San Salvador de Tábara

Torre románica de la iglesia realizada sobre la primitiva mozárabe de San Salvador de Tábara.

Sobre una loma diminuta, desde la que se domina una amplia panorámica, en la últimas estribaciones de la Sierra de la Culebra y junto al arroyo del Casal, se sitúa la actual villa de Tábara en la provincia de Zamora, España.

Monasterio

El Beato de Tábara, es conocido por esta iluminación. Se representa el scriptorium en la Torre del Monasterio de San Salvador de Tábara, donde pueden apreciarse los calígrafos y miniaturistas, el orden y disposición de los libros en la torre y otras estancias.

Sabemos que aquí, después de la derrota musulmana en la batalla de Polvoraria por Alfonso III el Magno, dos monjes, San Froilán y San Atilano, que más tarde serían nombrados obispos de León y Zamora respectivamente, fundaron a finales del siglo IX un monasterio que pronto alcanzó un notable esplendor. Las viejas crónicas informan sobre la convivencia simultánea de una comunidad dúplice de más de seiscientos religiosos, entre monjes y monjas, por lo que fue unos de los monasterios más poblados de los que se tienen noticias. No se sabe la causa por la que desapareció, pues su vida fue corta, de aproximadamente un siglo de existencia. Se supone que sería arrasado por Almanzor en una de sus correrías para no volverse a reconstruir.

Además de por el breve apogeo, el cenobio se hizo famoso por los libros que aquí se copiaron e iluminaron. Los conservados están posiblemente entre los más bellos e impresionantes códices de todos los miniados en la Edad Media, aquellos Beatos en los que trabajaron el maestro Magius, su discípulo Emeterio, la monja miniaturista Ende y el escriba Senior. De todos los ejemplares destacan el Beato de Tábara guardado en el Archivo Histórico Nacional y el de la Catedral de Gerona, con ilustraciones mozárabes que impactan por su primaria expresividad. Muy conocida es la página en la que se representa la torre monacal, con sus arcos de herradura y sus campanas. Adosada a ella se reproduce el escritorio con Emeterio trabajando y un ayudante al lado preparando los pergaminos. Esa torre fue el orgullo de los copistas. Uno de ellos exclamó: ¡Oh torre tabarense alta y lapídea!.

Aquella torre campanario desapareció con el tiempo, siendo sustituida por otra edificada en el siglo XII en estilo románico, con escalera embebida en el muro. Con sus tres pisos de ventanales parece reproducir la obra antigua, ligera y pétrea como ella, alzada con ruda mampostería y algunas piedras talladas. Sin embargo no todo lo mozárabe se deshizo, pues en su cuerpo bajo perduran ciertas partes de la estructura anterior. Además de retazos arquitectónicos, como algún capitel, permanece la puerta por la que se accede a la base de esa torre desde los pies de la iglesia, formada por un arco de herradura. El resto del templo es posterior, dedicado ahora a Santa María, con dos portadas románicas, una en cada fachada, y tres naves rehechas en época barroca.^[1]

Referencias

Bibliografía

• Carlos R. Lafora, Andanzas en torno al legado mozárabe, Ediciones Encuentro, Madrid, 1991, p. 105-107.

Enlaces externos

• Iglesia de Tábara en Artehistoria.