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Camaleón de Rota
El Camaleón de Rota, también llamados Camaleones y por los más conocedores "Chamai", es un icono de la villa de Rota, perteneciente a la rama del graffiti denominado bombardeo (derivado de bombing en la voz inglesa), consistente en graffitear hasta la saciedad con el mismo icono o tag toda pared, contenedor, farola, contador, esquina, parada, pivote, o lugar inadecuado que se te presente.Contenido
Historia
En diciembre del 2001, un chaval de 16 años se encontraba en una habitación de hotel en Lisboa, Portugal. Había estado admirando días antes toda la obra artística de los bombarderos (bombers) de aquella ciudad. Inspirado y convencido en hacer la misma hazaña artística -e ilegal- en su tierra, se lanzó a dibujar montones de bocetos en un folio para dar con el icono que le convenciera.
Tras unas cuantas de avispas (las cuales le convencían mucho), plátanos, huevos fritos, y demás amalgamas en pleno brainstorm, floreció en el folio un camaleón, idea impulsada por el espíritu étnico y mestizo de su creador. Cayó en la cuenta también de que si elegía ese icono no tendría que colorearlo, pues se supone que un camaleón se camufla con el fondo en el que se encuentre. Además, y para decisión final del joven aspirante a bombardero, éste era el animal que junto a la urta representaba a su pueblo, Rota, por ser una especie autóctona del lugar. Tras varios trazos de grafito, salió un camaleón de aspecto infantil y estética cartoon.
El chaval compró allí mismo un rotulador grande, y las dos o tres veces que consiguió despistarse por unos segundos de sus padres paseando, pintó sus primeros camaleones. Había florecido entonces la tercera obsesión del muchacho, después de los cómics y de intentar ligarse con poemas a sus amores platónicos. Estaba como loco por regresar a casa y comprar unos aerosoles de pintura en spray para liarla. La aventura estaba por llegar.
Al pisar de nuevo su pueblo, estalló sistemáticamente una oleada de pintadas tanto nocturnas como diurnas. En menos de dos meses el Camaleón había conquistado el 99% de las calles roteñas.
Problemas
A finales del segundo mes de vida el icono se había ya ganado el calificativo de polémico. No había calle de la localidad que no tuviera su regalito. Ciudadanos de todas las edades contemplaban cómo el Camaleón de mirada desconcertante se había hecho hueco entre el urbanismo de modo radical.
Entre los ciudadanos que veían cómo se multiplicaban los Camaleones, se encontraban también los agentes de policía, que llevaron por iniciativa propia el caso, argumentando que un vecino había dado el chivatazo, cuando éste vió desde la ventana de su hogar arriba de la Muralla al muchacho en plena acción, reconociendo supuestamente su identidad. Los agentes de la ley elaboraron el mayor catálogo fotográfico sobre las decenas de Camaleones que invadían el pueblo, aunque claro, no pudiendo registrar todos ellos en instantáneas debido al masivo número de estos iconos, muchos situados en lugares escondidos. Para la labor de localización del sospechoso no hubo más que salir a rondar por el pueblo en automóvil, dando con el muchacho pronto, debido a la vida eminentemente callejera que el joven llevaba entonces. Fue rápidamente llamado a rendir cuentas en comisaría, y fue en el momento en el que se personó, cuando el muchacho presenció en primera persona el magnífico catálogo de Camaleones que le tenían preparado aquella mañana especial.
Fue acusado culpable -antes de ningún juicio oficial- de vandalismo urbano, y responsable autor del acongojante bombardeo. Pero la prueba esencial no la tenían los agentes, y ésta era la de la detección in fraganti del individuo desarrollando el crimen. Por ello el acusado pudo alegar su multa y no tuvo siquiera que limpiar sus gracias, acto que llevaron a cabo ciudadanos que prestaban trabajos comunitarios para saldar sus multas con el Excmo. Ayto. de Rota.
La voz popular cuenta erróneamente que al muchacho lo habían trincado con las manos en la masa, pero hay que destacar que no fue así, que todo el marrón surgió a raíz de un chivatazo (y de las evidentes y llamativas marcas que habían por toda la localidad, que irritaban a las autoridades).
Cabe destacar con gran distinción que gran parte del bombardeo fue llevado a cabo junto a un amigo suyo de toda la vida, residente de la calle Veracruz, quien firmó en las paredes con las iniciales de su nombre de pila, tageando en múltiples ocasiones a modo de bombardeo también numerosas calles de la villa. Fue culpado de cómplice y de responsable de vandalismo urbano en la misma denuncia anteriormente citada. Una ahora vieja scooter modelo Beta Ark sirvió como medio de desplazamiento en muchas de las noches en las que ocurrieron los hechos.
Popularidad
Este hecho de persecución policial que experimentó la criatura (tanto el icono como su creador), junto a la apabullante cifra de Camaleones sembrados por toda calle, le otorgaron a la criatura (tanto al icono como a su creador, bis) una entrañable y a la vez controvertida popularidad.
El chaval se ganó un nuevo pseudónimo, sin saber si esto era para bien o para mal: "El del Camaleón". El icono empezó a aparecer en camisetas, en decoración de casetas de la Feria de Primavera y la Feria de la Urta de la villa, en proyectos para asuntos tan variopintos como la creación de eslógans, portadas de cedés, pegatinas. etc. Estas apariciones claro están eran el resultado del compañerismo ejercido entre las gentes del pueblo y el chaval; las peticiones de usar el icono no cesaban.
Pero hubo una excepción, en la que una empresa de distribución de ordenadores le copió -plagiando con poco arte- el icono para su imagen corporativa. El muchacho se lo tomó como un halago y el asunto no fue a mayores.
Se lo ha tatuado algún marine americano, y también algún roteño.
Tras tres años de vida con los que contaba el icono, empezaron a aparecer Camaleones graffiteados en diferentes sitios que no procedían de la mano de su creador, es decir, hubieron adolescentes que reprodujeron el icono por cuenta propia. Esto también fue asimilado como halago por el muchacho.
En ninguna ocasión su creador quiso beneficiarse económicamente de su emblema, dando a entender a sus vecinos y compatriotas que el Camaleón formaba parte de la subcultura y simbolismo de la villa.
Ha sido utilizado en eventos y fiestas del local La Calabaza Mecánica, de la misma villa, por motivo del compañerismo artístico que tienen el dueño de dicho café y el creador.
Como curiosidad, citar en el anecdotario que en una ocasión el propio gobierno local insinuó la petición al muchacho de usar el icono como símbolo turístico, a lo que éste se negó ignorando la propuesta.
Próximamente una versión a cuerpo entero del Camaleón en una rama será prestado a la Asociación Protectora del Camaleón de las localidades de la comarca de la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir, para su utilización como logotipo identificativo de la misma.
Más problemas
Pero no quedó en un sólo capítulo el confrontamiento del muchacho con las autoridades locales. Como era de esperar -para sus más allegados, no para los agentes- la naturaleza de carácter obsesivo compulsivo del graffiti bomber no podía limitarse a los parámetros legales, y una segunda oleada denominada "2 attack", una tercera y una cuarta le llevaron hasta dos veces más a tener problemas con la justicia, debido a las pequeñas dimensiones del pueblo y al recreo de los agentes policiales. En el invierno del 2006 tuvo problemas también en la ciudad de Málaga, donde residía estudiando, por bombardear su barrio, metiendo en problemas a sus compañeros de piso, componentes de la roteña Peña er Kono, para la cual ha realizado numerosas pinturas en casetas usando también el icono. Además, hasta el año 2008 fue acusado de otros graffitis, que no eran de la rama bomber, aparecidos en el pueblo. En una ocasión se le multó con 300€ por ser localizado y capturado en un descuido del muchacho, que se encontraba junto al aún húmedo graffiti, conversando con un vecino suyo del barrio del Picobarro. Este hecho le llevó a exclamar el juramento de que jamás le cojerían de nuevo.
Evolución
Como toda creación, el Camaleón ha experimentado una evolución tanto en el apartado estético como en el simbólico.
En principio, para su realización se trazaban 14 líneas. El resultado consistía en una versión cabezona de un camaleón -lo que en el anime y manga japonés llaman "super-deformed"-, que mira al espectador de perfil, imponiendo con su ojo, simulando la mirada característica de los camaleones. Tiene las patas escondidas tras la cola enrollada, apareciendo éstas en pocas ocasiones. Se optó por dejarlo finalmente con las patas escondidas para darle una imagen más redonda y centrada al icono. También se graffitearon algunos con la lengua fuera, cosa que también se dejó de hacer. Además, los primeros Camaleones solían diferir unos de otros, ya que el autor los versionaba: Camaleón rasta, gótico, geométrico, etc. Esto desapareció tras la primera oleada.
El primer Camaleón graffiteado ilegalmente se encuentra hoy al 99% deteriorado en un bloque del viejo muelle, en el Puerto Deportivo de Rota. Estaba coloreado de verde, con la lengua fuera en rojo, y con el ojo en amarillo.
Primeramente pintaba con materiales que por llamarlos de alguna manera los calificaría de "retro", con los poco profesionales aerosoles Titán, los cuales chorrean mucho y tienen muy poca duración en cuanto a capacidad cúbica de pintura, además de que con el tiempo se borra el graffiti. Así que cuando conoció la catalana marca Montana Colors su vida de graffitero cambió maravillosamente. Estos sprays (latas en el dialecto underground español y cans en inglés) son los más baratos y paradójicamente los mejores, diseñados exclusivamente para el graffiti, la calidad en el acabado del trazo es perfecta, el catálogo de colores es enorme, los tipos de boquillas de una variedad sobrada, tienen una capacidadd e pintura que no defrauda, es más, siempre sobra, y la pintura además de secarse en menos de 10 segundos queda perenne en la pared sea cual sea las condiciones climatológicas por las que pase. Así que con este salto evolutivo en materiales también evolucionó el trazo del chaval con los graffitis.
Tras el problema con las autoridades, el Camaleón se enfadó, a modo de rebeldía indomable, frunciendo su ojo en principio, y también luciendo una fila de colmillos después. Es denominado por el autor "Camaleón Hardcore".
Con el tiempo la cola enrrollada fue disminuyendo de tamaño junto al cuerpo, hasta ser su óvalo igual de grande que el ojo. Esto ha sido el paso que más puede apreciarse en la evolución de la figura, junto al trazo más rápido y decidido de su contorno y detalles.
A finales del 2005 el Camaleón volvió a sonreír predicando alegría, y a modo de tranquilidad frente a la ley. Desaparecieron pues los colmillos y el ojo fruncido, dando lugar al pionero mentón bonachón y a la abierta mirada.
La última y definitiva versión del Camaleón, la cual tiene 4 años, se realiza con 9 trazos (a diferencia de los 14 hace 8 años) y siempre conserva las mismas proporciones.
El nombre de Chamai es mayoritariamente desconocido y todos le llaman Camaleón. El tag Chamai ha tenido muchísimas menos apariciones, no considerándose bombing.
Generalmente el área que abarca la figura es de unos 50x50cms. En realizar el Camaleón el autor tarda unos 6 ó 7 segundos.
Declive
El icono ha ido dejando progresivamente su naturaleza bombardera, y la actitud obsesiva compulsiva del autor le llevó a sustituir al Camaleón por otros iconos y tags, por razones tanto de renovación artística como de ser ya más que reconocido por la policía, un fichaje en comisaría. Pero el Camaleón no está extinto ni condenado...
Actualidad
El Camaleón actualmente es la firma del autor en sus trabajos de graffiti para empresas, edificios y particulares. Es difícil encontrarlo pero allí se halla como firma camuflada en cada nueva obra.
También es un icono pop de la subcultura roteña, y sinónimo de rebeldía en el pueblo.
Eventualmente es usado en diseños para cualquier superficie, emulando al tie-in del merchandising, y las técnicas que se usan para su realización son variadas, desde el clásico aerosol hasta el diseño gráfico por ordenador.
Suponen muchos roteños que el Camaleón se ha extinguido en la fauna graffitera de la urbe, pero ésto es sólo una creencia. Además de los aún no borrados (algunos del primer bombardeo de 2001-2002) hay nuevos Camaleones, por las calles más importantes del pueblo, y seguirán en aumento.
El caso es si el peatón es capaz de verlos...
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