En Ayamonte la tradición se remonta a la baja edad media, y los suyos fueron de gran fama y prestigio en todo el contorno del Marquesado. Su fama era tal que durante una crisis economica en el siglo XVI, el Rey otorgó una elevada suma de dinero para que se llevasen a cabo las celebraciones del Carnaval. Nunca dejó de celebrarse hasta la Guerra Civil, donde algunos de los autores, por el contenido de las letras (más reivindicativas que festivas), fueron fusilados.

Las coplas dejaron de sonar y solo quedó en febrero un ir y venir de disfraces por la calle, huyendo de "dormir en el aljibe" (antigua carcel municipal). Los ayamontinos se disfrazaban a escondidas de las autoridades, aunque más de uno uno/a fue detenido/a y se le imponía la pena de "rapado/a", para que todo el mundo viera su indecencia.

Tras la Dictadura franquista, donde fue perseguida la Fiesta de modo especial por la situación fronteriza de la ciudad, comenzó, en 1976, una nueva singladura del Carnaval Ayamontino, que siguiendo el estilo gaditano de coplillas de corte localista y picaronas, salieron a la calle dos agrupaciones, una comparsa, LOS ORIENTALES, y una murga ayamontina, LOS ESPONTANEOS; fue así entre el revuelo político que surcaba el país de norte a sur, que en Ayamonte empieza a volar las "Fiestas de la Alegría", diminutivo impuesto a la celebración por miedo a la censura.

Al año siguiente, se confirmó la fiesta en sus pilares básicos, incluyendo como novedad el CONCURSO DE AGRUPACIONES, donde aparecieron toda la variedad de grupos musicales de los que goza el Carnaval ayamontino.

Ya en 1.977, a petición de la comparsa del año anterior, Los Cortesanos, se eligió una REINA DEL CARNAVAL, título y actos que aunque con cambios, hoy en día se siguen celebrando y que se ha convertido junto con las agrupaciones y los grupos de cabalgata en uno de los pilares de la fiesta.

Han pasado treinta y dos años, y en el 2007, la fiesta ayamontina sigue siendo una de las más importantes de la provincia de Huelva. Lo más destacable para el foráneo, sea quizá, LA GRAN CABALGATA, donde el colorido y la imaginación de los participantes, la hace única en su género; y por supuesto, los callejeros que se desarrollan durante el sábado, domingo, lunes y martes de Carnaval.

La fiesta acaba el miércoles de Cenizas, con el desfile de viudas en el ancestral ENTIERRO DE LA SARDINA, acto antiquísimo y común a todos los Carnavales costeros del Atlántico.

En el 2007 han actuado un total de nueve agrupaciones en el Teatro Cardenio, tres comparsas, cuatro chirigotas y dos cuartetos, varias de ellas también han competido en otros concursos de caracter provincial y de otras poblaciones, (en Huelva y en el carnaval de Isla Cristina).

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