Antiaéreo autopropulsado ZSU-57-2, armado con dos cañones automáticos de 57 mm.

Un cañón automático o cañón ametrallador es un arma de fuego de un calibre mayor que el de una ametralladora y menor que el de una pieza de artillería (aunque algunos modelos tienen calibres mayores que algunos de los cañones antitanque empleados en la primera mitad del siglo XX). Tienen mecanismos para cargar la munición de forma automática, a un ritmo mayor que el de la artillería.

Historia

El primer cañón automático del que se tiene noticia fue inventado en el siglo XVI por Fathullah Shirazi, un polímata e ingeniero mecánico persa que trabajó para Akbar el Grande en el Imperio Mogol. Al contrario del polybolos y las ballestas de repetición empleadas en la Antigua Grecia y China respectivamente, la máquina de disparo rápido de Shirazi era un cañón de mano con 17 cañones.^{[1] [2]}

Algunos de los primeros cañones automáticos modernos eran versiones de grueso calibre de la ametralladora Maxim, conocidos como "pom-poms". Fueron empleados durante la Primera Guerra Mundial y disparaban balas de calibre 37 mm, que pesaban 1 libra.

El término cañón era empleado durante la Segunda Guerra Mundial para describir las armas automáticas utilizadas a bordo de aviones que disparaban balas explosivas, mientras que las armas automáticas que disparaban balas macizas eran llamadas ametralladoras. Las balas de ametralladora nunca son de calibres mayores a 15 mm. Las balas de cañón son de calibre 20 mm o mayores, además de causar una considerable fragmentación (fragmentos con tamaño y velocidad suficientes para incapacitar o matar un hombre^[3] ). Después de la guerra se utilizaron cañones similares con balas macizas como artillería anti-tanque, al mismo tiempo que se popularizaba el nombre de cañón automático. Los cañones automáticos actuales se caracterizan por tener un sistema de carga y disparo que puede ser accionado por los gases del disparo o una fuente de energía externa.

Ejemplos de cañones automáticos son el M242 Bushmaster de 25 mm montado en la torreta del M2/M3 Bradley, el cañón anti-aéreo Bofors de 40 mm, el Mauser BK-27, que es empleado en todos los aviones y a bordo de varias embarcaciones del Bundeswehr, el M61A1 de 20 mm empleado por la Marina y Fuerza Aérea estadounidenses, así como el GAU-8 Avenger empleado a bordo del A-10 Thunderbolt II.

Las balas empleadas en los cañones automáticos incluyen a las de alto poder explosivo y doble propósito con variantes incendiarias y trazadoras, de fragmentación, anti-blindaje, anti-blindaje de alta velocidad y sub-calibre. Las balas anti-blindaje de alta velocidad y las sub-calibre fueron desarrolladas con posterioridad a las primeras balas anti-blindaje, además de tener una mayor capacidad de perforación del blindaje.

El cañón automático fue empleado a gran escala por vez primera durante la Segunda Guerra Mundial, aunque no contra blancos terrestres en la mayoría de casos.^[4] El empleo del cañón automático a bordo de aviones fue una práctica común entre los beligerantes, así como arma anti-aérea en tierra y a bordo de embarcaciones. Su empleo contra blancos terrestres no era muy frecuente, aunque tanto el Wehrmacht alemán como el Ejército francés emplearon a veces cañones automáticos anti-aéreos de calibres situados entre los 20 y 40 mm en combate a finales de la guerra.^[5] Rara vez se emplearon cañones automáticos de mayor calibre, como el cañón Molins. Después de la guerra, tanto las potencias occidentales como la Unión Soviética adoptaron el cañón automático para una gran variedad de papeles en la guerra aérea, naval y terrestre.

Los cañones de los tanques modernos (120 mm) han sido equipados con sistemas de carga automática (los rusos y franceses los han empleado en sus tanques para ahorrar espacio). Aunque técnicamente podrían considerarse como cañones automáticos, no se les llama de tal forma debido a su baja cadencia de fuego. Una notable excepción es el cañón naval gemelo ruso AK-130 calibre 130 mm, empleado en la mayoría de los grandes navíos rusos, que con su cadencia de 10-40 disparos por minuto para cada cañón es hoy en dia el arma de grueso calibre más rápida conocida.

Aunque capaz de una gran cadencia de fuego, el cañón automático se sobrecalienta si es empleado para abrir fuego contínuo y está limitado a la cantidad de munición que puede transportar el vehículo o sistema de armas en donde está montado. Tanto el Bushmaster estadounidense de 25 mm como el Rarden británico de 30 mm tienen cadencias de fuego relativamente bajas, para no agotar demasiado rápido su munición. La cadencia de fuego de un cañón automático moderno va desde 90 disparos por minuto (RARDEN) a 1800 disparos por minuto (Mauser BK-27). Los cañones automáticos rotativos tienen cadencias de miles de disparos por minuto.^[6] Tales cadencias de fuego extremadamente altas son empleadas en defensa anti-aérea y combate aire-aire, donde el tiempo de reacción es corto y las armas son habitualmente disparadas en ráfagas cortas

Véase también

• Bofors
• Mauser BK-27
• GAU-8 Avenger

Notas

Referencias

• Department of the Army. Ballistic Data Performance of Ammunition, TM 9-1907. Washington, D.C.: Government Printing Office, 1948.
• Williams, Anthony G. Rapid Fire. Shrewsbury: Airlife Publishing Ltd., 2000. ISBN 1-84037-435-7
• Alvi, M. A., Rahman, Abdur, Fathullah Shirazi: A Sixteenth Century Indian Scientist, National Commission for the Compilation of History of Sciences of India, National Institute of Sciences of India, 1968

Enlaces externos

Commons

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