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Biblioteca Popular José Ingenieros
La Biblioteca Popular «José Ingenieros» fue fundada en junio de 1935 por militantes obreros (ligados al gremio del calzado) anarquistas y socialistas, después de un tiempo, este último grupo abandonaría la biblioteca. Desde el inicio, el grupo de la biblioteca centró sus intereses en participar de la actividad interna del movimiento anarquista y afianzarse en el barrio a través del préstamo de libros, las conferencias públicas, talleres de aprendizaje y cine.
Su nombre se debe al pensador y activista político argentino José Ingenieros, quien abogó por la causa obrera, originalmente desde posiciones socialistas y antiimperialistas, y luego sostuvo abiertas simpatías por el anarquismo influenciado por el jurista anarquista Pietro Gori.[1]
Contenido
Fundación
La biblioteca fue fundada durante la llamada «dictablanda» del general Justo. Nacionalmente, se había instaurado el fraude Patriótico una vez hecho el trabajo más sucio por el filo-fascista del general Uriburu. Este gobierno se destacó por su corrupción (casos de Chadopyf, el Palomar, doble contabilidad en las exportaciones de la carne) y sumisión a los imperialismos británico y estadounidense (pacto Roca-Runciman, petróleo en manos de la Standard Oil, etc).
Fueron tiempos de gran represión, especialmente para el movimiento anarquista, luego de los fusilamientos de Penina (en Rosario) y de Di Giovanni y Scarfó (en Buenos Aires) y la frustrada ejecución de otros militantes obreros. Son cientos los deportados bajo la Ley de Residencia y los detenidos en las cárceles de todo el país pero sobre todo Ushuaia, la llamada Siberia Argentina, reservada con saña a los agitadores obreros y presos políticos. Es momento de grandes persecuciones legales aún hoy recordadas: los presos de Bragado, el proceso a los ladrilleros de San Martín, las causas por asociación ílicita a los choferes, a los lavadores de autos, a los panaderos, entre otros.
El anarquismo intentaba reorganizar sus cuadros militantes tanto en la FORA como en la Alianza Obrera Spartacus y el CRRA (comité que surge a iniciativa de un congreso realizado en la cárcel de Caseros gracias al elevado número de anarquistas presos) que dará lugar luego a la FACA. Se publican con dificultades varios periódicos de importancia y renombre (La Protesta, La Obra, Organización Obrera, etc).
Es en este marco que el 1 de julio de 1935 la biblioteca es fundada originalmente en la avenida Juan de Garay, entre el pasaje Pereyra y la calle Castro, de conjunto entre anarquistas y socialistas (que poco después se retiran del local) para mudarse poco después al local de la calle Santander 408. La amenaza de represión, latente o patente se haría una constante a lo largo de toda su historia con numerosas clausuras, allanamientos, detenciones de integrantes y concurrentes y hasta la desaparición de varios de los militantes ligados a ella en la última dictadura de 1976 y los años previos.
Años cuarenta y cincuenta
Durante el gobierno peronista, entre 1946 y 1955, la biblioteca sufrió clausuras diversas de hasta varios meses. En 1956 —durante la dictadura del general Aramburu— fue allanada, al mismo tiempo que se clausuraba la redacción del periódico La Protesta, sita en el mismo local que la biblioteca y de la cual se hacían cargo en gran medida compañeros de la biblioteca.
La biblioteca desarrolló muchas actividades culturales e ideológicas durante este período. También aportó fuertemente a las campañas de solidaridad por luchas obreras (portuarios, plomeros, choferes, etc) y contra la represión. Participó a su vez de de la CRIA (Comisión de Relaciones Internacionales Anarquistas) y de la SIA (Solidaridad Internacional Antifacista) apoyando la causa del pueblo español contra el fascismo y por el comunismo libertario. Estuvo entre los impulsores de la editorial Tupac (junto a los grupos La Protesta y La Obra, de filiación antorchista, entre otros de la zona de Buenos Aires). Posteriormente, y a través de Tupac los miembros de la Biblioteca fueron parte integrante en la creación de la Editorial Proyección y colaboraron activamente en sus planes de edición como en la elaboración de su línea ideológica.
Años sesenta y setenta
Durante los años sesenta y setenta la biblioteca estuvo ligada a varios de los grupos, principalmente de jóvenes, que trataron de volcar al anarquismo a las grandes luchas que se daban en aquellos tiempos en medio de acalorados debates. Esto le valió persecuciones y hostigamientos y entre sus concurrentes se cuentan algunos de los anarquistas desaparecidos en la última dictadura militar. El grupo de la biblioteca también participó de la llamada Comisión de Solidaridad[2] que brindó refugio a exiliados de Chile y Uruguay luego de sus respectivas dictaduras. Ante el aumento de la represión y con el golpe militar, esta comisión se encargó de hallar y lograr la liberación de compañeros detenidos y de ocultar y mantener a militantes y colaboradores bajo riesgo hasta que pudieran salir del país. Brindó este apoyo tanto a militantes anarquistas como de otras tendencias gracias al inmenso sacrificio realizado por los miembros de la comisión «la inolvidable Cecilia Seoane, el querido "Loco" Seoane y el "Gallego" de Santander, Gabriel Prieto» y colaboradores. «Hubo, desgraciadamente, compañeros que venían a esta biblioteca que fueron arrojados al mar. Estaban en la ESMA: los hermanos Tello, Fernando (Pata) Díaz, Raúl Olivera y otros compañeros de distintos grupos».
Aún en los peores momentos de la dictadura la biblioteca siguió abriendo sus puertas con actividades culturales (cine, tango, jazz, danza, talleres para niños).
Tiempos recientes y actividades
Este histórico local del movimiento anarquista continúa su labor al impulso de viejas y nuevas generaciones de militantes que poblan su salón y mantienen sus instalaciones. En los últimos años ha visto un renovado influjo de jóvenes entusiasmados con el anarquismo.
La biblioteca esta abierta al público. Su archivo de documentos y publicaciones históricas (principalmente sobre los movimientos obreros y anarquistas) puede consultarse. Entre las actividades regulares se cuentan el ajedrez, apoyo escolar realizado por jóvenes de la escuela Paideia y ciclos de poesía. También se realizan frecuentes conferencias sobre temas históricos y de actualidad brindadas por destacados intelectuales y especialistas o por militantes empapados de la temática (entre los cuales han estado Osvaldo Bayer, Noam Chomsky,[3] Nicolás Iñigo Carrera o Eduardo Colombo), ciclos de talleres de lectura y debate y actos políticos.
Todas sus actividades públicas son libres y gratuitas sosteniéndose el local por los aportes voluntarios de los asistentes y militantes de su comisión administradora elegida por la asamblea.[4]
Notas
Véase también
Enlaces externos
- nodo50.org (Biblioteca Popular José Ingenieros).
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