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Banco de Pagos Internacionales
El Banco de Pagos Internacionales (BPI) (inglés: Bank for International Settlements BIS) es el banco central de bancos centrales con sede en Basilea (Suiza). Es una organización internacional que fomenta la cooperación financiera y monetaria internacionales y sirve de banco para los bancos centrales[1] No rinde cuentas ante ningún gobierno. El BPI lleva a cabo su trabajo a través de los subcomités, de los secretariados que alberga y a través de la Asamblea General de todos sus miembros. También presta servicios bancarios, pero solamente a bancos centrales o a organizaciones internacionales, como el propio BPI. Tiene su sede en Basilea, Suiza. Fue fundado por los Acuerdos de La Haya de 1930. Su nombre oficial en alemán es Bank für Internationalen Zahlungsausgleich (BIZ), en francés es Banque des Reglements Internationaux (BRI) y en italiano es Banca dei Regolamenti Internazionali (BRI). Tiene dos oficinas de representación, una en Hong-Kong y otra en Ciudad de México.
El BPI está presidido por Guillermo Ortiz, Actual Gobernador del Banxico Banco de Mexico (1998-2012)
Contenido
Historia
El BPI fue fundado en 1930. Los principales actores en la constitución del BPI fueron el Gobernador del Banco de Inglaterra, Montague Norman, así como su colega alemán Hjalmar Schacht, último ministro de finanzas de Adolf Hitler. El banco fue inicialmente creado con la intención de facilitar transferencias pecuniarias que pudieran surgir en el marco de las obligaciones de compensación que aparecieran a raíz de los tratados de paz. Después de la Primera Guerra Mundial, la necesidad de tener un banco especializado en estos temas fue sugerida por el Comité Young del Plan Young, como un medio de transferir los pagos de las reparaciones alemanas (vid. Tratado de Versalles). El plan fue acordado en agosto de aquel año en una conferencia en La Haya. Asimismo, se hizo un borrador de estatutos para el banco en la Conferencia de Banqueros Internacional de Baden Baden en noviembre. Los estatutos fueron aprobados en la Segunda Conferencia de La Haya, de 20 de junio de 1930. El Consejo de Administración original del BPI incluía a varios representantes de la Alemania nazi: el Ministro de Economía Walther Funk, un oficial de las SS llamado Oswald Pohl, Herman Schmitz, consejero de IG Farben y el Barón Von Schröder, el propietario del banco J.H.Stein Bank, en el que se depositaban los fondos de la Gestapo.
Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1944, en la Conferencia de Bretton Woods, el BPI llegó a ser la clave en una lucha entre la delegación estadounidense, formada por Harry Dexter White y por Henry Morgenthau, y la delegación británica, encabezada por John Maynard Keynes y Dean Atchison, representante de Chase Bank. Estos últimos intentaron vetar la disolución del banco.
Como resultado de las alegaciones acerca de que el BPI había ayudado a los alemanes a expoliar los activos de los países ocupados durante la Segunda Guerra Mundial, la Conferencia Monetaria y Financiera de Naciones Unidas recomendó la liquidación del BPI tan pronto como fuera posible.[2] Esta tarea, que fue originalmente propuesta por Noruega y apoyada por otros delegados europeos y por Morgenthau y White nunca fue adoptada.[3]En julio de 1944, Archison interrumpió a Keynes en una reunión porque temía que el BPI fuera disuelto por el Presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt. Keynes acudió a Henry Morgenthau para evitar la disolución del BIS o, al menos, posponerla. Sin embargo, al día siguiente se aprobó dicha disolución. La delegación británica no se rindió y la disolución del banco fue suspendida hasta después de la muerte de Rooselvelt. En abril de 1945, los británicos y el nuevo presidente estadounidense, Harry S. Truman, pararon la disolución del BPI.
Organización de bancos centrales
Como organización de los bancos centrales, el BPI busca hacer que la política monetaria sea más predecible y transparente para los 55 bancos centrales que son miembros. Mientras que la política monetaria queda determinada por cada Estado soberano, está a su vez sujeta a la actividad de los bancos centrales y privados, y potencialmente a la especulación que pudiera afectar a la tasa de cambio, así como al destino de las exportaciones. Cualquier fallo que impida mantener la política monetaria en línea con la realidad y llevar a cabo las reformas monetarias a tiempo, preferiblemente de forma simultánea en los 55 Estados miembros, ha conducido tradicionalmente a pérdidas billonarias en la medida en que los bancos tratan de mantener sus políticas llevando a cabo métodos de mercado abierto que, a la postre, han demostrado ser poco realistas. Los bancos centrales no "establecen" unilateralmente tipos, sino que determinan sus objetivos e intervienen empleando masivamente recursos financieros, así como poderes regulatorios para poder lograr los objetivos que se marcan. Una razón para coordinar la política de forma más cercana es el objetivo de asegurarse que ello no se convierte en una herramienta demasiado cara y que las oportunidades para el arbitraje privado que puedan conducir a diferencias en las políticas son extrañas y rápidamente eliminadas.
Dos aspectos de la política monetaria han mostrado que son especialmente sensibles y han creado dos objetivos específicos para el BPI: la regulación de la adecuación de capital y fomentar la transparencia de los requisitos de reservas.
Regulación de la adecuación de capital
Las políticas de adecuación de capital se aplican al capital y a los activos de capital. Ambos pueden estar sobrevalorados en varias circunstancias. De acuerdo con ello, el BPI requiere a los bancos que tengan un cociente entre capital y activos que se sitúe por encima de un estándar internacional mínimo establecido, a los efectos de proteger a todos los bancos centrales que participan en el BPI. El principal papel del BPI es establecer los requisitos mínimos de capital. Desde un punto de vista internacional, asegurarse el ratio de capital es el problema más importante para los bancos centrales, debido a que los préstamos especulativos basados en un capital subyacente inadecuado y en unas normas de responsabilidad ampliamente cambiantes puede originar crisis económicas en la medida en que el dinero malo conduce a buen puerto (Ley de Gresham).
Mantenimiento de la transparencia de las reservas
La política de reservas es de gran relevancia, especialmente para los consumidores de las economías integrantes. Para asegurarse frente a la iliquidez y limitar la responsabilidad de la economía en su conjunto, los bancos no pueden crear dinero en industrias o regiones específicas sin límite alguno. Para realizar depósitos bancarios, permitir que los clientes tomen dinero a préstamo de forma más segura y para reducir el riesgo que el banco asume, se requiere a los bancos que sean capaces de establecer reservas.
La política de reservas es más complicada de unificar en la medida en que depende de las condiciones locales y a menudo está enfocada a llevar a cabo cambios centrados en industrias o regiones comcretas, especialmente dentro de los países en vías de desarrollode gran tamaño. Por ejemplo, el Banco Popular de China requiere a los bancos urbanos que mantengan un 7% de reservas mientras que permite a los bancos situados en medios rurales que mantengan un 6% de reservas y, simultáneamente, indica a los bancos que los requisitos de reservas o ciertas industrias sobrecalentadas podrían aumentar de forma aguda o que las penalizaciones podrían establecerse si las inversiones en dichas industrias no cesaran completamente. Es muy inusual esta forma de actuar del Banco Central de China como banco central, debido a que se enfoca en el país y no en la divisa, pero su deseo de controlar la inflación de los activos ha sido crecientemente compartido por los miembros del BPI, que tienen un gran temor hacia las burbujas en la economía, así como por los países exportadores, que encuentran muy ´complicada la gestión de los requisitos impuestos a las economías internas de cada país.
Por varias razones, ha llegado a ser muy difícil la evaluación correcta de las reservas, aparte de establecerlas como simples instrumentos de préstamos. Esto ha tendido a penalizar la unificación de la normativa en materia de resevas dentro de la escala global del BPI. Históricamente, el BPI estableció normas que favorecían el préstamo de dinero a terratenientes privados (alrededor de cinco a uno) y a entidades sin ánimo de lucro (alrededor de dos a uno) sobre los préstamos a personas físicas. Estas distinciones, que reflejaban la economía clásica, fueron remplazadas por políticas que confiaban en valores de mercado indiferenciados, más en línea con la economía neoclásica.
Consejo de Administración
El Consejo de Administración del BPI elige un Presidente entre sus miembros y nombra un Presidente del Banco. Hay tres tipos de miembros del Consejo de Administración: ex officio (natos), nombrados y elegidos.[4]
Los miembros ex officio son los líderes de los bancos centrales de Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Estados Unidos. Los consejeros nombrados, que son de esos seis países, permanecen en el cargo durante tres años y pueden ser elegidos de nuevo por el mismo periodo.
Los estatutos del BPI permiten la elección de un número máximo de nueve gobernadores de otros tantos países miembros, por una mayoría de dos tercios. estos consejeros elegidos pueden ser reelegidos.
Composición del capital
El capital del BPI está compuesto por acciones pertenecientes a diversos bancos centrales. Las instituciones y personas privadas quedaron excluidas como accionistas a partir de 2000. Los bancos centrales tienen un solo derecho de voto.
El capital está dividido en 600.000 acciones, de las que la mayoría pertenecen a los bancos centrales de Alemania, Bélgica, Francia, Italia y Estados Unidos de América. Son los seis países que se reparten la gestión del BPI.
En marzo de 2006, el BPI tenía 55 bancos centrales accionistas de todo el mundo. En ese mismo momento, los activos del banco eran aproximadamente de 221.000 millones de dólares, que incluían 5.800 millones de dólares en fondos propios. Cuando el BPI aumentó capital, se sio a la opción a los bancos centrales de suscribir esas acciones o de entregarlas al público. Actualmente, el 86% de las acciones del BPI están suscritas y registradas a nombre de bancos centrales, mientras que el 14% restante pertenece a accionistas privados. Estos accionistas privados corresponden a la parte de las emisiones privadas francesa y belga y a todas las acciones que fueron creadas en la emisión original estadounidense de 1930.[4]
Todos los accionistas reciben dividendos del BPI. Sin embargo, los accionistas privados no tienen derechos de voto o representación en la Asamblea General del BPI. Sólo un banco central de un país o su fiduciario puede ejercer los derechos de voto y representación.
En un principio, las acciones del BPI estaban admitidas a negociación en mercados secundarios, lo que convirtió al BPI en una entidad única: una organización internacional, en el sentido del derecho internacional público que, sin embargo, tenía accionistas privados. Muchos bancos centrales habñian comenzado también como instituciones divididas en acciones, como el Banco de Inglaterra, que fue de propiedad privada hasta 1946, o el Banco de España.[5]
Desde 2004, el banco publica sus cuentas anuales. A 31 de marzo de 2007, el banco tenía activos totales por 409.150 millones de dólares.
Véase también
- Banca Universal
Referencias
- ↑ www.bis.org/about/index.htm
- ↑ Conferencia Monetaria y Financiera de Naciones Unidas, Ley Final' (Londres et al., 1944), Artículo IV.
- ↑ R.F. Mikesell, The Bretton Woods Debates: A Memoir, Essays in International Finance 192 (Princeton: International Finance Section, Dept. of Economics, Princeton University, 1994), p. 42 . ISBN 0881650994.
- ↑ a b http://www.newyorkfed.org/aboutthefed/fedpoint/fed22.html.
- ↑ http://www.bde.es/infoinst/historia/historia.htm.
Enlace externo
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