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Cultura pretalayótica
Tradicionalmente se ha venido llamando Cultura Pretalayótica a la primera manifestación cultural de la sociedad prehistórica en las Islas Baleares, España. La denominación "pretalayótica" responde únicamente a su cronología relativa con respecto a la manifestación cultural más vistosa de la prehistoria balear: la Cultura talayótica. Desde finales de los años 1990 es más normal utilizar denominaciones más específicas (Bronce Antiguo, Bronce final, etc.), que permiten definir mejor las distintas fases de dicha época.
Los primeros pobladores
La mayoría de los arqueólogos actuales especializados en la prehistoria de las Baleares considera como probable la llegada de seres humanos a las islas en algún momento del tercer milenio adC. aunque, hasta finales del siglo XX se creía que esa fecha se remontaba al 5º ó 6º milenios.
Se considera como más probable que los primeros pobladores de las islas perteneciesen a la Edad del Cobre (también llamada Calcolítico o Eneolítico), y que proviniesen de algún lugar en el arco costero del Mediterráneo occidental delimitado entre el levante de la Península Ibérica y el noroeste de Italia. Otros investigadores consideran que los primeros pobladores pudieron provenir del norte de África, aunque dicha corriente migratoria es anterior al Neolítico y, por tanto, muy anterior al Calcolítico.
Otra consideración a tener en cuenta sobre los primeros pobladores de las islas es que, dado que la isla de Ibiza se puede ver desde la Península, Mallorca se puede ver desde Ibiza, y Menorca se puede ver desde Mallorca, podría darse el caso de que, antes de asentarse definitivamente en las islas, los futuros pobladores pudiesen haber pasado generaciones enteras explotando sus recursos de una manera estacional. Hay estudios que consideran la posibilidad de que, desde tiempos remotos, viniesen a las islas diversas bandas de cazadores/recolectores en temporada estival para acumular y conservar alimentos. Sin embargo, la posibilidad de que los primeros isleños fuesen anteriores en el tiempo, encuadrados en el Neolítico ha sido prácticamente descartada en la actualidad.
Las primeras fases de la prehistoria isleña siguen siendo poco conocidas, sobre todo debido a la escasez de restos arqueológicos provenientes de esa época. Se sabe que los primeros pobladores practicaban la ganadería y la agricultura, manifestadas por la aparición de restos óseos de especies domésticas (ovinos, caprinos, suidos y bóvidos) que no existían en el territorio insular antes de la llegada de los pobladores humanos. La agricultura está demostrada por la abundancia de restos de hoces de sílex halladas cerca de los yacimientos más antiguos.
La convivencia del ser humano con el Myotragus balearicus no está probada ni desmentida, aunque es bastante probable que la llegada de los humanos a las islas esté estrechamente relacionada con la extinción de la especie, bien por sobreexplotación, o bien por la posible competencia de las especies domésticas (especialmente cabras) traídas por ellos.
En algún momento posterior a la llegada de los primeros pobladores, las Baleares se incorporan a las corrientes Megalítica (aparecen los dólmenes) y Campaniforme, denominada por la cerámica con incisiones decorativas que se esparció por gran parte del continente europeo occidental. Tampoco es posible, por el momento, determinar si estas nuevas manifestaciones culturales fueron aportadas por nuevos pobladores o a través de las influencias traídas por los intercambios comerciales entre las islas y el continente, que nunca dejaron de existir.
Estas manifestaciones pertenecen ya al Bronce Antiguo, y la continuidad de los intercambios comerciales con el exterior se ve demostrada por el hecho de que, para hacer bronce hacen falta cobre y estaño, y este último no existe en el archipiélago.
Economía y sociedad
Las gentes de la Edad del Bronce balear vivían en grandes cabañas de planta de herradura alargada, construidas con piedras y techadas con ramaje y barro, llamadas Naviformes por su forma parecida a una nave (ver Naveta). Las piedras formaban las paredes de las cabañas, colocadas y encajadas entre sí de modo que las piedras más grandes (con frecuencia eran muy grandes) estaban más abajo, y las más pequeñas, más arriba (ver foto). Todo ello sin usar ningún tipo de cemento o argamasa, lo que se ha venido en llamar técnica ciclópea, para distinguirla de la técnica megalítica, propia de los dólmenes.
La economía estaba basada en la unidad familiar: cada una de las cabañas podía alojar una amplia familia autosuficiente, donde sus miembros de distintas edades y sexos tenían especificadas las tareas productivas que les correspondían. La agricultura que había habido hasta entonces, de cereales y posiblemente algunas legumbres, fue cada vez más insostenible porque, al no conocer el arado, quemaban los bosques y sembraban sobre las cenizas, lo que resulta muy destructivo para el territorio. Eso llevó a una generalización de la ganadería, demostrada por la escasez de restos de polen de especies agrícolas hacia finales de la Edad del Bronce balear, según los análisis polínicos de las excavaciones más recientes. La escasa frecuencia de caries en las dentaduras de las gentes de la época también nos denota una dieta muy pobre en vegetales.
La dieta basada casi exclusivamente en proteínas animales fue un factor importante en la crisis generalizada de la economía del Bronce balear, pues la capacidad productiva del territorio es menor cuando se dedica a pastos, que cuando se dedican las tierras a la agricultura. La creciente presión demográfica sobre unos territorios limitados y mal aprovechados supuso la descomposición progresiva del modo de vida conocido hasta entonces, con comprensibles episodios de agresividad interna. Esta descomposición llevó progresivamente, a lo largo de varios siglos y coincidiendo con el cambio del segundo al primer milenio adC, al éxito a modelos sociales más jerarquizados, como las jefaturas, y estos nuevos estamentos sociales se reflejan en la proliferación de grandes monumentos de piedra, como los túmulos prototalayóticos de finales del segundo milenio adC. Esto desembocó finalmente, en el primer cuarto del primer milenio adC, ya en la Edad del Hierro, en el apogeo de la Cultura Talayótica, caracterizada por la abundancia y variedad de grandes monumentos, murallas, talayots, etc. Sin embargo, hasta finales del siglo XX, era mayoritaria la teoría de que el cambio de la sociedad "pretalayótica" a la talayótica fue debido a agentes externos (llegada de otros pobladores), y de que el inicio de la Cultura Talayótica coincide en el tiempo con los disturbios de los "Pueblos del Mar", en el Mediterráneo oriental, hacia el siglo XIII a. C.
En lo que respecta a las manifestaciones funerarias, fueron múltiples, pero casi siempre se relacionaban con las cuevas: los pocos dólmenes que se conservan presentan muestras de haber seguido siendo utilizados, al menos, a lo largo de toda la primera mitad del segundo milenio adC. Pero también se conocen enterramientos en cista, en cueva natural, en cueva natural modificada y en hipogeos, o cuevas excavadas artificialmente en la roca. Existen hipogeos de todas las épocas en las Gimnesias, pero los del Bronce son abundantísimos, sobre todo, en Mallorca. Algunos de los hipogeos más claramente adscritos al Bronce, los llamados "de planta alargada" son de una perfección técnica y una belleza notables (ver foto), con antecámara, camarines laterales y otras características diferenciadoras.
Las "culturas pretalayóticas" también existieron en las Pitiusas, en sus distintas manifestaciones: se conoce un dolmen en Formentera, así como asentamientos del Bronce, tanto en Ibiza como en Formentera. Sin embargo, no se llegó en ningún momento a la Cultura Talayótica en ellas, por razones que todavía son desconocidas. Se barajan dos posibilidades: la extinción de los pobladores, y la de que la crisis que sufrieron las Gimnesias no tuvo tiempo de ocurrir, pues en el siglo VIII a. C. empezaron las visitas de los fenicios que terminaron, eventualmente, en la fundación de la colonia púnica Ibussim (o Ebussus en su denominación Latina).
Enlaces externos
- Arqueobalear — El portal de arqueología de las Islas Baleares.
- La guía online de la prehistoria en Mallorca y Menorca
- La arquelogía de Menorca (en catalán)(en inglés)
- El poblado talayótico de Ses Paisses, Artá, Mallorca
- Museo arqueológico de Son Fornés, Mallorca (en catalán) (en alemán) (en inglés)
- El poblado talayótico de Talatí de Dalt, Menorca (en catalán) (en inglés) (en francés) (en alemán) (en italiano)
- El poblado talayótico de Son Catlar, Menorca (en catalán) (en inglés)
Categorías: Prehistoria de España | Historia de las Islas Baleares
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