- José Álvarez Fernández
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José Álvarez Fernández, conocido como Padre Apaktone, (Cuevas, 16 de mayo de 1890 - Lima, 19 de octubre de 1970) fue un legendario misionero católico dominico evangelizador de la selva virgen madrediosense, en la Amazonía Peruana, donde permaneció por un período de 53 años. Se encuentra en proceso de beatificación
Contenido
Biografía
Considerado como símbolo del misionero, aún sin saber nadar y ser de naturaleza temerosa, recorrió esta selva, transitó caudalosos ríos y tupidos bosques, trochas y quebradas, durmió en playas y al pie de grandes árboles, acompañado sólo de su inquebrantante fe. Algunos lo llamaron loco y quijote, pero más lo reconocieron como un héroe y santo.[1]
Recibí el orden sacerdotal en 1916; llegué al Perú en 1917; mis primeros encuentros con los nativos fueron en el estado de beligerancia, hostilidad y persecución que desde tiempo inmemorial tenían con ellos los caucheros e industriales; la menor idea de internarse en la selva, morada de las tribus, para llevarles el mensaje cristiano era, si no utópico, sí considerado arriesgadísimo; llegué hasta ellos y fue tal el asombro que les causó al verme a mí, sólo entre ellos, hablándoles en su lengua, que logré lo que nadie había soñado, calmar odios y allanar miles de dificultades.
El día de su fallecimiento, fue hallada en su breviario una pequeña hoja con su autobiografía.Explorador
Realizó cientos de expediciones por la cuenca del río Madre de Dios.
Acompañó a la expedición antropológica Wenner-Gren por los ríos Madre de Dios y Colorado, en la selva amazónica del Perú, en pos de los temidos mashcos, una de las tribus más violentas y reacias a cualquier intercambio con los blancos, después de que la próspera explotación del caucho arrasara sus tierras y vidas.[2]
Después de más de treinta años entre los huarayos, Álvarez inició la última y más espeluznante aventura: contactar con los amarakaeris, los más rebeldes. Apresado, desnudado y esperando la flecha que acabase con su vida, su acompañante nativo dijo a los amarakaeris: " no matéis a mi papá, que es anciano (apaktone) ". Al oir la palabra mágica, "apaktone", todo cambió. Y comenzó una relación de amistad y de fraternidad que terminó con la creación de la misión de Shintuya, a orillas del río Shintuya en el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado.[3]
Por su descubrimiento de lugares recónditos del río Madre de Dios, buscando a sus pobladores nativos, llegó a ser incorporado como miembro de la Sociedad Geográfica de Lima.[4]
Escritos
Aprendió la lengua de cada tribu de viva voz, publicando el Diccionario de la lengua de los huarayos, publicado en el Perú.[5]
Referencias
- ↑ Asociación Apaktone Francia
- ↑ La Nueva España - Diario Independiente de Asturias - Sociedad y Cultura - La santidad del gran «Apaktone»
- ↑ Blogs RTVE.es » Pueblo de Dios » Tags » perú
- ↑ Así relata Crescencio Palomo Iglesias, OP, Postulador de la Causa de Beatificación del P. José Álvarez Fernández, conocido entre sus hijos de la selva com “Apaktone”, nombre que ha quedado también entre nosotros.
- ↑ Diccionario Español-Huarayo Centro Cultural José Pío Aza
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