- Visión (género literario)
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La visión o visio, en latín, es un género literario común en la Edad Media, por lo general con fin moral, religioso o escatológico.
El género
Narra hechos de ultratumba a los que se accede mediante el sueño o una visión alucinada, por lo común con el deseo de moralizar por medio de una falsa profecía, frecuentemente a través de un mecanismo alegórico. La tradición nace en el canto XIX de la Odisea de Homero, vv. 560 y ss., donde se dice que dos son las puertas del sueño; una da paso a los sueños engañosos, otra a los verdaderos; retomando estos versos en el libro VI de la Eneida, vv. 892-896, Virgilio cierra el relato del descenso de Eneas al mundo de los muertos con que por la puerta de cuerno salían las umbrae verdaderas; por la de marfil los sueños falsos. Macrobio, evocando la Onirocrítica de Artemidoro de Daldis, clasifica los sueños en sus Commentarii in Somnium Scipionis de Cicerón en insomnium, visum, visio, somnium y oraculum y además, según las species del sueño, en proprium, alienum, commune, publicum o generale:
- Proprium est cum se quis facientem patientemve aliquid somniat, alienum cum alium, commune cum se una cum alio, publicum est cum civitati forove vel theatro seu quibuslibet publicis moenibus actibusve triste vel laetum quid aestimat accidisse, generale est cum circa solis orbem lunaremve globum seu alia sidera vel caelum omnesve terras aliquid somniat innovatum» (I.3.11).
Falsos o auténticos, creíbles o engañosos, los sueños se clasificaban según Artemidoro y tras él Macrobio en dos tipos, divididos a su vez en tres y dos variedades: por un lado se hallaba el sueño enigmático, en griego oneiros, en latín somnium; la visión profética, en griego horama, en latín visio; y el sueño oracular, en griego chrematismos, en latin oraculum; por el otro, la pesadilla, en griego enhypnion, en latín insomnium; y la aparición, en griego phantasma, que Cicerón llama visum. Ni el insomnium ni el visum, es decir, las dos variantes del enhypnion, requerían interpretación porque ambos carecían de significancia profética, según Macrobio. Los antiguos entendían que las pesadillas se originaban en ansiedades diurnas que perturbaban la mente de quienes soñaban. Los tres primeros tipos, en cambio, sí eran considerados importantes, porque permitían prever incidentes de la vida de un individuo, es decir, que sobre ellos se practicaba el arte de la adivinación. Por su parte, Santo Tomás de Aquino distingue tres clases de conocer profético; el primero, identificable con la visión, opera a través de los sentidos externos en vigilia; el segundo, identificable con el sueño, opera a través de la imaginativa o los sentidos internos, y el tercero opera a través de la pura intelección o ciencia infusa:
- Repraesentantur autem divinitus menti prophetae quandoque quidem mediante sensu exterius, quaedam formae sensibiles: sicut Daniel vidit scripturam parietis, ut legitur Dan. 5, 17 sqq. Quandoque autem per formas imaginarias: sive omnino divinitus impressas, non per sensum acceptas, puta si alicui caeco nato imprimerentur in imaginatione colorum similitudines; vel etiam divinitus ordinatas ex his quae a sensibus sunt acceptae, sicut Ieremias «vidit ollam succensam a facie Aquilonis», ut habetur 1er. 1, 13. Sive etiam imprimendo species intelligibiles ipsi menti: sicut patet de his qui accipiunt scientiam vel sapientiam infusam, sicut Salomon et Apostoli (III Reg. 3, 5 et Act. 2) (S.Theol., II-II, q. 173, a. 2)
Historia y repertorio
Tal vez el primer ejemplo de visión literaria es la Visio Esdrae o de Esdrás, de época incierta. La Visio Sancti Pauli es del siglo III, y narra como San Pablo es arrebatado en cuerpo y espíritu al tercer cielo y contempla la Jerusalén Celestial ceñida por cuatro ríos, de leche, miel, aceite y vino y más adelante arriba a un río de fuego donde están sumergidos los pecadores, cruzado por un puente simbólico de largo éxito posterior. Siguió la narrada en uno de los Diálogos de Gregorio Magno (siglo VI); la Visión del abad Sunniulfo que narra Gregorio de Tours en su Historia Francorum (siglo VI); la de la Epístola XX de San Bonifacio (siglo VIII); la Visión irlandesa de San Adamnán (siglo XI); la Visión de Alberico (siglo XII); la Visio Tundali (siglo XII); el Purgatorio de San Patricio (siglo XII); la Visión de Thurkel (siglo XIII); la Visión de Olav Asteson (siglo XIII); la Visión recogida por Étienne de Bourbon (siglo XIII). la Visión de Bernardino de Incumar de Reims; la Visión de Vittorino, la de Otario, de autor anónimo pero atribuible al alto clero carolingio; la Epístola de Wynfreth de Bonifacio; la Historia religiosa del Pueblo de los Anglios de Beda el Venerable; el Elucidarium de Honorio de Autun, las Visiones de Tundali de Paoli Alberici y el De Babylonia Infernali de Giacomino da Verona. Acaso el ejemplo mayor de este tipo de literatura es la Divina Comedia de Dante Alighieri.
En el Renacimiento y el Barroco son también comunes los sueños, pero ya en lenguas vernáculas y a veces con intención política más o menos velada o encubierta.
Fuentes
- Howard Rollin Patch, El otro mundo en la literatura medieval, México: FCE, 1983.
- C. S. Lewis, La imagen del mundo, Barcelona: Península, 1997.
- Julián Acebrón Ruiz, Sueño y ensueños en la literatura castellana medieval y del siglo XVI, Cáceres, Universidad de Extremadura, 2004.
- Tullio Gregory, I sogni nel medioevo, Roma, Edizione dell'Ateneo, 1985.
- Jacques Le Goff, «Los sueños en la cultura y la psicología colectiva del Occidente medieval», en su Tiempo, trabajo y cultura en el Occidente medieval, Madrid, Taurus, 1983, pp. 282-288.
Categoría:- Géneros literarios
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