- Banco Mercantil de Santander
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Banco Mercantil de Santander
El Banco Mercantil de Santander fue constituido el día 7 de agosto de 1899 en la ciudad de Santander (España) por un grupo de personas relacionadas con el comercio, con un capital social de 8 millones de pesetas.
Historia
La primera junta de gobierno estaba compuesta presidida por Ramón López Dóriga, y como vicepresidente Guillermo Illera. La oficina provisional se instalño en la plaza del Príncipe, número 1.
Se realizaron gestiones para conseguir la fusión con el Banco de Santander, pero fracasadas éstas, se notificó en la junta general, celebrada el 31 de octubre de 1899, la falta de acuerdo para la realización de esta unión, considerada de gran importancia para la Banca santanderina.
El banco comenzó sus actividades el día 4 de noviembre de 1899, en un local situado en la planta baja del número 28 del muelle, con entrada por la calle Calderón. En el año 1903 se inaugura la nuva sede, situada en la calle dle Martillo, entre la calle de Hernán Cortés y la calle del Medio.
El Banco Mercantil se situó como el primer banco de la región, tanto en capital social y recursos ajenos como en número de sucursales y agencias. En 1946 es absorbido por el Banco de Santander, contando entonces con 25 agencias situadas, además de en la región, en Asturias, Salamanca, León, Palencia, Burgos y Logroño. En la absorción, la sede social pasó a ser propiedad del Banco Español de Crédito, que poseía un paquete de acciones del Banco Mercantil. En la actualidad, el edificio es ocupado por la empresa Enel Viesgo y la entidad financiera Banesto.[1]
Edificio
El edificio está ubicado en un solar cuadrangular. Es obra de Casimiro Pérez de la Riva, que dio continuidad a los excesos escenográficos de los edificios administrativos finiseculares del siglo XIX. Su programa ornamental se hunde en el manierismo italiano, concediendo mayor importancia a los detalles puramente arquitectónicos, creados a base de líneas y motivos geométricos. Proliferan los contrastes de texturas, los almohadillados, las cornisas movidas, los elementos en voladizo, los huecos, molduras y adornos de diversa índole, en un verdadero delirio decorativo. El interior se organiza en torno a un amplio patio de planta octogonal iluminado por una gran claraboya con vidrieras de colores.
El arquitecto Javier González de Riancho reformó los interiores en el año 1913 basándose en las nuevas tendencias Art-Nouveau: escayolas pintadas, vidrios coloreados, bronces, capiteles con motivos florales de fundición, todo ello dentro de una exuberancia ornamental. Las sobrefachadas que proyectó Riancho fueron muy imitadas en edificios posteriores, sobre todo en aquellos de carácter comercial.
El edificio, que durante los años 20 albergó la diputación, es en definitiva un típico banco "fin de siglo", producto de uno de los momentos de oro de la economía española y más especialmente de la montañesa, testimonio del auge de la ciudad de Santander.
Referencias
- ↑ Linares Argüelles, Mariano; Pindado Uslé, Jesús; Aedo Pérez, Carlos. (1985). «Tomo I», Gran Enciclopedia de Cantabria. Santander: Editorial Cantabria, S.A.. ISBN 84-86420-01-6.
Categoría: Arquitectura de Santander
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