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Buena vista social club
Buena Vista Social Club (proyecto musical)
Buena Vista Social Club fue un club social de La Habana, Cuba, donde sus miembros practicaban actividades relativas al baile y a la música, volviéndose un sitio muy popular donde se encontraban y jugaban los que de él formaban parte. En los años 1990, casi 50 años después de haber sido cerrado el club, inspiró una grabación hecha por el músico cubano Juan de Marcos González y el guitarrista norteamericano Ry Cooder con los tradicionales músicos cubanos, muchos de ellos antiguos miembros del club en el que se presentaron cuando su popularidad estaba en el tope. La grabación, nombrada Buena Vista Social Club, después de esa institución de La Habana, se volvió éxito internacional y el grupo se vio encorajado a presentarse con su formación completa en Amsterdam en 1998. El director de cine alemán Wim Wenders grabó la presentación, seguida de un segundo concierto en el Carnegie Hall, de Nueva York, concierto este que fue el punto alto del documental que resultó del trabajo de Wenders. El documental también incluye entrevistas con los músicos llevadas a cabo en La Habana. La película de Wenders, también nombrada Buena Vista Social Club, fue bien aclamada por los críticos, recibiendo una nominación al Óscar de Mejor Documental Largo y numeroso galardones entre los que se incluye Mejor Documental en el European Film Awards. Tanto el éxito del álbum como de la película encendió un interés internacional por la música cubana tradicional y la música latinoamericana en general. Algunos de los músicos cubanos más tarde lanzaron bien acogidos álbumes en solitario y grabaron otros en colaboración con diversas estrellas de la música internacional de distintos géneros. El nombre "Buena Vista Social Club" se volvió un término abarcativo de este tipo de presentaciones y lanzamientos en colaboración, además de relacionarse a una etiqueta que encapsula la "Edad de Oro de la música Cubana", entre los 1930 y los 1950. El nuevo éxito fue efímero para la mayoría de los reconocidamente miembros del grupo: Compay Segundo, Rubén González e Ibrahim Ferrer, quienes se murieron por la orden a los 95, 84 y 78 años; Segundo y González en 2003 y Ferrer en 2005.
Club social
El Buena Vista Social Club se ubicaba en el populoso barrio de Marianao, en la capital de Cuba, La Habana. De acuerdo con Juan Cruz, un antiguo maestro de ceremonias del club nocturno Salón Rosado Benny Moré, el club estaba localizado "en la Calle 41 entre 48 y 48". Cuando los músicos Ry Cooder, Compay Segundo y el equipo de rodaje intentaron identificar la ubicación del club en los años 1990, las personas que por allí vivían no llegaban a un acuerdo sobre dónde hubiera estado el club.
El club estaba ubicado sobre la región de un cabildo, una confradía que databa del colonialismo español. Los cabildos de Cuba se desarrollaron hasta convertirse en "Sociedades de Color", clubes sociales en los que los miembros eran determinados de acuerdo a su etnía, en una época en la que esclavitud y discriminación hacia los afrocubanos era algo institucionalizado. Sociedades de Negros existieron a lo largo de toda Cuba, y La Habana disponía de un número de organizaciones sólidamente encadenadas entre incluso el Marianao Social Club, la Unión Fraternal, el Club Atenas - entre cuyos miembros se hallaban médicos e ingenieros - y el propio Buena Vista Social Club.
De acuerdo con el guitarrista norteamericano Ry Cooder, "La sociedad cubana y caribeña e incluso la de New Orleans, que yo sepa, estaba organizada alrededor de estos clubes sociales. Había clubes de envolvedores de cigarrillos, de jugadores de béisbol y jugaban cartas y practicaban deportes y tenían sus mascotas, como perros. En el caso del Buena Vista Social Club, músicos allí se iban y se encontraban, como solían hacer los músicos de uniones en los EEUU. Además, tenían activiades relativas al baile y muchas otras actividades."
Músicos conocidos tocaron en el club durante los años 1930 y 1940, incluso el bajista Cachao López y el líder de banda Arsenio Rodríguez.El pianista de Rodríguez, Rubén González, que tocó el piano en las grabaciones en los 1990, describió los 1940 como "una edad de verdadera vida musical en Cuba, donde no había mucho dinero para ganar, pero tocaban porque realmente lo querían".[1] Esa era vio nacer al mambo influenciado por el jazz, la charanga, y formas de baile como la pachanga y el cha-cha-cha, así como el desarrollo de los tradicionales estilos musicales afrocubanos como la rumba y el son, que más tarde fue modificado por el uso de instrumentos adicionales, llevado a cabo por Arsenio Rodríguez, para volverse son montuno[2] El son, descrito como "el cimiento de la música cubana", ha transformado mucho de la música latinoamericana del siglo XX.
Cierre de los sitios sociales
Poco después de la Revolución Cubana de 1959, el nuevo presidente cubano Manuel Urrutia Lleó, un cristiano devoto, empezó un programa de cierre o nacionalización de tiendas de juego, clubes nocturnos y otros establecimientos asociados al estilo de vida hedonístico de La Habana. Esto tuvo un impacto inmediato en el sustento de los que de eso se ganaban la vida. Como el gobierno cubano rapidamente se movió hacia el comunismo y un esfuerzo para construir una "sociedad sin barreras de clase o color", eso contribuyó para la definición de una política a favor de formas de expresión culturales en la sociedad negra. A consecuencia, los centros sociales y culturales fueron abolidos, incluso las Sociedades de Color afrocubanas de ayuda mutua, en 1962, para abrir camino a sociedades racialmente integradas. Las festividades en privado fueron limitadas a fiestas de fines de semana y fundos organizacionales fueron confiscados. La medidas significaron el cierre del Buena Vista Social Club. Aunque el gobierno cubano continuaba a apoyar la música tradicional tras la revolución, se hicieron concesiones al políticamente emotivo Nueva Trova y a compositores como Silvio Rodríguez. La aparición de la música popular y de la salsa, un estilo derivado de la música cubana pero desarrollada en los Estados Unidos, significó que el son quedó lejos de la apreciación de las autoridades cubanas.
El año de 1968, el de las "medidas especiales", fue todavía peor para los que se dedicaban a la música popular. En las palabras del músico y compositor Leonardo Acosta, "1968 fue el más desastroso para la música popular cubana... a causa de medidas cuyos efectos negativos aún los sufrimos treinta años después... había la así llamada Ley Seca, que se hacía cumplir por medio de la actuación de oficiales oportunistas que trataban de cerrar los cabaretes (ya nacionalizados por el gobierno) incluso el Tropicana... También se cerraron - a lo largo de todo aquel año - los bares, pequeños clubes y miles de bodegas y casetas. La vida nocturna junto a su música y su espectáculo se vio seca. De pronto el 40% de los músicos del país se vieron obligados a ir a sus casas con el pago de desempleados... el daño era irreparable y La Habana, famosa por su vida nocturna... jamás volvería a ser la mísma"
La ocurrencia de esos cierres es la más simples explicación acerca de por qué tantos destacados músicos se quedaron sin trabajo y por qué se declinó su estilo musical antes que la experiencia de Buena Vista lo resuscitó.
- ↑ Buena Vista Social Club. Musicians Biographies. Rubén González. Nonesuch Records website. Retrieved 18 March 2007.
- ↑ Garcia, David F. Cuban Music: A Review Essay. Notes - Volume 62, Number 1, September 2005, pp. 95–100
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