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Banco de México
Banco de México Siglas BANXICO Fundación Septiembre 1, 1925 Sede Cinco de mayo No.2, Col. Centro, Deleg. Cuauhtémoc, Ciudad de México, D.F., C.P. 06059 Guillermo Ortiz, Gobernador del Banco de México El Banco de México (abreviado B de M o Banxico) es el banco central de México. Fue fundado como sociedad anónima el 1 de septiembre de 1925 bajo el gobierno de Plutarco Elías Calles. Su primer Director General fue Alberto Mascareñas Navarro y el primer Presidente del Consejo fue Manuel Gómez Morín.
Por mandato constitucional, el Banco de México es una institución autónoma desde abril de 1994. Su objetivo prioritario es procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional.
El ejercicio de sus funciones y su administración está encomendada a su Junta de Gobierno integrada por cinco miembros: un gobernador y cuatro subgobernadores. Desde 1998, Guillermo Ortiz funge como Gobernador. Los cuatro Subgobernadores son Manuel Sánchez González, Guillermo Güémez, José Julián Sidaoui y Roberto del Cueto.
Contenido
Finalidades y funciones del Banco de México
Las finalidades sustantivas del Banco de México son proveer a la economía del país de moneda nacional; instrumentar la política monetaria con el objetivo prioritario de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional; promover el sano desarrollo del sistema financiero; y propiciar el buen funcionamiento de los sistemas de pago.
Provisión de moneda
Una de las finalidades principales del Banco de México es proveer al país de moneda nacional. Al igual que cualquier banco central moderno, cuenta con la facultad exclusiva de emitir papel moneda y de regular la cantidad de billetes y monedas en circulación.
La Casa de Moneda es una entidad separada del Banco de México, dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y es responsable de fabricar las monedas en las cantidades y denominaciones que requiere el público para efectuar sus transacciones. El Banco de México, por su parte, es responsable del diseño y producción de los billetes, asegurándose que hay una cantidad suficiente de ellos en circulación y que son auténticos mediante la incorporación de características de seguridad.
En la actualidad, los individuos utilizan dinero en efectivo y otras nuevas formas de dinero para llevar a cabo sus transacciones cotidianas. Aún con las innovaciones asociadas con las tarjetas de débito, las tarjetas de crédito y otras formas de pago electrónico, un alto porcentaje de la población utiliza intensivamente los billetes y monedas en sus operaciones cotidianas.
Millones de nuevas notas son producidas por el Banco de México cada año con el fin de reemplazar las que están en mal estado o aquéllas que por su desgaste ya no son aptas para la circulación. Banco de México cuenta con seis cajeros regionales en varias localidades del país, los cuales juegan un papel trascendental en la distribución de efectivo a lo largo y ancho del país.
La cantidad producida se determina con base en la cantidad de billetes (y monedas) que necesitan los individuos para realizar sus transacciones. Esta demanda por circulante típicamente se eleva en navidad, periodos vacacionales, quincenas e incluso varía dependiendo del día de la semana y de si hay días feriados o puentes.
Para proteger la confianza en la moneda, el Banco combate la falsificación de los billetes incorporando sofisticadas características de seguridad en los billetes, dándolas a conocer a la población mediante campañas de difusión. Si bien la cantidad de billetes falsos como porcentaje del total en circulación es uno de los más bajos del mundo, recientemente se ha observado una tendencia ascendente, especialmente en los billetes de mayor denominación. Por esta razón, el Banco de México utiliza tecnología de punta en el diseño y la fabricación de los billetes. Por ejemplo, el uso de nuevos materiales como el polímero, aunado a las nuevas características de seguridad de los billetes, ha resultado sumamente efectiva para combatir la falsificación.
Por lo que hace a la fabricación de monedas, el Banco de México busca promover los valores patrios y la identidad nacional con la emisión de billetes y monedas conmemorativos, por ejemplo, las monedas conmemorativas de los Estados de la República, las monedas de 5 pesos alusivas a personajes de la independencia y la revolución, los billetes conmemorativos del centenario de la revolución y del bicentenario de la independencia. Asimismo, el Banco de México produce monedas en metales finos como el oro y la plata que han merecido de reconocimiento a nivel mundial. Estas monedas tienen una gran demanda en los mercados numismáticos y representan una fuente adicional de ingresos para el erario nacional.
La estabilidad de precios
Una de las funciones principales de la Junta de Gobierno del Banco de México es la de formular la política monetaria del país. El criterio rector en la conducción de la política monetaria que instrumenta el Banco de México es el de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional. En otras palabras, cuidar que el valor de nuestra moneda no se vea erosionado por aumentos sostenidos de los precios.
La inflación y sus males
La inflación se refiere a un aumento sostenido y generalizado de los precios de los bienes y servicios. Este fenómeno se produce cuando la demanda o gasto agregado de las familias y las empresas tanto nacionales como de extranjeros excede a la capacidad del aparato productivo nacional para generar bienes y servicios.
En los últimos 10 años, las acciones de política monetaria del Banco de México han logrado que la inflación sea relativamente baja y estable. Sin embargo, este no siempre fue así. En ocasiones la inflación puede salirse de control. Baste recordar que de 1970 a 2000, México experimentó tasas de inflación y tasas de interés altas y fluctuantes. Hacia finales de 1987 la inflación alcanzó niveles de hasta 150% y las tasas de interés se elevaron hasta 180%. Estos episodios de inflación alta y fluctuante estuvieron asociados con las crisis económicas y financieras que el país padeció con una periodicidad casi sexenal entre 1970 y mediados de la década de los noventas. A lo largo de dicho periodo, el desempeño económico de México ha dejado mucho que desear en términos de crecimiento económico, creación de empleos permanentes y bien remunerados, distribución del ingreso y elevación de la calidad de vida y bienestar de la población.
La Lucha contra la inflación no es obsesión ni es un capricho. La experiencia de México y de otros países ha demostrado que una inflación elevada se asocia, en el mejor de los casos, con un desempeño muy mediocre de la economía. Y un mal desempeño económico tiene una clara dimensión social; un mal desempeño económico significa menos oportunidades de empleo, significa aumento de la pobreza, significa agravar la de por sí ya mala distribución del ingreso.
La inflación es nociva, sobre todo, porque golpea más a quienes menos tienen, a quienes viven de su salario o de ingresos limitados y carecen de instrumentos para proteger su ingreso.
La razón principal es la incertidumbre que se genera por un entorno de inestabilidad. En un contexto de inflación alta, no todos los precios se ajustan al mismo ritmo. Unos aumentan más rápido que otros debido a las prácticas de fijación de precios. Esto crea distorsiones serias en la eficiente asignación de los recursos productivos entre sus posibles usos. Además, la inflación tiene a ser más volátil cuando es elevada. En estas circunstancias, las tasas de interés tienden a elevarse tanto en términos reales como nominales. Esto es así porque los ahorradores o los oferentes de fondos prestables exigen una prima para cubrirse ante la eventualidad de que inflación resulte más alta que la esperada. Aún es estos casos, debido a las diferentes percepciones que los participantes de los mercados financieros tienen sobre la inflación futura en un entorno de inestabilidad, la variabilidad de la inflación puede ocasionar una redistribución de la riqueza entre los ahorradores, los inversionistas y los participantes de los mercados financieros.
Por otra parte, una de las manifestaciones más frecuentes en los mercados financieros del entorno de incertidumbre que está asociado con inflación alta y volátil es que se dificulta la planeación estratégica a largo plazo y resulta difícil distinguir las inversiones rentables a largo plazo de otras con carácter especulativo. Los plazos de inversión y ahorro se acortan y se dificulta el acceso al crédito a tasas fijas a largo plazo.
Otro de los costos más evidentes de la inflación es que típicamente los salarios tienden a rezagarse respecto de los precios, lo que reduce el poder de compra de los salarios. Peor aún, la inflación actúa como un impuesto regresivo porque típicamente afecta a las personas de menores recursos, entre ellos los pensionados, ya que éstos tienen un menor acceso al sistema financiero y, por lo tanto, menores oportunidades para proteger el poder adquisitivo de sus ahorros.
De ahí la importancia del trabajo autónomo del Banco de México con el que en estos años se ha reducido la inflación sobre bases firmes, sin controles artificiales de precios, sin controles del tipo de cambio.
Un entorno de inflación baja, estable y predecible contribuye en gran medida a crear un clima propicio para el ahorro de largo plazo, la inversión productiva, el aumento de la capacidad productiva, la creación de empleos de calidad y favorece una distribución más equitativa del ingreso y de la riqueza.
La política monetaria
La política monetaria que instrumenta el Banco de México básicamente tiene que ver con las tasas de interés. El objetivo inmediato del banco central es influir sobre el nivel de las tasas de interés en moneda nacional con el fin último de procurar un entorno de inflación baja, estable y predecible.
En particular, en el año 2000 el Banco de México decidió adoptar lo que se conoce como un esquema de objetivos de inflación para la formulación de su política monetaria. Actualmente, el Banco de México persigue de manera permanente un objetivo de largo que consiste en que la inflación anual se ubique en alrededor de 3%, con un intervalo de variabilidad de +/-1%. En otras palabras, que se mantenga entre 2 y 4%.
Para procurar que la inflación se mantenga en una trayectoria congruente con dicho objetivo de 3%, el banco realiza operaciones en el mercado interbancario adoptando como objetivo operacional una tasa de interés objetivo para la tasa de interés a un día en dicho mercado. El mercado interbancario a un día comprende las operaciones que los bancos comerciales realizan cuando se prestan dinero entre ellos a plazos de un día.
Con el fin de que la política monetaria sea lo más efectiva posible y para que sus modificaciones de política monetaria sean lo más predecibles posibles, el Banco de México establece al inicio de cada año un calendario de anuncios predeterminados sobre la tasa de interés objetivo. Actualmente, el Banco de México fija su objetivo para la tasa de interés 11 veces al año en los meses de enero a noviembre de acuerdo al calendario antes mencionado. Las decisiones de política monetaria persiguen como propósito que la inflación muestre una trayectoria congruente con el objetivo de inflación de 3%.
Por otra parte, a partir del último trimestre de 2008 el Banco de México publica sus pronósticos de inflación para los siguientes cuatro trimestres con el fin de dar mayor efectividad a la política monetaria. Cuando el Banco anuncia su tasa de interés objetivo, esto actúa como una señal a los participantes de los mercados financieros sobre la posible trayectoria de las tasas de interés en el futuro. Esto conduce a movimientos en otras tasas de interés de de corto plazo y a cambios en los precios de los activos como los bonos públicos y privados, y las tasas de interés aplicables a las tarjetas de crédito, autofinanciamientos, créditos hipotecarios, financiamiento a empresas, etc. Esto da lugar a una serie de eventos que afectan al gasto de consumo de las familias, las ventas, la inversión, la producción, el empleo, los salarios, las expectativas de inflación, y eventualmente, los precios al consumidor.
La economía tiene un límite a la cantidad de bienes y servicios que puede producir u ofrecer de manera sostenida en el largo plazo. Al Banco de México le preocupa que la demanda o gasto agregados sean excesivos o demasiado débiles en relación al potencial productivo de la economía. Cuando la demanda es mayor que el nivel de producción sostenible, surgen presiones para que la inflación comience a elevarse. Cuando el banco percibe que esto está sucediendo, trata de reducir la expansión de la demanda agregada mediante un aumento de su objetivo operacional para la tasa de interés.
La política monetaria no es una tarea fácil. En primer término, son muchas las variables que inciden sobre los precios. En segundo lugar, la política monetaria opera con rezagos que son inciertos y variables. En tercer lugar, el conocimiento de como las acciones de política monetaria se transmiten a los precios es imperfecto. Finalmente, toma tiempo para dichas acciones tengan un efecto sobre la inflación. Esto tiene como implicación que el banco central tiene que ser muy cauteloso en su diagnóstico sobre las presiones inflacionarias presentes y futuras, tratando de anticiparse a los hechos, con el fin de realmente estar en posibilidad de anclar el ritmo de crecimiento de los precios y las expectativas de inflación en un nivel bajo, estable y predecible. El reto para el Banco de México es consolidar la estabilidad de precios que tanto trabajo ha costado alcanzar. Esta es la única forma en que el Banco de México puede ganarse la confianza del público de que no reaparecerán brotes de inflación más adelante.
Política monetaria, crecimiento y empleo
Hay quienes no parecen estar conscientes de los alcances y limitaciones de la política monetaria y parecen estar dispuestos a tolerar la inflación, con la expectativa de que la política monetaria puede ser un medio para promover el desarrollo económico.
El progreso económico y social depende cómo se organiza la sociedad para generar riqueza. En un sentido amplio, la capacidad para crear riqueza depende, fundamentalmente, de factores como la fortaleza de las instituciones,el estado de derecho y el respeto a los contratos y a los derechos de propiedad, la productividad y la competitividad de las empresas, las ideas y la acumulación del conocimiento, la creatividad y la innovación, la capacitación y la inversión en capital humano para generar y adoptar tecnologías de punta, la visión de largo plazo en los negocios, etc.
Más aún, la estabilidad de precios es una condición necesaria, más no suficiente, para el progreso económico y social. La expansión monetaria, por sí sola, no puede generar mayor riqueza y empleos. En el mejor de los casos, puede generar una expansión efímera de la producción, y que más temprano que tarde, puede desembocar en inflación y los costos asociados con este fenómeno. Por esta razón, la preponderancia del la estabilidad de precios como objetivo principal en la instrumentación de la política monetaria se sustenta en la firme convicción de que ésta es la mejor contribución que un banco central puede hacer al desarrollo económico y social del país.
Autonomía del Banco de México
A principios de la década de los noventas, se inició una tendencia para modificar el marco legal de los bancos centrales con el propósito de concederles mayor independencia en su administración y/o en sus funciones. Esta tendencia obedeció principalmente al objetivo de que no estuvieran sujetas a presiones políticas de los gobiernos en turno y al reconocimiento de que la estabilidad financiera y de precios crea un entorno propicio para el desarrollo económico y elevar la calidad de vida de la población.
México y otras naciones de América Latina no fueron ajenas a estas tendencias. En el caso de los países de América latina, padecieron crisis económicas y financieras caracterizadas por episodios de inflación alta y volátil, altas tasas de interés tanto en términos nominales y reales, contracciones de la producción, pérdida de empleos y una disminución sustancial del poder adquisitivo de los trabajadores. En consecuencia, es válido decir que la autonomía del Banco de México actúa como una salvaguarda contra la inflación alta y volátil y los episodios de inestabilidad financiera.
La reforma constitucional de 1993 que otorgó autonomía al Banco de México a partir de abril de 1994 se sustenta en tres pilares fundamentales. En primer lugar, ninguna autoridad puede obligarle a conceder crédito. De esta manera se evita que una expansión exagerada del crédito primario del banco central se convierta en fuente de presiones inflacionarias. De lo contrario, no podría haber certeza por parte de la población en el cumplimiento de su mandato de procurar un entorno de que No podría haber certeza en el cumplimiento de ese mandato si el banco no tuviera la facultad exclusiva de decidir su crédito primario. La autonomía sirve para aislar a la política monetaria de las reiteradas demandas de diversos sectores de la ssociedad para aumentar el gasto y, por ende, para prevenir un financiamiento inflacionario del gasto público.
Las decisiones de política monetaria se toman en forma colegiada por los integrantes de su Junta de Gobierno, la cual está integrada por cinco miembros: Un Gobernador y cuatro Subgobernadores. El Banco de México también goza de indpendencia de criterio en la instrumentación de la política monetaria. Todos los votos tienen el mismo peso, de manera que la decisión no depende exclusivamente de una persona.
La Ley establece claramente las cualidades que deben tener las personas que sean propuestas para ser integrantes de la Junta de Gobierno. Las designaciones son hechas por el Presidente de la República y deben ser aprobadas por el Senado o, en su caso, la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión.
Por otra parte, para que el Banco de México goce de memoria institucional y para aislarlo de presiones políticas, sus miembros sólo pueden ser removidos de sus cargos por causa grave. Y la designación de sus miembros está escalonada por periodos de manera tal que un mismo presidente sólo puede promover la designación de la mitad de sus miembros durante su administración.
El Banco de México también es autónomo en su gestión administrativa, lo cual también actúa como un dique contra presiones externas. La Ley establece los criterios para la elaboración y aprobación del presupuesto de la institución y sus procedimientos de auditoría.
La autonomía del Banco de México no es un cheque en blanco. Además de los criterios presupuestales y de auditoría a que está sujeto, el Banco de México está obligado a rendir informes al H. Congreso de la Unión y los miembros de su Junta de Gobierno pueden ser sujetos de juicio político. Sus funcionarios están sujetos a las obligaciones del Régimen de Responsabilidades aplicable a los servidores públicos.
Estabilidad financiera
Otra de las finalidades del Banco de México es la de promover el sano desarrollo del sistema financiero y propiciar el buen funcionamiento del sistema de pagos. El Banco de México es el eje del sistema financiero del país, a la vez que un sistema financiero sano es la columna vertebral de una economía de mercado. La estabilidad financiera es una condición indispensable para el sano desarrollo del sistema financiero y el crecimiento económico del país. El Banco de México toma acciones para promover un sistema financiero competitivo que canalice eficientemente el ahorro de la sociedad hacia la inversión productiva.
El Banco, junto con otras autoridades financieras, también contribuye a la seguridad y sano desarrollo del sistema financiero. El Banco de México regula a las instituciones financieras del país con el propósito de garantizar que mantengan niveles apropiados de liquidez, capitalización y solvencia y que administren adecuadamente sus riesgos, con el fin de proteger los ahorros del público.
Un soporte fundamental para el desarrollo del sistema financiero es el buen funcionamiento de la infraestructura conocida como sistema de pagos. Cotidianamente se llevan a cabo millones de transacciones u operaciones financieras entre individuos, empresas e intermediarios financieros. Todas estas transacciones conforman lo que se conoce como los sistemas de pagos.
El mercado de valores (bonos), el mercado bursátil (acciones), el mercado de divisas, las compañías aseguradoras, bancos y otras instituciones o intermediarios financieros son las redes o elementos que conforman el sistema financiero nacional. Diariamente, las instituciones financieras del país intercambian entre ellas cheques y pagos electrónicos.
En su carácter de banco central, el Banco de México también presta dinero a los intermediaros financieros en situaciones de tensión financiera, con el fin de que el sistema de pagos funcione ordenadamente sin alteraciones bruscas que pudieran poner en riesgo la liquidez o solvencia de los intermediarios y la confianza del público en el sistema financiero.
La idea es que las instituciones financieras tengan fondos suficientes para saldar sus cuentas. Esto evita que un problema de contagio se disemine a todo el sistema financiero. A medida que los mercados financieros se globalizan, el reto de mantener la estabilidad financiera ha adquirido mayor importancia.
El sistema de pagos opera a través de dos sistemas muy importantes: (i) el Sistema de Pagos de Alto Valor (SPAV) y (ii) e sistema de compensación interbancaria.
El SPAV es supervisado y administrado por la Banco de México. Este sistema es utilizado por los principales intermediaros financieros, los cuales mantienen cuentas corrientes en el Banco de México. En dichas cuentas se registran los depósitos y retiros asociados con las operaciones de alto valor.
El Banco de México regula los sistemas de pago para las transacciones con cheque, tarjeta de débito, tarjeta de crédito y las transferencias electrónicas sean seguros y expeditos. El Banco ha creado el SPEI para que en el portal de tu banco puedas realizar transferencias electrónicas seguras y rápidas, a bajo costo. Asimismo, el Banco de México calcula y publica el CAT (Costo Anual Total) para que los usuarios de los servicios financieros puedan comparar el costo de los diversos productos y servicios que les ofrecen los bancos y otros intermediarios financieros. Recientemente, ha establecido restricciones sobre las comisiones que los bancos pueden cobrar a sus clientes a fin de promover la sana competencia entre las instituciones de crédito del país y para proteger los intereses de los usuarios de servicios financieros.
Directores y Gobernadores del Banco de México
- Alberto Mascareñas Navarro (1925-1932)
- Agustín Rodríguez (1932-1935)
- Gonzalo Robles Fernández (abr.-dic. 1935)
- Luis Montes de Oca (1935-1940)
- Eduardo Villaseñor Ángeles (1940-1946)
- Carlos Novoa Rouvignac (1946-1952)
- Rodrigo Gómez Gómez (1952-1970)
- Ernesto Fernández Hurtado (1970-1976)
- Gustavo Romero Kolbeck (1976-1982)
- Carlos Tello Macías (sep.-dic. 1982)
- Miguel Mancera Aguayo (1982-1997)
- Guillermo Ortiz Martínez (1998 - a la fecha)
Referencias Bibliográficas
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- Zedillo Ponce de León, Palabras con motivo del LXXV Aniversario del Banco de México. México, 23 de agosto del año 2000.
Véase también
- Banco central
- Inflación
- Dinero
- Política monetaria
- Metas de inflación
- Tipo de cambio
Enlaces externos
- Banco de México: Material educativo
- Banco de México: Cátedra Banco de México
- Banco de México: Premio Cont@cto Banxico
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