The Beast

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La bestia (también conocida como La bestia de la guerra) es una película estadounidense de género bélico dirigida por Kevin Reynolds en 1988. Situada en 1981 durante la Guerra de Afganistán (1978-1992), narra la histora de la tripulación de un carro de combate soviético que asola las tierras afganas y que acaba por perderse en territorio enemigo, lejos de su base.

Argumento

Un grupo de tanques soviéticos T-62 en tierras afganas ataca un poblado pacífico mientras hacen regreso a la base, los guerrilleros intentan defenderse con precarios medios pero son eliminados. La crueldad de la guerra personificada por el comandante de uno de los tanques, el del numeral 351, se hace evidente cuando tiene que ejecutar a los guerrilleros sobrevivientes pasando el tanque por encima de uno de ellos ante su esposa. Luego de diezmar a la población se retiran por una hondonada que se bifurca en dos. El último tanque, el nº351 que es donde está la tripulación que participó en la matanza se equivoca de camino y se meten por un estrecho valle.

Esto es advertido por la guerrilla afgana quienes los siguen y los acosan con sus precarios medios, con solo un RPG. El tesón y la porfía de los guerrilleros logra atemorizar a la tripulación del tanque, quienes van dejando trampas para bobos en el camino y de este modo eliminan algunos combatientes, pero los sobrevivientes no se amilanan y siguen tras las huellas del tanque.

En el tanque, uno de los conductores esta asqueado por la naturaleza cruel de su comandante y anota en su libreta todos los incidentes que este provoca, por lo que la tensión emocional va creciendo entre ellos. Además los acompaña un soldado aliado afgano que practica el Islam, por lo que despierta suspicacias en el comandante del tanque.

Al detenerse a abrevar, el comandante ametralla al soldado afgano al sospechar que es un traidor, y esto desata la fuerte reprobaciòn de su conductor Koverchenko, que amenaza con denunciar todas las atrocidades.

El comandante logra por el miedo y respeto poner en contra de Koverchenko al resto de la tripulación y lo abandonan atado en un peñasco y con una granada sin seguro puesta en su nuca, que al menor movimiento explotará. El tanque sigue su camino.

El conductor, ahora soldado rebelde Koverchenko, es atacado por perros salvajes y la granada que debería causarle la muerte lo salva de ser devorado vivo. Es encontrado por los rebeldes quienes pretenden ajusticiarlo, pero Koverchenko pide misericordia y de acuerdo al pashtunwali, el código de honor afgano, quien pide asilo (nanawaté) debe ser respetado. Esto lo salva por segunda vez.

Koverchenko, ahora soldado rebelde y proscrito, parte con los guerrilleros Moujaidines y va conociendo sus valores; finalmente es aceptado como uno más del grupo que persigue el tanque, ya que ahora está en contra de sus compatriotas.

El carro de combate llega al final del camino, un precipicio que le impide tomar el camino a la base y debe dar media vuelta por donde ha venido; al hacerlo encuentran que el pozo que habían envenenado anteriormente ha matado a la tripulación de un helicóptero ruso de salvamento. Al retomar el camino se vuelven a internar por una hondonada y ahí son atacados por los rebeldes, entre los que se cuenta el mismo Koverchenko.

Un alud de rocas provocado con dinamita detiene el tanque y allí los ocupantes son capturados. Un grupo de mujeres de los guerrilleros hacen justicia con el comandante del tanque, lapidándolo. Los dos tripulantes sobrevivientes se salvan sólo porque Koverchenko había solicitado misericordia para ellos.

Al poco de estos incidentes un helicótero soviético llega a la zona y a pesar de la invitación de los rebeldes afganos de quedarse con ellos, Koverchenko decide subir a bordo del helicótero y regresar a sus líneas.