Instituto Nacional Mejía

Instituto Nacional Mejía
Per Aspera Ad Astra
Información
Tipo	Publica
Afiliación religiosa	Laica
Fundación	11 de junio de 1897
Fundador (es)	Eloy Alfaro
Localización
Dirección	Vargas 989 Quito-Ecuador
Coordenadas	-0.212559,-78.505007
Autoridades
Rector/a	Dr. Jorge Andrade Villacrés
Vicerrector/a	Dr. Carlos Calderón Guevara

Fundado el 11 de junio de 1897, el Instituto Nacional Mejía es un colegio secundario público de Quito, la capital del Ecuador. Depende del Gobierno del Ecuador por medio del Ministerio de Educación.

Misión

El Instituto Nacional Mejía es un Colegio fiscal, laico, experimental que forma y prepara bachilleres con mentalidad crítica reflexiva y formación científico humanística, comprometida con el cambio social y desarrollo nacional.^[1]

Lema

El lema del Colegio Mejía es la locución latina Per aspera ad astra traducida como "Por la áspera pendiente hacia la cumbre".

Historia

El 11 de junio de 1897, por medio de un decreto de la Asamblea Nacional, se fundó el Instituto Nacional Mejía, primera institución educativa laica del Ecuador, por inspiración del presidente Eloy Alfaro. El colegio fue fundado originalmente como un normal, pues era interés del Gobierno liberal formar maestros laicos que sustituyeran a los religiosos católicos, que habían monopolizado la educación secundaria durante el siglo XIX.

En aquella época, la educación religiosa marcaba el ritmo académico del país y ante la Revolución liberal comandada por Alfaro desde 1895, la institución abría paso a independizar la educación de la religión.^[2]

Debia comprender los ciclos de primaria, secundaria y normal para la preparación del nuevo magisterio, esté último no se implementó sino que se creo otros institutos normales para el efecto y del ciclo primario tampoco se tiene constancia de que se haya implementado.^[3] De esta forma, el llamado Colegio Mejía fue siempre un centro de educación media, en sus inicios oficialmente mixto, pero luego se volvió exclusivamente masculino, característica que se mantiene hasta la actualidad.

El colegio fue bautizado en honor al ilustre quiteño José Mejia Lequerica, quien fue Diputado a las Cortes de Cadiz en 1812, bregó por la igualdad de representación de América y España en las Cortes, denunció los asesinatos cometidos en Quito el 2 de agosto de 1810, posteriormente obtuvo que se permitiera a los negros ingresar a las órdenes religiosas y obtener títulos académicos, defendió la libertad de imprenta, atacó a la Inquisición con pruebas irrefutables, consiguió la terminación de los tributos y repartimientos, la derogatoria de los diezmos y primicias, la cesación de los privilegios económicos para los conventos, entre otras acciones que le hicieron merecedor de que su nombre sea peremnizado en la institución.^[4] Según Hugo Alemán, en su obra Tránsito de Generaciones, publicada en 1947, en los primeros 50 años del Colegio, fue el intelectual liberal Celiano Monge quien sugirió el nombre del tribuno quiteño para el nuevo colegio.

En sus inicios, el colegio funcionó en el antiguo edificio escolar de los hermanos cristianos, conocido como El Beaterio, en la calle Benalcázar, frente a la actual Plaza de Benalcázar.

Luego, en los años 20, se inició la construcción de un amplio edificio neoclásico, que se levantó en la calle Vargas y Ante. El edificio, con tres pabellones, se complementa con un estadio, un coliseo, una piscina y una cancha de tenis. Se le conoce como Edificio Central, y destaca su amplia escalinata de acceso, hecha en piedra de los Andes, y flanqueada por los bustos de Eloy Alfaro y José Mejía. El Edificio Central alberga la biblioteca, oficinas administrativas, museos y aulas. Solo su fachada principal está enlucida, mientras las laterales muestran su estructura de ladrillo.

En los años 50 del siglo XX, se construyó un edificio moderno completando el conjunto, conocido como El Internado, por haber sido levantado con la intención de que el colegio albergara internos. No obstante, esto tampoco prosperó y los proyectados dormitorios fueron convertidos en aulas y laboratorios.

El Colegio cuenta también con un edificio anexo, conocido como Edificio Sur, en donde originalmente funcionó una escuela militar de ingeniería y que también tiene aulas y áreas verdes.

La institución se ha caracterizado por la calidad de su educación, reconocida nacional e internacionalmente, calidad que ha permitido que sea seleccionado como plantel de educación de jóvenes de familias de toda condición social y económica. Debido a su concepción inicial de ir contra el sistema educativo religioso predominante en la época, el colegio desarrollo su modelo educativo bajo un concepto de lucha contra las desigualdades sociales, por lo que incluso llegó a ser suspendido en el año 1976, durante la dictadura militar y renovada toda su planta docente con el fin de cambiar este concepto sin lograr tal objetivo.

Ha contado con alumnos que posteriormente se han destacado en varios campos, entre los cuales se puede mencionar al teniente Hugo Ortiz, héroe de la defensa de la Patria en la Guerra del 41 de 1941, al presidente de la República Galo Plaza Lasso, al escritor Jorge Enrique Adoum, entre otros.

En el área educativa, el Colegio cuenta con un museo de Ciencias Naturales y otro Etnográfico. En el primero existen varias especies de reptiles, anfibios, peces y aves. En el segundo, las muestras recogen a las culturas de las tres regiones del país.

En la Biblioteca, contiene entre sus textos al manuscrito original del quiteño Eugenio Espejo sobre las viruelas. Además, guarda algunos libros que datan desde la época de la Colonia hasta la era Republicana. Muchos de los libros de la biblioteca del Mejía provienen de los incautados a los jesuitas en su expulsión de las colonias españolas, y de varias bibliotecas estatales.

Referencias