando un papel activo durante el acto sexual.

Tendencias

En menor proporción el deseo sexual por esta práctica se inicia a partir de las tendencias bisexuales o el lésbicas de la mujer: la identificación del ano como una vagina, sin embargo en mayor medida este deseo es provocado simplemente por la atracción hacia los glúteos y el ano de hombre y la sensación del roce de los labios vaginales con éste. En ambos casos la mujer llega a un alto grado de satisfacción al igual que su pareja.

Sexo y erotismo

Esta práctica sexual normalmente se extiende más allá del mero roce de los genitales, combinándose con juegos de rol en el que la mujer adopta un posición activa en la relación. Pueden verse juegos en el que la mujer siempre lleva una postura dominante y el hombre la de dominado.

En este contexto, cabe destacar el fenómeno Crossdressing o transformismo masculino y el placer que siente la mujer descubriendo nuevas sensaciones al disfrutar de su pareja en este rol, sin que esto la identifique como bisexual o lesbiana, ni al hombre como gay. Muchas mujeres no experimentan ir más allá por temor a que sus parejas dejen de considerarla heterosexual o por considerar ellos mismos que es una práctica gay.

Otras mujeres, por el contrario, consideran el roce con los glúteos y el ano del hombre como el preludio de prácticas más atrevidas como Strap on o pegging, sodomización e incluso BDSM