John E. Barr

John Barr (1913 - 2010). Fue miembro del Cuerpo gobernante de los testigos de Jehová, la junta administrativa que coordina la obra mundial de la Congregación de los Testigos de Jehová.

Infancia y juventud

John Barr (Jack) era el menor de tres hermanos de una familia de Aberdeen (Escocia) en la que ambos padres eran ungidos (así llaman los testigos de Jehová a los miembros de la organización que afirman tener esperanza celestial). Él solía hablar con cariño de sus primeros años en el hogar y se sentía muy agradecido por el magnífico ejemplo que le dieron sus queridos padres desde la infancia.

Al entrar en la adolescencia era un muchacho muy tímido. De hecho, tuvo que esforzarse mucho para vencer el miedo a hablar con la gente. Pero lo logró. Y una tarde de domingo de 1927, a la edad de 14 años, le dijo a su padre que ya estaba listo para acompañarlo a predicar de puerta en puerta. Ese fue el comienzo de una larga carrera. Hasta el día de su muerte fue un celoso predicador de las buenas nuevas.

La madre de Jack sufrió un grave accidente que estuvo a punto de costarle la vida. Aquel suceso hizo que el joven Jack reflexionara profundamente en el sentido de su existencia y lo llevó a dedicarse a Jehová en 1929. Sin embargo, no tuvo oportunidad de de simbolizar su dedicación mediante el bautismo sino hasta 1934. Cinco años después fue a Londres para incorporarse al Hogar Betel de Inglaterra, lo que marcó el principio de sus setenta y un años de servicio de tiempo completo.

Matrimonio

El 29 de octubre de 1960, Barr entabló una relación con Mildred Willett, una predicadora con mucha experiencia en el precursorado (ministerio de tiemplo completo) y en la obra misional. Se casaron y vivieron juntos hasta la muerte de Mildred en octubre de 2004.

Muerte

John Barr murió la mañana del sábado 4 de diciembre de 2010 a la edad de 97 años. Los miembros de la organización de los Testigos de Jehová creen que ya ha recibido inmortalidad (don que reciben los cristianos ungidos según enseña la organización basándose en textos bíblicos como 1 Corintios 15:51-55), un honor que siempre esperó y que mencionó con frecuencia en sus conversaciones. No hubo nada que ansiara más.

Referencias

• Revista La Atalaya Anunciando el Reino de Jehová del 15 de mayo de 2011. Pág. 6.